Hacía tiempo que el presidente de LaLiga, Javier Tebas, no advertía en público al presidente del Barça, Joan Laporta, sobre la necesidad de ajustar sus actos a las normas del fair play financiero que son de obligado cumplimiento para el resto de clubes. Se ve claramente que el presidente azulgrana se las ha saltado como mínimo en dos operaciones de fabricación de margen salarial: en 2022 y 2023 con Barça Studios, dándose ingresos netos de 408 millones de los cuales sólo 55 millones han aparecido, y en este curso, intentando engañar a todo el mundo con la comercialización de 475 asientos VIP que ni su propio auditor, Crowe, le ha reconocido hasta ahora.
Esto último, sin embargo, no ha impedido que con un decreto del Consejo Superior de Deportes (CSD, por sus siglas en castellano), con la expresa colaboración del Palco del Bernabéu, finalmente dos jugadores de la plantilla, Dani Olmo y Pau Víctor, pudieran jugar, los dos únicos de los 500 futbolistas de LaLiga sin una licencia autorizada por LaLiga de acuerdo con los protocolos que, necesariamente, deben darse en cuanto a la disponibilidad de fair play para ser inscritos.
Y no estando resuelto el caso de ambos, que ahora tendrá que situar en su verdadero contexto la Audiencia Nacional en una resolución clave para el futuro de Tebas y de la propia patronal, Laporta no deja de dar alas a varios fichajes de gala, entre ellos el portero titular del Espanyol, Joan García, un delantero de banda izquierda como Luis Díaz, del Liverpool, o Leao, del Milan, e incluso un lateral. Una vez más, como el año pasado sucedió con Nico Williams, a Laporta le gusta presumir más de lo que no tiene que de lo único que realmente tiene: la suerte de haber heredado de Josep Maria Bartomeu la segunda generación de oro de la Masía y, complementariamente, un fondo de armario de jugadores que como Alex Valle (Como) y Todibo (West Ham) han dejado unos 14 millones de beneficio, más los 10 millones que dejó Nico González en el mercado de invierno.
Sin embargo, Laporta sabe que, como informó LaLiga a principios de abril pasado, el fair play azulgrana continúa excedido igual que al inicio de esta misma temporada. De esta manera, además de no haber podido regularizar aún las fichas de Olmo y de Pau Víctor, las ampliaciones de contrato de Gavi, Pedri, Araújo y del propio Lamine Yamal y otros futbolistas deberán cargarse tan pronto como Laporta pueda cerrar operaciones que mejoren su situación, en un ejercicio que también arrastra los cargos extras de la baja de Xavi Hernández y la llegada de Hansi Flick. más las primas del primer equipo por haber conquistado la Supercopa de España, la Copa del Rey y la Liga, que engullen una gran parte de la nómina, felizmente para la afición azulgrana.
Cambio de actitud de Tebas
Por este motivo, porque la realidad que conoce perfectamente LaLiga compite y pierde con esa apariencia de millonario que transmite Laporta a través de la prensa catalana -esa prensa que mira del revés, como siempre, el mercado azulgrana- Javier Tebas no ha podido reprimir este toque de atención desde Villarreal este fin de semana: «¿Si el Barcelona podrá fichar este verano? El FC Barcelona sabe lo que tiene que hacer para cerrar grandes fichajes. Esperamos que haga los movimientos que tiene que hacer y que consiga los jugadores que él quiere», dijo el presidente de LaLiga.
No parece un mensaje estrictamente amenazador, pero es muy diferente al de meses atrás, cuando enfocaba las locuras de Laporta desde otra perspectiva: “Estoy seguro –decía– de que el Barça podrá fichar porque está haciendo las cosas bien”.
Lógico que, con la herida aún abierta del caso Olmo, Tebas se haya mantenido en silencio hasta ahora, porque siente que con el lío de los asientos VIP, Laporta intentó engañarlo y porque tras la maniobra del propio auditor del Barça, desacreditando a Laporta al no validar la venta porque no cumplía los requisitos contables pertinentes, el presidente azulgrana emitió un comunicado muy duro contra Tebas en el que anunció incluso la posibilidad de denunciarlo.
Tebas está presionado, además, por el resto de los clubes que empiezan a ver signos de debilidad, condescendencia y favoritismo de LaLiga hacia las atrocidades de Laporta, como lo ha explicado el presidente del Athletic, Jon Uriarte, tras los incidentes en el palco de San Mamés con el núcleo duro del presidente del Barça: “Masip habla de animadversión, es más bien cansancio de lo que recibimos, que parecen cosas extrañas y luego no pasa nada, la gente quiere claridad. Se habla de pagos a Negreira y la gente no sabe cómo está este tema, los problemas para inscribir a jugadores, las palancas… Cosas extrañas a las que no estamos acostumbrados. Se llevaron libre a Íñigo Martínez y el año pasado, los rumores por Nico. A la gente le acaba cansando y el reflejo de eso es lo que se vio en San Mamés. A nosotros nos gritan putos vascos”, añadió.
Además, la prensa del régimen afirma que Laporta pagará esta semana la cláusula de25 millones por el portero del Espanyol Joan García.