En medio del ruido mediático provocado en los últimos días por el intercambio de golpes entre LaLiga y el CSD, es posible que se hayan pasado por alto incidencias y actuaciones que nada tienen de casual en una batalla de fondo entre Javier Tebas y Florentino Pérez con el modelo profesional del fútbol español en juego y, sobre todo, el cargo de Tebas y la misma dimensión personal y profesional del presidente de LaLiga, desde hace mucho tiempo en el centro de la ira y del deseo de destrucción del poderoso monstruo en que se ha convertido el Palco del Bernabéu. En este pulso, se da la circunstancia anómala y paradójica que el Madrid quiere y necesita a Joan Laporta de su lado, mientras que Javier Tebas es plenamente consciente de la importancia de seguir manteniendo al Barça, al menos, en un perímetro de seguridad desde donde no se vean en la tesitura de tener que atacarse mutuamente y de manera descarnada.
El caso Olmosin embargo, está destruyendo esta zona de confort en la que Laporta y Tebas estaban más cómodos intentando retrasar la inevitable gran y última batalla entre LaLiga y el Real Madrid que, por ahora, va ganando Florentino gracias a que el Consejo Superior de Deportes, órgano directamente dependiente del gobierno español, por dos veces ha impuesto su jerarquía y autoritarismo, desacreditando y riéndose de Tebas, del resto de los clubes de Primera y de la RFEF, porque Dani Olmo pueda seguir jugando sin haber superado, ni mucho menos, las exigencias y requisitos en materia de control económico que sí han tenido que cumplir obligatoriamente el resto de los 500 futbolistas de la Liga EA Sports. Un escenario delirante y surrealista que acabará con muchos más platos rotos.
Este marcador de 2-0 a favor de Florentino es engañoso a pesar de las apariencias. En realidad, van 2-1 con LaLiga disponiendo de claras ocasiones para remontar si a Tebas le sale medio bien la jugada. Eso sí, no tendrá otro remedio que ganar, si lo hace, a costa de la pieza del Barça en juego, Dani Olmo, víctima legal necesaria de este choque de trenes cuyo siguiente asalto pasa por el recurso de LaLiga ante la instancia contencioso-administrativa contra la resolución definitiva del CSD, que apoya que Olmo pueda seguir vistiendo de azulgrana al margen de la ley.
Los expertos consideran, como apunta Tebas en sus mensajes desde una actitud paciente y divulgativa y bien preparado para un escenario de confrontación que requiere tiempo, comprensión y unidad del resto de los clubes que no son los dos ‘grandes’, que el siguiente litigio caerá claramente de su lado y dejará sin efecto la dictatorial y política -también peligrosa- decisión del Consejo Superior de Deportes.
El as principal en la manga de Tebas, por desgracia del Barça, es que, pese a las informaciones en sentido contrario, el contrato de Dani Olmo no ha sido inscrito completamente en LaLiga dentro de los procesos habituales, ni siquiera para esta temporada en la que podrá jugar sólo en virtud de la voluntad del CSD, ya sea hasta el último partido, hasta la interposición del recurso si es posible una anulación cautelar contra la cacicada del CSD o hasta el 30 de junio. Más allá de esta fecha, e incluso ahora mismo, su situación respecto a la normativa no sólo no está en los limbos, sino que Olmo no consta como futbolista de acuerdo con el ‘Procedimiento para la inscripción de un jugador en competición profesional’ que regula las inscripciones y que Javier Tebas ha publicado en las redes junto con una explicación comprensible del proceso que, en el caso concreto de Olmo, no se ha completado.
«LaLiga -argumenta el presidente de LaLiga- denegó el visado previo a través de LaLiga Manager, conforme a los procedimientos automatizados desde hace muchas temporadas y reconocidos oficialmente por el propio CSD. Esta decisión fue tomada por el órgano competente (Dirección de competiciones a través de LaLiga Manager) y la decisión que no ha sido impugnada por nadie y todavía es plenamente válida en mi opinión».
Consecuencia de esta interpretación, anular esta no inscripción no tiene sentido, mucho menos, como ha procedido el CSD, a revocarla como si la Comisión de Seguimiento conjunta de LaLiga y la RFEF hubiera anulado o negado su licencia cuando en realidad se limitó a constatar una situación previa, la de su extinción a fecha 31 de diciembre. «Forzar la literalidad de una frase («acuerda no conceder») -argumenta Tebas- para convertirla en el centro de una nulidad por «incompetencia manifiesta», es un claro caso de formalismo extremo, donde se ignora lo esencial —que la decisión ya estaba tomada conforme a derecho (Dirección de competiciones)— y se sobredimensiona una redacción para justificar una intervención que, honestamente, parece más política que jurídica».
Los letrados que han sido consultados coinciden en que el recurso de LaLiga puede prosperar, sobre todo porque LaLiga, aunque en un primer momento, el 3 de enero, estimó el crecimiento del margen salarial del Barça hasta el 1:1, tras recibir un informe de auditoría validando un ingreso de 100 millones y susceptible de ser contabilizado de manera íntegra esta temporada, acaba de anularlo, o ignorarlo, por la sencilla razón de que el propio FC Barcelona, en su auditoría a 31 de diciembre ahora cerrada, no ha registrado esta operación en realidad. Más que dejar sin efecto la auditoría de enero, firmada por un despacho menor que LaLiga quiere denunciar ante el organismo correspondiente que colegia los Censores de Cuentas a nivel nacional, lo que se ha destapado es un grosero intento de Laporta, otro al estilo Barça Studios, de engañar a LaLiga.
Lo único cierto es que la Nochevieja expiró la licencia de Olmo y que, como por normativa ya no fue posible reinscribirlo a partir del 3 de enero, LaLiga nunca completó este ‘Procedimiento para la inscripción de un jugador en competición profesional’ en el caso de Olmo. Caducidad o extinción que para Javier Tebas es la situación real del futbolista el día de hoy y «no denunciada» también según el punto de vista jurídico de LaLiga, insistiendo en la peligrosidad extrema de esta injerencia del CSD anulando una decisión ficticia e inexistente de la Comisión de Seguimiento LaLiga/RFEF para justificar la inscripción de Olmo por razones que, en ningún caso, refrenda el proceso previsto en el sistema de control económico expresamente requerido por el propio Consejo Superior de Deportes en LaLiga sobre los clubes. Todo apunta a que la primera gran víctima del caso Olmo será el propio Olmo, no por culpa del CSD ni de LaLiga, sino de Laporta por haber fichado a un jugador que, a día de hoy, casi ocho meses después, no está cubierto por el margen salarial del club por la suma de una gestión negligente y tramposa.
