Ya circulan informaciones sobre la posibilidad de que MasOrange, el desarrollador de tecnología 5G elegido por Joan Laporta para dar cobertura y procurar nuevos servicios en telecomunicaciones a los futuros usuarios del Espai Barça, estudia seriamente romper el compromiso adquirido en noviembre pasado y renunciar a ese negocio. La decisión sería consecuencia de la mala reputación de su socio principal en esta aventura, New Era Visionary Group, ahora que se ha hecho mundialmente famoso por haberse convertido en la tapadera del truco financiero empleado por el presidente del Barça para conseguir, ni que fuera provisionalmente y fuera de plazo, al menos según LaLiga, la inscripción de Dani Olmo.
También se da por seguro que el último viaje de Laporta a Oriente Medio de hace dos semanas no tuvo otro objetivo que encontrar un comprador real para los 70 millones en asientos VIP vendidos a New Era Visionary Group en una operación cerrada el 2 de enero mediante una transferencia de 28 millones por el 40% de la cesión de la comercialización de unas 300 localidades de alto standing del Spotify reformado.
El motivo oculto y posiblemente manipulado de esta reventa urgente y las dudas de MasOrange de seguir siendo proveedor del FC Barcelona tienen su origen en el hecho común de que tanto la empresa matriz New Era Visionary Group (NEVG) de los Emiratos como su filial española, con sede en un piso del barrio barcelonés de Sant Andreu, han sido la tapadera empleada por Laporta para dos negocios sospechosos al cien por cien de esconder oscuros intereses.
En el caso del futuro internet del Espai Barça, porque NEVG, sin experiencia ni recursos, es el partner impuesto por Laporta para asociarse a MasOrange, que es quien posee y acredita la tecnología y conocimientos necesarios. Y lo mismo ocurre con NEVG en el sector también muy especializado de la explotación de asientos VIP de grandes espectáculos deportivos o eventos.
Esta es la impresión del barcelonismo tras desvelarse la identidad del misterioso segundo pagador de la pirueta financiera del caso Olmo -NEVG- y de sus socios Ruslan Birladeanu y Francisco Maza. El primero, un empresario moldavo famoso en su país haber sido denunciado en una estafa inmobiliaria gigantesca; y el segundo, un completo desconocido en ambos sectores, como Ruslan Birladeanu, que en su día fue condenado en Andorra a medio año de cárcel por falsificar forfaits de una estación de esquí. Con estos precedentes y la certidumbre de que NEVG de los Emiratos fue fundada con el mínimo capital y opera desde un modesto coworking y que la NEVG de Barcelona no tiene ni una oficina y se fundó el año pasado con 3.000 euros de fondos propios el asunto huele a chamusquina.
Además, en las últimas horas ha trascendido, complementariamente a las informaciones ofrecidas por El Confidencial y El Periódico, que el hijo de Ruslan Birladeanu, Andrei Birladeanu, «ha mediado con la prestigiosa marca norteamericana Jacob & Co para la fabricación de relojes de lujo con motivo del 125º Aniversario del Barça. La colección se limita a 125 piezas hechas con oro rosado de dieciocho quilates, el escudo de la entidad y sus colores. El precio oscila entre los 100.000 y los 150.000 euros. El joven moldavo se presenta en su cuenta de LinkedIn como CEO de New Era Licensing & Merchandising OÜ, una sociedad registrada en Estonia desde agosto del 2023 con un capital social de cien euros. El nombre de la compañía de Andrei (New Era Licensing & Merchandising) tiene la misma raíz que la de su padre, New Era Visionary Group (NEVG). De hecho, en los registros oficiales estonios, la dirección de contacto de Andrei es abirladeanu@nevgrp.com, vinculada en el web de la compañía de su padre», según ha informado el diario Ara.
No hay duda que el clan de los Birladeanu, ya conocido en algunos círculos como el clan de los estafadores, es ahora mismo el preferido de Laporta aunque en ningún caso podría haber hecho frente por sí mismo al pago de los 28 millones de la transferencia recibida en el FC Barcelona a primeros de enero pasado, ni puede pagar tampoco los 42 millones del segundo plazo el año que viene, motivo por el que Laporta necesita con urgencia traspasar ese negocio a una empresa solvente y con capacidad para devolver esos 28 millones a quien quiera que los haya puesto a favor de Laporta para salir del paso y garantice la totalidad de los 70 millones de inversión.
Los rumores y las especulaciones apuntan a que el propio Laporta, afortunado receptor de una Visa Gold de la EAU, habría conseguido alimentar parte de los fondos aportados tan sorpresivamente por NEVG (28 millones) con sus propios recursos y puede que con algún préstamo de terceras personas que ahora necesita reponer con la misma emergencia del fin de año. Con más motivo, una vez desveladas las sospechas de LaLiga, que dio por bueno el certificado del ingreso de los 28 millones el día 3 de enero, pero que tras analizar su origen formal, a través de la empresa de los Birladeanu y de Francisco Maza, ha transmitido y confirmado ante el CSD su convencimiento de que si la noche del 31 de diciembre no se aceptó el plan de generación de margen salarial de Laporta fue porque no se habían acreditado ante LaLiga las garantías de solvencia y de cobro exigidas al Barça, como al resto de los clubs.
Así fue como Laporta, con el primer visto bueno de LaLiga al ingreso de los 28 millones, se armó de valor para pedirle al CSD que se saltase la decisión de la patronal, que sigue sosteniendo la razonabilidad de la no inscripción de Dani Olmo y que ahora, en sus alegaciones, ha visto confirmada no solo que al límite del fin de año el Barça no disponía de fair play financiero, sino que, a la vista de las pistas sospechosas de que la operación con New Era Visionary Group no fue más que un montaje financiero, otro como Barça Studios, procederá a desmontarlo a efectos del margen salarial. Así se lo ha expuesto al CSD en su réplica a la cautelarísima para que sepa que, si mantiene esa sorprendente desautorización de LaLiga y de la RFEF a su exclusiva potestad para aprobar o no las licencias de los clubs profesionales, estará avalando una inscripción polémica y fraudulenta, según se quiera interpretar, como la de Olmo. O sea, lo contrario de uno de los argumentos del CSD para justificar la cautelar, que era el de evitar los perjuicios derivados de negarles la licencia, que en el fondo y en la forma no es una medida contra el futbolista internacional, sino contra la temeraria y frívola gestión de Laporta fichando a Olmo sin disponer de margen salarial.
