La Plataforma en Defensa del Ebro (PDE) ha movilizado a un centenar de personas este domingo en su 24ª piraguada, recorriendo el tramo entre Xerta y Tortosa para reafirmar el compromiso con el río Ebro. A pesar de un caudal superior al del año pasado, los activistas han insistido en la necesidad de garantizar la llegada de sedimentos al Delta y al mar Mediterráneo, una cuestión clave para la supervivencia ecológica de la zona. “El agua del Ebro son los nutrientes que llegan al mar”, ha defendido Susanna Abella, portavoz del movimiento. La PDE ha avanzado que este mes de junio presentará alegaciones al futuro plan de cuenca hidrológico 2027.
Después de una parada en Aldover para hablar del caudal ecológico, los participantes han completado los más de 20 kilómetros de recorrido con el lema “El río es vida. No al trasvase”. Entre ellos, Pepita Boix, una de las veteranas con 77 años, ha subrayado la responsabilidad de la gente del territorio: “Si los de casa no lo hacemos, los de fuera todavía menos”. A diferencia de otros años, el nivel del río ha sido más favorable, lo que ha facilitado la navegación hasta Tortosa, donde se ha desplegado una pancarta reclamando la bajada de sedimentos.
Con las primeras semanas sin restricciones por sequía, la PDE ha advertido de que la situación todavía es crítica y ha pedido al sector agrícola que modernice su uso del agua. También ha defendido la derogación del trasvase del pantano de Siurana al de Riudecanyes y ha animado al Priorat y les Terres de l’Ebre a defender conjuntamente el aprovechamiento local de los recursos hídricos. La plataforma prevé recibir el apoyo de instituciones a fin de año y ya prepara su 25 aniversario, que se celebrará el 15 de septiembre.















