A pesar de los aparentes esfuerzos por convertirse en un país plenamente occidental, en Andorra todavía hay muchas cosas que chirrían. Una de ellas es que el Principado es el único país europeo donde el aborto está prohibido y penalizado, por imposición del copríncipe episcopal. Otra es que, a pesar de ser miembro de las Naciones Unidas, aún no ha formalizado su adhesión a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el organismo que vela y garantiza en todo el mundo los derechos laborales y sindicales de los trabajadores.
En señal de protesta por esta anómala situación, que, a pesar de las reiteradas protestas y movilizaciones, se ha convertido en inamovible e insoportable, las entidades feministas andorranas renunciaron este año a convocar la tradicional manifestación del 8 de marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer. Muchas de ellas se trasladaron a Barcelona para sumarse a la gran manifestación de la capital de Cataluña y dar a conocer la grave discriminación que sufren las mujeres en Andorra.
Lo mismo pasa hoy 1 de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores. El principal sindicato del país, la Unión Sindical de Andorra (USdA), ha renunciado a convocar la manifestación que se había hecho en años anteriores. Entre otras razones por que el 1 de Mayo todavía no es, oficialmente, un día festivo en Andorra, en contraste con el resto de países de todo el mundo, donde esta jornada reivindicativa de los derechos de los trabajadores es sagrada.
En este caso, los intereses del sector del comercio y de la restauración mandan. Se supone que, ya que el 1 de Mayo es festivo en España y en Francia, muchos ciudadanos de estos dos países se acercarán al Principado para pasar un día de recreo y hacer shopping. Esto hace que los trabajadores andorranos estén obligados a permanecer en sus puestos de trabajo, sin poder celebrar esta festividad internacional. Ya hace años que el USdA denuncia esta grave anomalía, pero el gobierno de Xavier Espot se hace el sueco y prioriza los intereses de los tenderos.
El secretario general del USdA, Gabriel Ubach, está furioso: «Hace más de diez años que reclamamos mejoras en los derechos laborales y el Govern no nos hace ni caso. Por eso, este año hemos decidido que no nos manifestaremos este 1 de Mayo. La gente está cansada de salir a la calle y reclamar y ver que quienes mandan se hacen los sordos«.
El salario mínimo en Andorra es de 8,35 euros/hora, lo que da, de media, una nómina mensual de 1.447,3 euros. Pero esta es una cifra engañosa, dada la gran precariedad laboral existente, el alto coste de la vida y los elevados precios del alquiler de viviendas.
Precisamente, la reivindicación de precios asequibles para el alquiler de viviendas –una problemática que afecta a muchísimos trabajadores del Principado– fue el motivo de una manifestación celebrada el 5 de abril pasado en Andorra, con la participación de un millar de personas. La Coordinadora por una Vivienda Digna ha anunciado nuevas y sonadas movilizaciones si el gobierno de DA no atiende sus peticiones.
*Puedes leer el artículo entero en el número 1619 de la edición en papel de EL TRIANGLE.
