Una Mirada Informativa Especial, la productora audiovisual del grupo Les Notícies de Catalunya de José Antich, que utiliza la marca Frame Creative Media, coloca periódicamente documentales y reportajes en TV3 en sintonía con la ideología independentista que impera en esa televisión pública. En los últimos años está «¿El català a Europa, missión impossible?», «Catalunya Nord, el català a judici» o «Jorge Fernández Díaz contra el mal». La noche del pasado 29 de diciembre, TV3 emitió la última aportación de Antich a la causa patriótica en forma de audiovisual. Se trata de «Guimerà. El Nobel sense premi», que ha costado 181.301.90 euros a la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA). Lo ha coproducido PuntTV.
Este documental está dividido en tres capítulos pero TV3 optó por emitirlos seguidos el domingo. Tuvo una audiencia floja: 180.000 espectadores. Quedó por debajo del 12% de audiencia y también por debajo de la media de la audiencia habitual de los documentales del programa 30 minuts, que se emite los domingos en la franja en que se pasó «Guimerà. El Nobel sense premi». La media de audiencia de los documentales de 30 minuts supera los 200.000 espectadores. El que emitió el 1 de diciembre, dedicado a los efectos de la DANA en el País Valencia, -«Un dia que durarà anys»-, tuvo 343.000. Y el último que emitió, el 8 de diciembre, -«Intrusisme, la salut en perill»-, tuvo 215.000.
Jofre Llombart, que fue Secretario de Difusión del gobierno de la Generalitat entre los años 2021 y 2022 y es hoy el director de negocio audiovisual del grupo mediático dirigido por Antich, escribió un artículo en el digital El Nacional, también de este grupo, en el que acusa al gobierno y a la administración españolas de poner todos los tropiezos posibles a la concesión del Premio Nobel de Literatura a Guimerà. Llombart asegura que la primera sospecha por el fracaso de su candidatura recae en que «era un firme defensor de la causa catalanista en general y del uso de la lengua en particular» y que «esta catalanidad se combinaba con un Estado español que sólo pensaba en castellano». Va más allá: «los poderes fácticos españoles no es que no movieran un dedo a favor de Guimerà, sino que movieron mar y cielo y tierra en su contra» y remacha: «España veía el Nobel en Guimerà como un premio a la literatura catalana y eso el Estado lo vivía como un castigo a la castellana. Por eso, España, en lugar de favorecer a un Nobel a un español, trabajó para dejarlo sin premio como castigo por ser catalán».
Pero para Llombart, nadie podrá con Cataluña. Termina el artículo de forma épica: «Después de 1640, 1714 o 1939,lo más normal es que la nación catalana hubiera desaparecido unas cuantas veces. Pero el Matrix español de tanto en tanto tiene un hueco en el sistema y por ahí se cuelan excepciones luminosas que permiten que una nueva generación de catalanes le pase el testigo a la siguiente, hayan nacido aquí o, como Guimerà, hayan nacido fuera. Y eso ha permitido que, cien años después de su muerte, alguien pueda explicar su historia en catalán y a través de la televisión pública catalana. Será quizá porque, como él mismo proclamó en el discurso de los Juegos Florales de 1920, «los pueblos no se deshacen: los pueblos son eternos y no se corrompen».
Tras la floja acogida al pase del documental por TV3, a los que comparten la visión patriótica de Llombart les queda la opción de buscarlo en la plataforma 3cat. Seguramente se desilusionarán, porque el documental que encontrarán no abona las sospechas y afirmaciones contundentes de Llombart contra la administración española de aquella época.

