Salvador Illa ha recetado «convicción, ambición y pacto» para que 2025 sea «un año de oportunidades para Cataluña». Tras la ofrenda tradicional a la tumba del presidente Francesc Macià en el 91 aniversario de su muerte, el presidente de la Generalitat actual, acompañado por buena parte de su gabinete, ha reivindicado la figura de «la persona que inició el camino del autogobierno».
«No puede haber un país grande que no mantenga bien tejido el hilo histórico de las instituciones», ha afirmado Illa. También ha opinado que, cuando los catalanes han «compartido esperanzas, esfuerzos y optimismo», el país ha «progresado», tal y como lo ha hecho cuando ha «fortalecido la fraternidad».
En un mensaje plenamente institucional que no ha admitido preguntas de los periodistas y sin referencia a la actualidad, como en el discurso de Navidad del rey Felipe VI, el presidente de la Generalitat ha afirmado que sería «un error» trasladar al día de hoy lo que hizo Macià, pero sí ha querido destacar «tres cosas de su legado».
Así ha hablado de «convicción», en el supuesto de que «no puede haber país que funcione» si no lo tiene; de ambición, igualmente considerando que es imprescindible para el progreso del territorio, y de «pacto», recordando que la Generalitat «moderna», de la que «es padre», nació de un acuerdo entre él y varios ministros de la república española, de entre los que ha destacado Fernando de los Ríos, padre de la «revolución del respeto».
«El 2025 puede ser un año de oportunidades para Cataluña» aplicando estos tres parámetros, ha indicado Illa. Ha subrayado que, «cuando hemos compartido esperanzas, esfuerzos y optimismo, hemos progresado» y que, «cuando hemos fortalecido la fraternidad, también».
