Junts y su declaración confesa

Bluesky

Madre mía, lo que puede dar de sí la política en este país. El mismo día en que el diario The Economist escoge a España como la mejor economía del mundo de 2024, Gabriel Rufián afirma que Junts hará presidente a Feijóo tarde o templado, sea como sea, mediante una moción de censura a Pedro Sánchez o por «cualquier otra vía». ¿Alguien duda ya de que Rufián no se equivoca? ¿Alguien se cree todavía que Junts tiene en la cabeza otra cosa que no sea salvaguardar su propia existencia y la de los más ricos, también de los españoles?

Susana Alonso

No nos engañemos, la derecha siempre se ha ayudado entre ella, aunque eso suponga renunciar a otros objetivos más utópicos, la independencia, la amnistía real, la destrucción de las cloacas del estado, la democratización de la justicia… En Junts están más para defender y proteger los intereses de unas élites que, sean españolas o catalanas, poco importa eso, siguen exprimiendo a los ciudadanos, sean estos catalanes o españoles. La bandera se esconde detrás de otra patria, la del dinero, la que siempre lanzó a los asientos del poder una burguesía y una oligarquía que fueron capaces incluso de sostener el franquismo, después de haberse aliado con posiciones más independentistas.

Junts vuelve al redil del autonomismo, del que no salió nunca a pesar de esas afrontas en el Estado español que utilizó para ensalzar a los suyos. Yo también creo, como Rufián, que Feijóo será presidente gracias al apoyo de los independentistas de escaparate de Junts porque, en el fondo, lo comparten todo, absolutamente todo. También la idea de que el estado pierda dinero a favor de las compañías eléctricas, en la privatización de la educación y de la sanidad, en la perpetuación de la religión en las escuelas públicas como asignatura, en la delimitación de los derechos de los inmigrantes, en este racismo elitista donde el pobre es un desperdicio de la sociedad o en los privilegios a la banca y a sectores empresariales corruptos.

Me cuesta encontrar a alguien de Junts que muestre empatía con quien sufre más allá de lo que tiene cubierto su riñón con un seguro privado de salud. Me cuesta tropezar con alguien de Junts que me critique el genocidio en Gaza, aunque sí he hablado con alguien que me confiesa que hay que matarlos a todos antes de que lleguen a ser terroristas. Y todos, absolutamente todos, me dicen en privado que hay que cerrar las fronteras, las importaciones de alimentos, que podemos vivir con lo que tenemos, que no necesitamos a nadie, que lo de la lengua, lo del retroceso del catalán es normal, que al final el inglés acabará arrasándolo todo, que lo que importa es comer, producir para comer, aunque ello suponga cargarse el medio ambiente.

Nada diferente de lo que defienden PP y Vox. Por eso estoy convencido de que estos tres elementos del panorama político están muy cerca de entenderse, probablemente porque también les une un odio común a Pedro Sánchez, a ese sanchismo que se está atreviendo a tocar, aunque sea levemente, algunas estructuras del estado. No se encuentran muy a gusto en este terreno compartiendo espacio con Bildu o con un PNB más democrático que ellos. Quien avisa no es traidor y Junts ya va preparando el terreno entre los suyos.

Me imagino las proclamas de Puigdemont y de Nogueras intentando vender la moto de la importancia de seguir caminando hacia la independencia de la mano del PP, aduciendo el incumplimiento de los pactos con el PSOE. Una vuelta de rosca a la que ya nos tienen acostumbrados, diciendo una cosa y la contraria ocho segundos después, consiguiendo, paradójicamente, tener un electorado fiel a este fraude.

Pero que mis lectores no se engañen. Estos votantes saben de qué pie calzan. Acérrimos defensores de lo privado, incansables destructores de los avances sociales, su alma no se divide entre independentistas y de derechas. Su alma siempre permaneció en estos lugares donde se desprecia al pobre, donde se le excluye de cualquier acontecimiento integrador. Si incluso Jordi Pujol estaba en contra de la inmersión lingüística porque eso podía suponer que los inmigrantes ascendieran en aquella escala social que era patrimonio de unos cuantos!

El intercambio de cromos está servido. Lo que ha criticado el PP al PSOE respecto a Junts se cumplirá tarde o tempré. Lo veremos. Será una traición a sus votantes; eso está claro. Pero lo peor es que será una deslealtad a todo un pueblo, que aún recuerda el fusilamiento de Companys, de Puig Antich y de centenares de catalanes que aún permanecen en las cunetas de muchos pueblos. No se lo perdonaremos.

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