El caso Leire Díez empieza a salpicar al PP. RAC1 ha hecho público que el lápiz de memoriaque la ya exmilitante del PSOE entregó al partido antes de despejar el carné contiene conversaciones secretas que incriminan a la antigua dirección de los populares capitaneada por Mariano Rajoy. En una de ellas, la más reveladora, los interlocutores son el comisario José Manuel Villarejo y la antigua secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. La conversación, registrada en secreto, prueba que el PP espió ilegalmente a los policías que investigaban su corrupción.
Los hechos se sitúan el 9 de marzo de 2015. El diario El País estaba a punto de publicar que Villarejo dispone de una decena de empresas privadas que facturan al Ministerio del Interior a pesar de ser comisario de la policía española, y tanto él como Cospedal hacían manos y mangas para intentar impedir que la noticia viera la luz.
En la llamada, el comisario se queja de que el director de la policía española y la Guardia Civil, Ignacio Cosidó, haya sido incapaz de parar los pies en El País. Villarejo recuerda que Cosidó dio órdenes a la Unidad de Asuntos Internos de la policía española para que espiara a los agentes que investigaban el caso Gürtel, la trama de corrupción que enfangaba al PP de Rajoy.
Villarejo dice: “Cosidó sabe que yo sé algunas de las instrucciones que él ha dado, cómo seguir el Morocho y los de la Gürtel por Asuntos Internos”. Manuel Morocho Tapia fue el inspector jefe de la UDEF que lideró la investigación contra el PP por el caso Gürtel.
La conversación, pues, deja bien claro que el PP utilizó a la policía española para espiar a los agentes del mismo cuerpo que investigaban la corrupción del partido en el caso Gürtel. El hombre que ordenó esta operación ilegal, Cosidó, acabaría siendo portavoz del PP en el Senado.















