Los servicios de información del Estado español se entrevistaron varias veces con el imán de Ripoll (Girona), Abdelbaki Es Satty, para obtener información sobre entornos yihadistas entre 2012 y 2014, mientras estaba en la cárcel de Castellón y antes de que fuera a vivir a Ripoll, pero lo acabaron descartando como colaborador porque no se fiaban de sus informaciones.
Además no detectaron que fuera un riesgo y en 2014 y 2015, ante el aumento de la actividad yihadista en Europa, el CNI (Centro Nacional de Inteligencia) centró los esfuerzos en otros individuos. Lo revelan documentos desclasificados por el gobierno español y lo dijo el propio exdirector del centro Félix Sanz Roldán en la comisión de secretos oficiales del Congreso de los Diputados en 2018.