El Lamine Yamal y la Nur

Bluesky

Al Lamine Yamal lo conocéis todos. Es un chico que cumplirá 18 años el próximo 13 de julio y que se ha convertido en un ídolo de los seguidores del Barça y de la selección española de fútbol. A la Nur de la que también os quiero hablar ahora seguramente no la conocéis. Es la protagonista de la última novela de Najat El Hachmi. Tiene doce años y es hija de padres inmigrantes, como Lamine. Sus padres son marroquíes. Los de Lamine nacieron en Marruecos y en Guinea Ecuatorial.

Estos últimos días he leído el libro d’El Hachmi, titulado «Los secretos de la Nur (Ediciones 62/Estrella polar) y he visto el documental «Revolución 304» en TV3 que relaciona el ascenso profesional de Lamine con su condición de hijo de inmigrantes.

La lectura del libro y el visionado del documental me han dado buenas sensaciones. En «Los secretos de la Nur», El Hachmi nos explica cómo es la vida de una niña muy lista y espabilada que se plantea interrogantes sobre la cultura y la religión de sus padres y familiares. Lo hace con naturalidad y sin agresividad. Es una novela juvenil. En sus artículos la escritora suele ser más contundente. Acompañar a la Nur desde la escuela de barrio en la que estudia hasta el centro de alto nivel (en el barrio de Dalt -arriba-, dice ella) al que accede gracias a su inteligencia, aplicación y una beca nos la hace sentir muy cercana.

Nur quiere ser escritora y lo reitera a lo largo del libro, incluso en su frase final. Escritora como El Hachmi que al final describe así los sentimientos de esta chica: «Yo no sé cuál es mi cultura ni de dónde soy porque en el barrio de Dalt me siento fuera de lugar y en el de Baix (-abajo-) hay cosas que no me gustan, como que a las niñas las puedan ‘dar’; no sé si sigo siendo musulmana, porque tengo dudas sobre si Dios existe o no; no sé si soy marroquí, porque en el país de mis padres sólo he estado una vez; no sé si soy ‘de aquí’, porque hay gente que me ve como extranjera; no se si podré seguir siendo una buena hija, porque ni me quiero tapar ni me quiero disimular ni quiero obedecer a mis walidin (padres) en aquellas cosas que me parecen injustas, como que el trabajo de las madres no lo pague nadie y que las niñas tengamos que limpiar y cocinar mientras los niños juegan al fútbol. ¿Sabes? Creo que mi cultura es ser yo misma y decidir la vida que quiero, nada más».

Lamine Yamal era un niño que jugaba al fútbol en unas instalaciones muy sencillas en el barrio de Rocafonda en Mataró, donde hay un gran porcentaje de población inmigrada y humilde. Lo hacía tan bien que desde muy joven ha tocado la fama, la gloria y el dinero como futbolista de élite con el Barça y España. Dicen que hay marroquíes que querían que jugase con la selección de su país, aunque él nació en Esplugues de Llobregat. El documental que le ha dedicado TV3 desborda la simple descripción de su peripecia desde los partidillos con los amigos en Rocafonda hasta los que se ha acostumbrado a jugar en el Nou Camp o el Estadio Olímpico de Montjuïc con el Barça o en las competiciones internacionales con España, selección con la que consiguió el título de la Eurocopa el año pasado.

El reportaje recoge la voz de otros ciudadanos con raíces inmigrantes que expresan su parecer sobre cómo trata nuestra sociedad a los recién llegados o a sus descendientes que han heredado el color de la piel o rasgos físicos diferentes a los de los ‘catalanes de toda la vida’. La voz y las opiniones de estas personas son el reverso del discurso insultante y amenazador de la extrema derecha catalana y española. El documental nos presenta unos catalanes y españoles que aportan unas ideas y una visión de la realidad tan respetable como alejada de las ‘tietes‘, los ‘cagations‘ y ‘la misa del gallo‘. Es un trabajo salido de la redacción de TV3 y, como estamos acostumbrados a ver en esa casa, difumina todo aquello que suene a español en la trayectoria de Lamine Yamal. Su paso por la selección española no aparece y se sobrerrepresenta el uso del catalán en la comunidad de raíces inmigrantes. Aun así, hay que agradecer el producto final.

La Nur surgida de la imaginación de Najat El Hachmi y el Lamine real que ha hecho feliz con sus goles y buen juego a millones de seguidores del Barça y de La Roja forman parte de nuestra sociedad actual. Es una sociedad donde gente malintencionada presenta a los inmigrantes como un peligro para la convivencia. Evidentemente que no todos ellos son como la Nur o Lamine y que hay quienes cometen delitos y que tienen costumbres o actitudes que vulneran derechos humanos. Tenemos que combatir estos comportamientos, claro que sí. Pero no tenemos que hacerlo ‘nosotros solos’. La Nur, el Lamine y los protagonistas de «Revolución 304» son imprescindibles en esta causa.

(Visited 41 times, 1 visits today)

HOY DESTACAMOS

Deja un comentario