¿Por qué Laporta permite la reventa en la final de la Copa?

Siempre contradictoria, la gestión de la directiva de Joan Laporta con relación a las entradas parece haber dado un giro radical que va desde el pasotismo escandaloso a una pulcritud y control nunca vista. La historia explica que, siendo Laporta presidente, el mangoneo y las irregularidades en el reparto de entradas esquilmadas a los socios se contaron por miles en las finales de Champions de París y de Roma mediante la retención directa de paquetes de localidades y manipulación del sorteo que el propio Síndic del Soci de la época admitió como modus operandi habitual de la junta.

No hace falta decir que la reventa en aquellos años era un espectáculo público y multitudinario en los aledaños del estadio y un negocio que dejó millones en ganancias a favor de las agencias oficiales, o sea las agencias designadas a dedo por Laporta y los suyos, que disponían de miles de entradas compradas a un precio inferior al facial y colocadas con un servicio extra -alojamiento, cáterin, ocio y transfer- por cientos de euros más.

Modernamente, tras el regreso a la presidencia de Laporta, las irregularidades han seguido estando a la orden del día si bien desde otra perspectiva y canales porque lo que no ha habido hasta ahora han sido finales ni grandes desplazamientos como el de la Copa del Rey del próximo 26 de abril en la Cartuja contra el Real Madrid.

Es fácil imaginar que, si esta misma directiva permitió la invasión del Camp Nou histórica del Eintracht Frankfurt en la Europa League, superior a los 40.000 seguidores, o que se viene repitiendo en Montjuïc y en el Palau este mismo fenómeno de una mayor y peligrosa presencia de aficionados extranjeros, la gestión de las 26.000 localidades de La Cartuja se haya descontrolado rápidamente en beneficio de los reventas de ayer, que vuelven a tener vía libre por diferentes canales de distribución y venta.

El problema de seguridad que se prevé en Sevilla en una final contra el Madrid es de máximo riesgo y esa es la poderosa razón que ha alertado a las fuerzas de seguridad, que han transmitido al Barça su preocupación por la proliferación de entradas en la reventa a las pocas horas de su adjudicación por sorteo.

La junta ha reaccionado con una nota en la que se dan, también, contradicciones como que, por un lado, las localidades no se pueden pasar de un dispositivo a otro mientras que, más adelante, dice que no serán válidas si el portador no acredita ser el beneficiario de una entrada vendida por el FC Barcelona directamente.

Paños calientes, preventivos, que se podrían evitar en buena parte si, como en las últimas finales antes del regreso de Laporta, los tickets no se pueden retirar hasta la víspera o el mismo día del partido en la ciudad sede de la final, una medida que no se aplica esta vez. “Las entradas se entregarán de forma digital, no presencialmente”, precisó el club en la convocatoria abriendo todo un mundo de posibilidades a la reventa, como así está siendo y generando una potencial situación de peligro para miles de aficionados. ¿Por qué?

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