En esta semana, marcada por el estallido de fondo de la que -parece- será la batalla final de Javier Tebas contra Florentino Pérez y Joan Laporta, pocos medios se atreven a analizar la verdadera cuestión de la que dependerá el futuro del fútbol español. O sea, si Dani Olmo puede seguir jugando por decreto del Consejo Superior de Deportes (CSD) o si, por el contrario, los destacados y prolongados esfuerzos a lo largo de los últimos años para establecer unas reglas eficientes y justas de control y garantías económicas a los clubs de futbol profesionales han servido realmente para algo.
La prensa, con raras excepciones, no se atreve a profundizar en la problemática legal del asunto porque, mayoritariamente, al implicar a Florentino Pérez y a Joan Laporta, ambos poseen un absoluto control y vigilancia sobre las cabeceras, entorno digital y el poder audiovisual que a diario confeccionan un relato, sea madridista o barcelonista, próximo y muy favorable a su imagen e intereses.
Así, se ha corrido un tupido velo mediático a la espera de los acontecimientos. En el caso del periodista de cámara de Florentino Pérez, el presentador de El Chiringuito, Josep Pedrerol, ha tenido la oportunidad nada casual de entrevistar al presidente del CSD, José Manuel Rodríguez Uribes, quien ha metido el dedo en la llaga acusando directamente a Javier Tebas de negligencia. «Si Olmo juega es por un fallo de Tebas», ha sentenciado con unas declaraciones innecesarias, imprudentes y completamente prescindibles en un cargo de su naturaleza y dimensión institucional a nivel nacional.
Un partidismo y una denuncia tan descarada por su parte no son propias de un dirigente que realmente puede mandar en el deporte español por encima de todo y de todos, en principio sobre el respeto y el acatamiento del ordenamiento jurídico, pero que es un declarado fan de Florentino y de su obra, además de haber demostrado con sus decisiones pertenecer a la nómina ideológica del presidente del Real Madrid en el caso Olmo. Florentino ha visto desde el principio la ocasión de utilizar el delirante y torpe manejo de Laporta del fichaje de Olmo en contra de Tebas a base de demostrarle, como ha hecho hasta ahora, que el poder del palco del Bernabéu es superior a Tebas y a toda su patronal juntos, y muy capaz de forzar al Gobierno a autorizar una licencia como la de Olmo al margen de la ley. Esto último lo ha reconocido el propio CSD en una resolución dictatorial al prescindir de la normativa de control económico acordado por LaLiga y la RFEF a la hora de obligarles a readmitirlo como futbolista profesional. Curiosamente, incluso después de que el propio FC Barcelona haya admitido que a 31 de diciembre no disponía de fair play financiero para poder inscribirlo.
Por eso, para Javier Tebas ganar el contencioso-administrativo contra la resolución política y tan peligrosa del CSD supondrá poder seguir al frente de LaLiga, y haber dado un paso de gigante en el objetivo final de consolidar un largo proceso de perfeccionamiento y toma de conciencia del fútbol español sobre la necesidad de asumir la normativa sobre el fair play financiero como único modelo capaz de garantizar su supervivencia.
Perder ese pulso, en cambio, le dejaría sin argumentos para seguir liderando una patronal ahora definitivamente quebrada por la alianza del Barça y del Real Madrid en pie de guerra y en su contra, un escenario que Tebas siempre había querido evitar a base de mano izquierda y guante de seda en el trato con Laporta, revoltoso, indisciplinado y tramposo presidente al que ya no ha podido darle ni un milímetro más de margen para sus continuas desviaciones y embustes.
Todo indica que ya no hay marcha atrás en este conflicto que ahora, en manos de la instancia contencioso-administrativa, solo puede tener un ganador, o Tebas y LaLiga o Florentino y Laporta, si derrotan a la patronal. En este caso, con el valor añadido de haberle arrebatado a la Liga cualquier sentido, estructura, orden y valor corporativo. Sin Tebas, la podrán disolver o manejarla a su antojo, empezando por revocar, como es su principal deseo, la distribución de los ingresos por los derechos de TV, pues no quieren repartir el pastel como hasta ahora, además de reducirla a un número de clubs y de calendario que priorice la Liga Unify, como se denomina ahora la Superliga con la que sueña Florentino, con Laporta sometido a su voluntad a cambio de hacerle pequeños favores como salvarle, al menos de momento, del ridículo y de las consecuencias de haberle firmado a Olmo un contrato sin disponer de dinero para pagarle.
Laporta, por su parte y obligadamente, no ha tenido otro remedio que, siguiendo instrucciones de Florentino, salir de forma pública a acusar a Javier Tebas de irregularidades en la gestión, de persecución contra el Barça y de amenazarlo con plantear su inhabilitación, ahora de nuevo enfrentado a LaLiga y a su presidente sin matices y con escasas, por no decir inexistentes, posibilidades de reversión de esta escalada de la tensión entre ambos sea cual sea el desenlace.
Del contexto de esta nueva contienda en los tribunales -si José Manuel Rodríguez Uribes, el presidente del CSD, lo tiene claro, abundando en que la Comisión de Seguimiento conjunta LaLiga/RFEF no posee atribuciones para denegar licencias- Javier Tebas no se queda atrás.
Así le ha respondido en su cuenta de X: «¿Quién expidió entonces la nueva licencia de los jugadores Dani Olmo y Pau Víctor? La propia resolución del CSD no consigue establecer ninguna fecha de expedición, y ante esa ausencia, concluye que las licencias anteriores nunca fueron canceladas. Este argumento resulta difícil de sostener, por varias razones:
· Las licencias fueron expedidas expresamente hasta el 31 de diciembre de 2024, fecha pactada y firmada por el club y los jugadores.
· Esa fecha no fue simbólica: el propio FC Barcelona acudió a la jurisdicción ordinaria solicitando medidas cautelares urgentes antes de fin de año, alegando que las licencias expiraban el 31 de diciembre.
· Dicha petición fue denegada, pero revela claramente que el club asumía que, a partir del 1 de enero, los jugadores estaban desinscritos.
A partir de ahí, la tesis del CSD de que «no hubo cancelación expresa» y, por tanto, la licencia seguía en vigor, implica reinterpretar unilateralmente un hecho documental claro: la vigencia contractual y reglamentaria firmada hasta el 31 de diciembre. Y todo ello para concluir que el problema fue… haber llevado el asunto a una comisión inadecuada».
Tebas remata esa primera defensa, imprescindible para mantener alta la moral del resto de los clubs que consideran un atropello la injerencia del CSD, sosteniendo que «el fondo jurídico no puede reducirse a debates formales sobre foros de debate. Lo relevante aquí es cuándo y cómo se tramitó (o no) una nueva licencia, y si los mecanismos administrativos fueron utilizados de forma coherente con los propios actos de los interesados. A veces, en el intento de desviar el foco, se olvida que el derecho administrativo también exige consistencia, motivación y seguridad jurídica».
Curiosamente, a la prensa de Madrid no le ha interesado provocar ningún debate ni mediático ni jurídico sobre las aristas del tema, señal inequívoca de que Florentino no quiere que el madridismo se incline, por la lógica rivalidad con el Barça, a favor de que Tebas le gane este pulso al Barça y deje a Olmo fuera de juego, un escenario que en las circunstancias actuales sí provocarían, cuando menos, una cierta alteración interna en el equipo de Hansi Flick. El propio técnico azulgrana, a diferencia del bullicio y el ruido habitual que se genera en Madrid contra el Barça -por ejemplo, a base de agitar y remover el caso Negreira-, sí le ha planteado a Laporta su profunda preocupación y hasta sus quejas por seguir arrastrando esta incertidumbre en torno a un futbolista tan importante de su plantilla a estas alturas de la temporada y con los títulos en juego. Intranquilidad y temor de Hansi Flick contra el silencio y la pasividad del madridismo y de Florentino, convencido de que si Olmo puede seguir jugando en el Barça será su gran triunfo personal y el epílogo de la trayectoria de Javier Tebas al frente de LaLiga. «Lo lógico es que Dani Olmo no termine esta liga con el FC Barcelona», ha sentenciado Tebas, que también va a por todas, consciente de que se lo juega todo a esta carta.