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Amnistía Internacional alerta de malos tratos y saturación en centros de menores migrantes

Menores migrantes a su llegada a las Islas Canarias (RTVE)

Amnistía Internacional ha alertado en el informe A día de hoy no tengo nada de las vulneraciones de derechos humanos que sufren los menores migrantes no acompañados que llegan a las Islas Canarias. Entre otros, la organización internacional relata casos de malos tratos en los centros de acogida, errores en la documentación y en la identificación de los niños y adolescentes, y una falta de coordinación entre las diferentes instituciones que trabajan con estos menores.

Varios de los menores con los que habló Amnistía relataron haber presenciado o sufrido represalias por parte de los trabajadores de los centros, «castigos excesivos» como el aislamiento y retrasos a la hora de realizar los trámites de documentación para su regularización o escolarización, como castigo por ser considerados de conducta conflictiva. Los menores también han denunciado casos de privaciones de comida, de retirada del abono de transporte o de incautación de sus teléfonos o dinero de bolsillo, que luego no les era devuelto, así como amenazas de traslado a centros considerados como lugares donde las condiciones de vida eran muy malas o el trato por parte de los trabajadores no era adecuado.

«Estas situaciones son inaceptables: recordemos que estamos hablando de niños y niñas, que en muchas ocasiones llegan en situaciones de gran vulnerabilidad», señala VirginiaÁlvarez, responsable de Investigación y Política Interior de Amnistía Internacional España, quien también recuerda que hay que garantizar los mecanismos adecuados para que los niños puedan presentar quejas de manera confidencial y sin riesgo de represalias.

«No hay que normalizar la idea de que, al ser niños o niñas de otras nacionalidades, no tienen los mismos derechos. Se pasa por alto que el niño o niña migrante, independientemente de su nacionalidad o situación administrativa, tiene derecho a ser escuchado y protegido, como cualquier otro menor. Entre los niños que están llegando a Canarias, hay perfiles muy vulnerables o con necesidades específicas», añade Álvarez.

Saturación de los centros y falta de profesionales

Para Amnistía, la saturación y sobreocupación de los centros de acogida de Canarias, así como la falta de personal con formación adecuada para tratar a los menores, se encuentran en la raíz de las vulneraciones de los derechos humanos de los niños y adolescentes migrantes que se producen. De hecho, algunas de las autoridades con las que habló la organización han expresado su preocupación por esta escasa preparación de los educadores, afirmando que, en algunos casos, se recurría a contratar a «porteros de discoteca».

«La respuesta de las autoridades ante las denuncias debe pasar también por la realización de más inspecciones en los centros», señala la ONG, que considera que es necesario garantizar un sistema de control de los centros residenciales para evitar violencias y represalias. Amnistía también pide «un reparto vinculante de los menores entre comunidades autónomas para aligerar la saturación de Canarias, que tutela el 36,5% de los menores no acompañados llegados a España».

Falta de asistencia

Según la organización defensora de los derechos humanos, aunque «más del 50% de la infancia migrante que llega a Canarias podría necesitar protección internacional», la realidad es que muchos menores no acompañados no tienen facilidades ni información para solicitar amparo. «La falta de formación adecuada de la policía en materia de asilo, la falta de asistencia letrada y de interpretación de calidad, la falta de identificación de vulnerabilidades y la descoordinación existente han impedido que muchos menores no acompañados refugiados pudieran solicitar protección internacional de manera rápida y efectiva», lamenta Amnistía.

En este sentido, Álvarez destaca que «hay perfiles muy vulnerables o con necesidades específicas: niños que huyen de violaciones de derechos humanos, menores supervivientes de contextos de violencia o trauma y, en algunos casos, niñas que han sufrido mutilación genital femenina o que llegan con implantes anticonceptivos (en ocasiones rotos)». En estos perfiles, señala la responsable de Investigación y Política Interior de Amnistía en España, «se combina el trauma por las experiencias vividas con la incertidumbre o la ansiedad por un futuro incierto» y, por tanto, «requieren atención especializada e integral». No obstante, la ONG ha visto «numerosas dificultades para que estos niños puedan recibir este tipo de ayuda».

La organización está preocupada porque no se esté garantizando un estudio individualizado de la situación de cada menor no acompañado que permita detectar, entre otras cosas, posibles vulnerabilidades. Por ello, entre otras medidas, Amnistía pide que se lleve a cabo este estudio individualizado, para asegurar que las decisiones que se adopten estén guiadas por el principio del interés superior del menor y para asegurar su protección.

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