Josep Lluís Alay, el jefe de la oficina de expresidente de Carles Puigdemont, es una de las figuras independentistas que ha destacado en los últimos años por su crítica a determinados contenidos de TV3, una tendencia creciente desde que Junts abandonó el gobierno de Pere Aragonès.
El último fin de semana, Alay ha escrito en X que «está muy bien» que el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, «sea católico practicante», pero que «el seguimiento exhaustivo y obsesivo que hacen los TN del Papa, diría que no se ha visto nunca desde la dictadura franquista cuando Franco nombraba obispos». «Y se llaman progresistas…», ha rematado.
Sus manifestaciones sobre la televisión pública, sin embargo, no se limitan al ámbito catalán y a las emisiones de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA). También durante las últimas horas, la mano derecha de Puigdemont se ha pronunciado sobre el hecho de que Radio Televisión Española (RTVE) haya pedido una auditoría del televoto español durante la final del Festival de Eurovisión por el resultado obtenido por Israel, segundo en el certamen.
«Toca expulsar a RTVE de la Unión Europea de Radiodifusión«, ha considerado Alay, que también reaccionó diciendo «Hipócritas españoles» a que RTVE emitiera el mensaje «Ante los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y justicia para Palestina».