El director general de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, ha admitido este martes que la cifra de homicidios de los últimos días en Cataluña no es «habitual». Con todo, en declaraciones a Catalunya Ràdio, ha apuntado que hasta ahora los Mossos no consideran que ninguno de los ocho homicidios que se han producido desde inicios de año estén vinculados al crimen organizado.
Según ha dicho, la mayoría tienen que ver con peleas o discusiones mal resueltas. Preguntado por si están preocupados, Trapero ha indicado que están «ocupados» haciendo su trabajo y ha indicado que de estos ocho homicidios, cinco ya estarían resueltos, con los detenidos a disposición judicial, mientras que en los otros tres ya tienen «líneas bastante claras» de la autoría.
Por otro lado, sobre las cifras, Trapero ha matizado que un «análisis riguroso» requiere mirar más allá de los últimos días y ha destacado que en los últimos diez años los homicidios presentan cifras «bastante estables» en Cataluña. «No es el mejor día para decirlo», ha añadido, pero tanto Cataluña como España tienen una de las tasas «más bajas» a nivel europeo.
En el caso catalán, ha indicado, la tasa de homicidios ha llegado hasta 0,60 o 0,85 por 100.000 habitantes en los momentos en que ha habido más -unos 60 u 80 homicidios al año ha matizado- mientras que en países como Francia o Finlandia se sitúan por encima del 1 por 100.000 habitantes al año.
Con todo, sí ha afirmado que en los últimos dos o tres años, tras la pandemia, han detectado muchas personas que originan conflictos y «tienen algún tipo de desequilibrio» y casos en los que se utiliza la violencia para resolver un conflicto. No ha distinguido entre zona rural o urbana ni tampoco ha señalado ningún punto de Cataluña que preocupe en especial a la policía.
Pedido por las actuaciones en el barrio de La Mina de Sant Adrià de Besós (Barcelona), Trapero ha indicado que el patrullaje se ha mantenido y también están trabajando en el «mal llamado mercado de la miseria», donde han retirado el material y hay compromisos desde la vertiente policial para mantener el barrio «con un estándar de seguridad».