Laporta será hoy la estrella del documental sobre su pasado en el Reus

En el avance de sus contenidos se apunta que el director de Barça TV, Toni Cruz, fue contratado por el presidente azulgrana para evitarle otra querella por estafa y para devolverle la inversión con dinero de los socios, una solución ofrecida también a otros afectados

Joan Laporta, abans de la gala del 125è aniversari del Barça - Foto: FC Barcelona

El parón liguero, antes de que la temporada determine los límites y las expectativas reales de la segunda generación de oro de la Masía, abre en el entorno de la actualidad azulgrana la peculiar oportunidad de conocer hasta qué punto las querellas por estafa agravada que se le acumulan al presidente del Barça, Joan Laporta, se asientan sobre una base justificada y sobre indicios suficientes para acabar en un juicio oral. O, como afirma el propio presidente azulgrana en su defensa, si se trata de artilugios procesales urdidos por los demandantes, que no pueden demostrar una vinculación directa entre sus problemas con una frustrada inversión y su persona, pero que persiguen notoriedad y publicidad a base de incluirlo en la presunta estafa de que la han sido víctimas.

Más allá de los detalles del caso, que se acumulan en los juzgados, la cuestión que afecta y debe interesar al Barça -a sus socios, porque afecta directamente a su bolsillo- se centra en si para compensar a los afectados, que invirtieron en un negocio basado en el aval, la experiencia y los éxitos de Laporta en su primera etapa como presidente, se les ofreció entrar a trabajar en el Barça mediante contratos simulados. Esto es, ir cobrando regularmente del FC Barcelona por el tiempo y el salario calculado sobre la deuda contraída aunque sin tener la obligación de cumplir laboralmente con ningún compromiso.

El documental que hoy se estrena en el cine Texas de Barcelona bajo el título LaportaGate. El caso Reus 2 se adentra en esta trama que, si es cierta, sería otro de esos escándalos tan propios del laportismo que también gotean y sangran la economía del club.

Ahora que la verdad promete ser revelada por Andreu Rauet, el periodista que ha conseguido desentrañar y poner al descubierto los sucios y abominables tejemanejes y miserias que rodearon la desaparición del Reus bajo la dirección colegiada de Joan Oliver, exdirector general y hombre de confianza de Laporta entre 2008 y 2010 y fichaje estrella de su campaña electoral de 2015, junto con el propio Joan Laporta, Rafael Yuste y Xavier Sala-i-Martín, es momento también de que los barcelonistas mediten sobre la posibilidad de que se esté reproduciendo en el Barça actual un patrón similar al que finalmente acabó con la vida de un club catalán y centenario como el Reus.

El fondo del asunto que ha acabado en los tribunales gira alrededor de la compra de un club chino por parte del Reus que iba a replicar el modelo del Barça de Guardiola bajo la tutela y la infalible gestión de Laporta, figura a quien los querellantes señalan como la persona que, con su prestigio, les invitaba a invertir con plenas garantías de obtener un 6% de rentabilidad y la devolución íntegra del capital. Era un negocio seguro, según se les prometió.

Laporta siempre ha negado su vinculación en la responsabilidad directa del día a día del Reus, pero su nombre y firma aparecen en documentos de CSSB Limited, la sociedad que iba a encargarse de la explotación, desarrollo y beneficios desbordantes previstos en el éxito del club chino, reclamo de un negocio que arruinó al Reus en manos de la misma estructura que Laporta ha replicado en el Barça, con Pere Lluís Mellado, Joan Sentelles y Bryan Bachner, además de él mismo al frente y, siempre, la compañía de Rafael Yuste.

La millonaria ganancia que iba a producir un club de fútbol chino vendría a ser en el Barça el montaje tramposo y falaz tras la venta de Barça Studios, con un reflejo contable de 408 millones de ingresos, de los cuales a la hora de la verdad solo se han capitalizado 55 millones y con matices, pues más allá de los 15 millones de Aramark, sospechosos de estar más vinculados a su concesión de la restauración del nuevo Espai Barça, poco se sabe de los accionistas que aún conservan parte de la propiedad. Barça Vision, la marca sobre la que iba a girar el caudaloso negocio prometido, iba a cotizar en bolsa con una capitalización inicial de 1.000 millones y a convertirse, en otro impresentable y fantasmagórica profecía de Xavier Sala-i-Martin, en «la madre de todas las palancas». En EE. UU. algunos incautos inversores perdieron su dinero y al Barça la broma ya le ha costado 145 millones de desinversión, traducida en pérdidas de 91 millones, y el despido de un auditor por considerar cero el valor real de esa compañía y exigir su reflejo en el balance con 208 millones más de pérdidas, que siguen amenazando aún más las frágiles cuentas azulgrana.

Contra esas querellas de hoy, secuelas del fracaso en la gestión del Reus, Laporta se ha defendido hasta ahora replicando que «estas informaciones sesgadas y sin veracidad es un nuevo episodio de linchamiento mediático para atentar contra el prestigio personal, la imagen y la reputación del Sr. Joan Laporta, pero una vez más, la verdad se impondrá en la infamia».

De momento, la información contenida en el documental que este miércoles se pasa en Barcelona y este fin de semana en Reus abunda precisamente en que las secuelas del caso Reus han acabado por afectar al Barça. En concreto, a la situación de un alto ejecutivo, Toni Cruz, ex de La Trinca, fichado como director de Barça TV, según la fuente del reportaje, solo para evitarle a Laporta otra querella y como una forma de reintegrarle la inversión que, incauto, realizó a favor de CSSB Limited en su día creyendo en las promesas de Laporta.

Pues ya tardan el club y Toni Cruz en desmentir categóricamente esta revelación concreta y otras en la misma dirección, afectados de la trama a los que se ofreció entrar a trabajar en el Barça, en querellarse contra los autores del documental.

(Visited 121 times, 1 visits today)

hoy destacamos

Deja un comentario

Noticias más leídas