Toni Soler le hace decir a Josep Maria Pou en el papel de Jordi Pujol que su padre, Florenci Pujol, le hizo la famosa «deixa» cuando él estaba en la cárcel. Florenci Pujol murió el 30 de septiembre de 1980, pocos meses después de que su hijo accediera a la presidencia de la Generalitat. Jordi Pujol estuvo en la cárcel veinte años antes.
El otro error del guión de Soler en Parenostre se produce hacia el final de la película. Pujol está triste porque los presidentes de la Generalitat anteriores tienen calles, avenidas y plazas en Barcelona que llevan su nombre. En cambio, se ve venir que a él, tras confesar que durante toda su presidencia escondió una fortuna en el extranjero, no le concederán el honor que sí han tenido Francesc Macià, Lluís Companys y Josep Tarradellas. Incluso, lamenta que un ayuntamiento ha aprobado que retiren un monumento que le había dedicado. Ningún ayuntamiento ha hecho tal cosa.
La verdad, sin embargo, es que una estatua de Pujol fue derribada en Premià de Salt por unas personas desconocidas pocos meses después de que hiciera la confesión de su delito. El ayuntamiento condenó la acción. De hecho, su comisión de honores y distinciones había aprobado días antes del ataque a la estatua que se mantuviera rechazando la solicitud de retirada que habían hecho los concejales socialistas y los del PP. El alcalde de Premià de Dalt era, entonces, Joan Baliarda, de CiU, elegido con los votos de su grupo y los del Partido Popular.
La estatua, obra del esculptor Xavier Martos, fue inaugurada el 20 de marzo de 2011 en un acto al que asistió el propio Jordi Pujol. «He sido siempre bajito y ahora veo que estoy situado más arriba», dijo ese día. No ha sido restituida.