Fantasmagórica y sombría presentación de Barça Mobile y de Ruslan Birladeanu

Laporta intentó que el misterioso segundo pagador de la inscripción de Olmo, el presunto impulsor del nuevo operador azulgrana que conquistara medio planeta sin invertir un euro, pasara desapercibido en el MWC, donde reconoció que si compró asientos VIP fue solo para hacerle un favor al club

Joan Laporta, en un acte al MWC - Foto: FC Barcelona

Joan Laporta evitó coincidir en el Mobile World Congress (MWC) de Barcelona con quien, se supone, es su superamigo, colega y partner capital del FC Barcelona, Ruslan Birladeanu, el enigmático ciudadano ruso-moldavo que si apareció en el espacio más importante del mundo de la conectividad de hoy y del futuro, fue para evitar trascender en este ámbito clave del futuro Espai Barça. Pero, sobre todo, por la voluntad expresa del presidente, para que su nombre e imagen estuvieran lo menos expuestos a la radiografía y el análisis mediático en su primera aparición oficial como el personaje que ha sido capaz de arrogarse el desarrollo de la cobertura 5G del nuevo estadio, la creación de un operador de telecomunicaciones propio del FC Barcelona, Barça Mobile, y además salir al rescate del club con 28 millones transferidos la noche de fin de año para poder inscribir, al menos a los ojos del CSD, al fichaje estrella de la temporada, Dani Olmo.

A la vista de su generosidad y predisposición debería ser tratado como un héroe y, en cambio, fue ocultado y relegado al papel de marioneta en el stand del Barça dentro del Mobile en su aparición prevista del martes pasado como CEO de New Era Visionary Group, en principio para que desde el área de comunicación del club su presencia proyectara los grandes planes de expansión azulgrana en el sector de las telecomunicaciones de la mano de Ruslan Birladeanu y de New Era Visionary Group, presentada en su día como una de las empresas líder a nivel mundial.

Así estaba previsto hasta que, por un giro tan inesperado del destino, fue revelada la identidad del segundo pagador y puesta al descubierto que Laporta, forzado porque se le acabó el tiempo (seis meses tuvo desde el verano para encontrar el dinero de la inscripción de Olmo), hubo de recurrir a la tapadera de Ruslan Birladeanu para salir del apuro. Lo confirmaron fuentes de New Era Visionary Group el lunes a la Cadena SER, que si compraron asientos VIP en un ramalazo empresarial inesperado fue «para hacerle un favor al club» y no porque tuvieran un especial interés en esa inversión.

Lo que no pudieron explicar es de dónde consiguió sacar 28 millones esa modesta empresa, sin oficinas propias, ni en los Emiratos Árabes ni en Barcelona, de la noche a la mañana. También aportaron, según ese mismo relato, algo de luz sobre su irrupción en el universo de las telecomunicaciones también repentinamente como proveedor y socio del Barça en la intención de proporcionar al Espai Barça el mejor 5G del mundo y de convertir Barça Mobile en el operador más importante en medio planeta -casi 200 países- con la finalidad de que los 400 millones de barcelonistas se conecten a un mismo canal. Fue Limak, la constructora turca responsable de la remodelación del estadio, la que, por contrato, debía gestionar la cobertura 5G. Y fue Limak, detalló la SER, quien eligió a New Era Visionary Group «porque así se lo indicaron desde el club».

Por tanto, de acuerdo a esta versión, New Era Visionary Group resultó elegida a dedo directamente desde la directiva -o sea, desde presidencia a efectos prácticos- y, a su vez, ha sido la responsable de dirigir el concurso interno para la selección del operador capaz de aportar la tecnología y el conocimiento necesarios, en este caso MasOrange, la recién creada fusión para España de MasMovil y Orange que, en opinión de la industria especializada se convirtió, desde abril pasado, «en la empresa líder automática en el mercado Español por número de clientes, y también en una de las 20 mayores compañías de España por ingresos». Paradójicamente, sin embargo, MasOrange, por lo que respecta a su vinculación azulgrana, depende de la New Era Visionary Group que fue fundada también el año pasado con 3.000 euros de capital social.

Ruslan Birladeanu negó en el stand del Barça que para crear una red internacional de telecomunicaciones al servicio de los fans del Barça haya que disponer de un capital importante, ni mucho menos, dando a entender que su sociedad y la de Francisco Maza, el socio español de la organización, no se distinguen precisamente por sus fondos propios, otro contrasentido con relación a su papel de capitalista inversor (70 millones tiene comprometidos) en el asunto de los asientos VIP.

Con razón Laporta quiso evitar que el socio del Barça conociera el origen del comprador principal de la operación nochevieja, amparado en una confidencialidad que solo pretendía mantener oculto que el clan de los Birladeanu había entrado en el universo laportista en más que extrañas circunstancias, pues su hijo Andrei también figura como partner de merchandising del club con una sociedad constituida en Estonia con 100 euros de capital social, propietaria de una licencia para la venta de relojes de lujo de la marca Jacobs & Co, una serie limitada conmemorativa del 125º aniversario del FC Barcelona.

Ambos se dejaron ver en el Mobile World Congress con parafernalia azulgrana y, en el caso del padre, Ruslan Birladeanu, comedidamente hablador en su esperada, aunque breve y confusa intervención, aparición en la presentación oficial de Barça Mobile. No admitió más que las preguntas preparadas y la seguridad del Barça se lo llevó para evitar el cara a cara con los periodistas que intentaron abordarle. De Barça Mobile se supo, eso sí, que sin inversión ni dinero será muy pronto uno de los operadores líderes internacional, anunciando que muy pronto, a final de mes, «habrá sorpresas», afirmación que no se sabe si es premonitoria de otro de esos negocios de Laporta como Barça Vision. Lo que sí ha de pasar antes del 7 de abril es que el CSD resuelva sobre la licencia de Dani Olmo.

No fue casual y sí tan deprimente como significativo que la ponencia de Ruslan Birladeanu acabara siendo una conversación guionada y teledirigida entre el campeón ruso-moldavo de las telecomunicaciones amigo de Laporta y Bryan Bachner, otro compinche de Laporta, cabeza visible, pensante y ejecutora de la desaparición del Reus y hoy responsable del desastroso negocio de Barça Vision y de las oficinas prácticamente inoperativas del Barça en Nueva York y Hong Kong.

Y no es de extrañar, pues en el acto principal del stand del Barça en el MWC no apareció una sola imagen (ni vídeo ni foto), ni siquiera un power point ilustrativo de las hazañas y planes de Barça Mobile, solo una carátula fija con el nombre y los cargos de los participantes.

¿Cutre? ¿Frikismo? ¿Fallo de la organización? ¿Descuido imperdonable? Nada de eso, simplemente que ni Barça Vision es capaz de producir un vídeo corporativo presentable y que, lo peor y más destacable, Barça Mobile, al igual que Barça Vision, no dispone de un plan de negocios propio, todo es un montaje fantasmagórico típico del laportismo más genuino y embaucador.

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