Esquerra Republicana de Barcelona nunca ha sido dócil en la dirección nacional. En las elecciones internas de este pasado fin de semana, Cruz Camacho se ha impuesto a la candidata oficialista de Oriol Junqueras y Elisenda Alamany.
La gran derrotada ha sido Eva Baró, que no ha revalidado la presidencia de la poderosa federación de Barcelona. Por sólo 14 votos de diferencia (338 a 324), Camacho, con el apoyo del Foc Nou d’Alfred Bosch, y también de los seguidores de Pere Aragonès o Marta Rovira, que perdieron ante Junqueras la presidencia de ERC, ha sido elegida presidenta por la militancia de Barcelona ciudad.
Baró llegó a la presidencia de la federación tras vencer a Patricia Gomà, pero ahora ambas han ido juntas con una lista auspiciada por la dirección nacional. Pese a todo, algunos de los seguidores de Gomà no se han alineado con Baró, la cual consideran autoritaria y con personas de su equipo no demasiado bien vistas por la organización de Barcelona, como José Rodríguez, conocido en las redes como Trinitro, el cual iba como secretario de organización de Baró.
Esta derrota de Baró afecta directamente tanto a Junqueras como a Alamany, pues ambos han dado pleno apoyo a Baró. Otra derivada de esta elección es cuál será la relación del partido en Barcelona con el grupo municipal, liderado por Alamany. El verano pasado, Baró detuvo a última hora la validación del acuerdo de ERC con el PSC para integrarse en el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona ante la posibilidad de perder la votación. Ahora, la nueva presidenta ha dicho que volverá a llevar a votación el verano. Pero ahora quizá sea el PSC que ya da por finiquitado aquel pacto de mandato.