Más allá del apagón eléctrico. Sí, el informativo y el de protección civil. El eléctrico fue evidente y sobre las causas se han escrito ya tantos ríos de tinta, que no entraremos en él. Por más importante obviamente que sean. Tampoco entraremos, ya que daría para otra reflexión, en las pérdidas económicas, que parecerían también un problema menor. Lo que hay que destacar es que sorprende que no haya también ríos de tinta sobre los dos aspectos que están quedando más obviados, más allá del rédito político que le quiera sacar la derecha, alargando la crítica. Hoy todo se politiza. Aunque más allá de la politización, van saliendo voces críticas imparciales sobre el apagón informativo, que según el propio CIS es cuestionado por el 60% de la población.
En primer lugar, se hizo evidente la lentitud del Gobierno central al comparecer por primera vez (casi seis horas después y sin preguntas) y la falta de concreción y directrices también en la segunda, diez horas después, alimentando aún más las especulaciones y la desinformación. Por otra parte, insisto, hay que ir más allá del repetido, sospechoso y repentino interés técnico de medios y políticos sobre las causas. Parecería que se quiera convertir en una cortina de humo o quizás hay interés en agrandarlo por alguna razón política. ¿Cuál? Pero sigamos.
¿Por qué no se declaró la emergencia nacional y no sólo en las ocho comunidades autónomas que lo pidieron? Si una situación como esta no es motivo para declararla, la verdad «apaga y vámonos«.
¿Por qué no se activó tampoco el sistema de alertas SMS a toda la población, si todavía ahora se está denunciando este déficit en relación a la DANA de Valencia? Precisamente era muy idóneo utilizar el sistema SMS, pues no le afecta el apagón de internet. A nivel de Estado se justificó por parte del Gobierno, «parano alarmar más a la población». ¿Más alarmada por un apagón masivo, que afectó a toda la península ibérica y otros lugares? Para ello está el dispositivo que permite suficiente texto de alerta y directrices para que la población no estuviese confusa y desorientada durante horas, encontrándose en las calles, bares y porterías y comprando transistores, fogoncillos, linternas y velas por lo que pudiera pasar.
A nivel de la Generalitat, tampoco se activó. Se justifica por que según la consejera de Interior «no había peligro para las vidas humanas». También sorprendente. Miles y miles de personas, sin contar las encerradas durante horas en ascensores, se quedaron bloqueadas, aisladas, inmovilizadas y sin ningún tipo de información de lo que tenían que hacer, dado que el fin del apagón no estaba nada claro.
Tampoco actuaron los ayuntamientos a partir de sus planes de emergencia (y más siendo la administración local más cercana). De hecho, deberían tener estos planes, pero el 60% no lo tienen o lo tienen caducado desde hace años. Tampoco se preocuparon en ser coherentes con la lógica de la emergencia, y quitar el polvo a los dispositivos analógicos, que otros países más avanzados tienen previstos para estas situaciones: bandos en papel colgados y/o repartidos por patrullas, megafonía móvil y fija, radios locales o comarcales conectadas a Protección Civil, sirenas alimentadas con grupos electrógenos, espacios habilitados para atender a personas afectadas, con despensa de agua, comida preparada o para pasar la noche. En cualquier caso, lo que se espera de un ayuntamiento es que active de forma extraordinaria la protección civil local reforzada con agentes cívicos y voluntarios y en primer lugar convoque un gabinete de crisis con la oposición, con el fin de hacer frente conjuntamente a las contingencias que se vayan dando durante el apagón. ¿En cuántos ayuntamientos se hizo eso?
En definitiva, los tres niveles de la administración, sin entrar en colores políticos, no estuvieron a la altura. Se habla mucho en relación a las causas y de que una de las posibles razones del apagón eléctrico es la falta de inversiones de Red Eléctrica y de las empresas energéticas, pero no es menos cierto, en relación a los efectos, que el conjunto de la Administración debe ponerse las pilas con las emergencias. Por eso no hay que hacer aspavientos con la ciberseguridad, ni grandes inversiones millonarias, y sí que hay que poner al día los dispositivos de Protección Civil a nivel europeo, ya que los tenemos tercermundistas, no así la Ley, que es la más avanzada de Europa.
El papel no lo aguanta todo.
