El caso Olmo también empuja a Laporta a echarle un pulso final a Tebas

Ahora cambia de discurso, abandona LaLiga y le amenaza con denunciarlo por hacer pública información sobre el margen salarial que, contradictoriamente, el Barça difundió en enero cuando recuperó la normal 1:1 de forma provisional

Joan Laporta - Foto: FC Barcelona

Joan Laporta ha perfeccionado, en la misma proporción inversa a su manifiesta ineptitud para el gobierno del FC Barcelona, su capacidad para controlar el relato mediático. En el caso de la dantesca y torpe gestión del caso Olmo, lo ha facilitado el contexto del momento, con el Barça de Lamine Yamal liderando la Liga, finalista de Copa y con la máxima ilusión y ambición en la Champions, pues de no ser así seguramente se habría puesto en el centro de la diana de las críticas.

En lugar de eso, antagónicamente, se ha atrevido a exigir a LaLiga que respete la confidencialidad de la información relativa al fair play financiero del Barça que, a juicio de la entidad azulgrana, ha propiciado «una campaña de difamación de gran escala contra el Club y el Presidente por parte de medios de comunicación; campaña que está siendo aprovechada como excusa para poner en duda la legitimidad de la situación competitiva de nuestro primer equipo».

En una carta/nota dirigida a Javier Tebas, Laporta ha mostrado «sorpresa e indignación» por la publicación, el pasado 2 de abril, de un comunicado de LaLiga sobre la ausencia destacada de la operación de venta de los palcos VIP, la que presuntamente había de servir para subsanar la falta de margen salarial al 31 de diciembre pasado para poder inscribir a Dani Olmo, en el informe de auditoría de los estados financieros azulgrana intermedios que preceptivamente debía enviar a LaLiga, como muy tarde, el 31 de marzo.

Ese día, Laporta ya acusó a Tebas de intentar influir en el CSD, que aún no había resuelto la cuestión de fondo de la cautelarísima sobre Olmo, aunque en ningún caso denunció que se hubieran infringido artículos y normativas de la patronal con relación -como ha hecho ahora, varios días después- a una posible infracción por dar información de carácter financiero.

Laporta habló entonces de intento de “desestabilización” y de “hechos no casuales” para “ganar en los despachos lo que no ganan en el campo”, eso sin especificar quién estaba detrás de esa maniobra, que no sería el Real Madrid. Al contrario, pues sabido es que el propio Florentino Pérez le comentó a Olmo que si podía jugar era porque, le vino a decir, desde el palco del Bernabéu se habían movido algunos hilos cerca del Gobierno para que pudiera tener una licencia por decreto.

Nada cuadra en esta secuencia de un Laporta que primero disparó al aire sin citar siquiera a LaLiga y que, de pronto, en la tarde-noche del lunes, le puso nombre y apellidos al enemigo, LaLiga, exigiendo, entre otras reivindicaciones, la retirada de esa información en la que confirmaba, a la vista del informe del propio auditor del Barça, Crowe Global, la ausencia de la operación de los asientos, el retorno del club a una situación de margen salarial excedido y, por tanto, confirmando lo que LaLiga ya había hecho público el 31 de diciembre de 2024, en el sentido que Laporta no estaba en condiciones de inscribir a ningún jugador, ni entonces ni ahora tampoco.

Ahora, con retraso, Laporta le ha pedido directamente a LaLiga que “en adelante, se abstenga absolutamente de hacer públicos, en cualquier formato, por sí misma o por cualquier persona de la organización, detalles o datos sobre la información/documentación facilitada por el FC Barcelona a LaLiga en el cumplimiento de nuestras obligaciones como afiliado”.

Todo lo contrario de lo que el propio Laporta aireó a los cuatro vientos cuando, el 3 de enero de 2025, LaLiga le restableció el regreso a la norma 1:1 para fichajes. Esa noche, desde la directiva barcelonista se contactó con los medios para difundir aquella buena nueva gracias al asiento contable de 100 millones que, ahora se ha sabido, fueron una especie de invento encubierto por un auditor sin el rigor ni profesionalidad y con menos escrúpulos. Las cifras del fair play financiero, por otra parte, se hacen públicas regularmente con el permiso de los clubs.

Claramente, Laporta ha cambiado el discurso y ha apuntado a LaLiga, además, abandonando su presencia en la Comisión Delegada en señal de protesta, en cuanto su presidente, Javier Tebas, ha anunciado formalmente la presentación de un recurso contra la resolución del CSD en la instancia contencioso-administrativa con la petición expresa de medidas cautelares que dejarían de nuevo a Olmo sin licencia para jugar, esta vez con consecuencias inimaginables en el caso de ser concedidas hasta el final de un proceso que puede ser largo.

«Lo lógico -ha dicho Tebas- es que Dani Olmo no termine esta liga con el FC Barcelona», una frase contundente acompañada de lo que parecen argumentos sólidos sobre la imposibilidad de que Laporta pueda tener inscrito a Olmo desde la perspectiva de la normativa del control económico exigido para la otorgación de las licencias federativas, ese terreno en el que el CSD no ha querido entrar.

Javier Tebas se lo juega todo en este contencioso ahora que ya tiene también al Barça radicalmente enfrentado y al Real Madrid dirigiendo, esta sí que lo es de verdad, una caza de brujas en su contra y en la línea marcada por Florentino Pérez de provocar un escenario que justifique la fuga de los dos grandes, Barça y Real Madrid. “Si Olmo está jugando es por un fallo de Tebas”, le ha apuntillado el presidente del Consejo Superior de Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes. Así lo ha puesto al pie de los caballos y en el punto de mira del resto de los clubs si no es capaz de evitar, como así sucede, que Olmo juegue por decreto del Gobierno sin haber superado los controles económicos pertinentes y, en todo caso, con una demostrada pirueta financiera de Laporta, tan fantasmagórica como la de Barça Studios. Los clubs de LaLiga, excepto el Real Madrid, no se lo perdonarían.

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