La última sesión del Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea (UE) ha levantado ampollas del independentismo contra la UE. El nuevo aplazamiento de la decisión sobre la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en las instituciones comunitarias ha suscitado las críticas de los distintos partidos al PP, por presionar a los gobiernos afines para que se negaran, a la UE en general y a los Estados que han mostrado sus reticencias, como Alemania, Italia y Francia.
“La Unión Europea, que dice que tenemos que acoger a inmigrantes por humanismo, niega derechos a una de las lenguas más antiguas de Europa”, ha criticado la líder de Aliança Catalana (AC), Sílvia Orriols. A pesar de este reproche, su partido tiene afinidad con la formación que lidera el Gobierno de Italia, país que ha manifestado dudas sobre la oficialidad del catalán.
Cuando Fratelli d’Italia consiguió dos vicepresidencias de la UE, Aliança Catalana les felicitó a través de la red social X. Además, la propia Orriols dedicó múltiples publicaciones a destacar la victoria electoral de Giorgia Meloni en septiembre de 2022.
«Ayer Fratelli d’Italia ganó dos vicepresidencias de la Comisión Europea. Un gesto digno de celebración que debilita el poder de los eurócratas de izquierda y fortalece la idea de una Europa fuerte, con fronteras fuertes y parlamentos nacionales fuertes», publicó en X la cuenta dedicada a asuntos exteriores de Aliança Catalana. Ahora, en cambio, el partido que, según Orriols, no es de extrema derecha y que «salvará a Italia» gracias al apoyo de los ciudadanos, se ha mostrado, en cierto modo, como un enemigo del catalán.