Uno de cada tres niños con altas capacidades sufre acoso escolar, según Fanjac

La entidad, dedicada a los menores con este perfil, reclama más recursos y más formación para incrementar la detección de casos

Bluesky
Pati d'una escola d'Igualada - Foto: ACN

Uno de cada tres niños con altas capacidades sufre acoso escolar, según un estudio de la Asociación Promotora de la Fundación de niños y niñas con Altas Capacidades (Fanjac). Estos casos se dan principalmente en el patio, han indicado más del 71% de los participantes en la muestra, y aunque la mayoría de los centros dispone de un protocolo contra el acoso, en una proporción «considerable» de los casos este no se ha activado contra alumnos identificados.

El estudio apunta también que solo la mitad de los alumnos tienen un plan individual elaborado. Actualmente, el Departamento de Educación de la Generalitat tiene identificados a 4.200 alumnos con altas capacidades y la Fanjac asegura que hay mucha infradetección, aunque la detección ha aumentado un 62% desde 2017.

Esta asociación ha alertado de que los niños y jóvenes con altas capacidades se sienten rechazados por sus compañeros porque tienen un alto nivel cognitivo, su cerebro funciona más deprisa y son capaces de dar respuesta y aportar soluciones innovadoras a los problemas. Cuando esta realidad no tiene un acompañamiento y persiste en el tiempo, puede derivar en problemas de salud mental. De hecho, la Fanjac afirma que más del 40% de los estudiantes se encuentran en tratamiento psicológico y casi el 50% manifiesta que lo ha estado en algún momento durante sus estudios.

Ante esta situación, y coincidiendo con el Día Mundial de las Altas Capacidades, Fanjac ha reclamado que los centros escolares dispongan de más recursos humanos y económicos para dar a conocer qué supone tener altas capacidades y su identificación, para prevenir casos de acoso. La presidenta de la entidad, Silvia González, de hecho, ha denunciado que solo el 21% de los docentes tienen conocimientos suficientes sobre las características y condiciones de esta diversidad, y que no saben cómo actuar ni cómo ayudar a los alumnos.

Además, ha afirmado que es fundamental que el sistema tome conciencia de la importancia que tiene para estos niños sentirse integrados en el grupo, y ha lamentado que sean las familias las que suelen pedir una evaluación profesional. «Solo en el 4% de los casos son solicitadas por representantes de los equipos de asesoramiento y orientación psicopedagógico (EAP) o de los Centros de desarrollo infantil y atención precoz (CDIAP)», ha asegurado González.

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