A Laporta le preocupa más la comisión del contrato de Nike que el futuro de Olmo

Aunque la actualidad ha puesto el foco en el bajón del equipo de Flick y los inventos financieros para que el fichaje estrella siga vestido de azulgrana, al presidente le conviene y satisface más que no se hable de la asamblea, clave para la felicidad de Darren Dein

Joan Laporta - Foto: FC Barcelona

Para el generoso entorno mediático y el emporio digital laportista, al presidente del Barça se le acumulan las operaciones, los ingresos y las soluciones para inscribir a Dani Olmo antes de perderlo para siempre, pues quedaría libre si no lo inscribe en LaLiga formalmente en menos de dos semanas y además habría que indemnizarlo antes de que, en el colmo de las desgracias, pudiera fichar por el Real Madrid, por cierto, al que le iría muy bien un jugador de sus características.

Por lo que respecta al futuro de Olmo, se sabía que varias sociedades hacen colar para entrar en el accionariado de Bridgeburg Invest por lo de Barça Studios y eso a pesar del bochorno por engañar al Nasdaq de Nueva York intentando capitalizar por 1.000 millones de dólares una empresa que para el auditor -menos mal que es un auditor amigo- vale cero. Por otro lado, quién sabe si, a la vista de las nuevas expectativas, Orpheus Media, Socios.com, Libero, Vestigia, Nipa Capital y Mountain and Co. se sienten, de pronto, arrepentidos de haber renunciado o limitado su participación en el atractivo negocio de la suma de los NFT, el Metaverso, la web 3.0 y la comercialización audiovisual, y deciden volver sobre sus pasos y meterse de lleno en la rueda de Barça Vision aportando los 145 millones que faltan para estar a salvo de las estrecheces actuales. Además, la venta a 10 y 20 años de asientos y palcos VIP puede generar beneficios más que sobrados para renovar a Dani Olmo, a Pau Victor y fichar, si hace falta, a dos laterales y todo lo que necesite Hansi Flick en un momento dado. Estos ingresos, sumados al torrente inagotable procedente del nuevo contrato de Nike, suponen una riqueza añadida con la que Laporta podría incluso recuperar a Vítor Roque prácticamente sin necesidad de sacrificar la gira por EE. UU. del verano para disputar hasta cuatro partidos por Asia con el mismo efecto de disparar las ganancias a cotas nunca vistas. Este es el relato oficialista de la junta de Laporta.

Según una encuesta de TV3 del miércoles por la noche, los barcelonistas no están preocupados por la inscripción de Dani Olmo, pues el 62% manifiesta su absoluta tranquilidad mientras que solo el 38% respondió con cierta inquietud.

Entre la prensa, según las decenas de testimonios de los periodistas y cantores laportistas de las redes sociales varias, al presidente se le vio tan tranquilo y confiado el tradicional encuentro navideño que nadie puede poner en duda su eficiencia en la gestión de ese pequeño cabo suelto que es Dani Olmo.

Y eso es absolutamente cierto porque, si todo lo demás fallase -lo cual es casi imposible si hay que hacer caso, como siempre, del relato oficialista y de las promesas de Laporta desde hace más dos años, desde que LaLiga le impuso el bloqueo del margen salarial al Barça-, la salida pasa por pedirle a un juez mercantil conocido de la casa que dicte una cautelar para ganar tiempo. El argumento de Laporta será, como en su día justificó al presentar la demanda por Gavi, que lleva el mismo tiempo atrapado en un proceso parecido y con el contrato de juvenil, que no se le puede negar a Dani Olmo el derecho al trabajo teniendo un contrato con el Barça por más que, a juicio de las normas de LaLiga, el Barça no se lo pueda pagar hoy. Solo si el juez, que Laporta espera se comporte como un autómata que receta medidas cautelares sin mirar siquiera a los ojos al paciente, no calibra la notable diferencia entre un caso y otro, entonces el dictado de la cautelar -es decir, conseguir una patada a seguir- aplazará el drama que supondría lo contrario sin entrar en el fondo de la cuestión y con el caso apilado en el juzgado a muchos meses vista antes de ser visto, como el de Gavi.

El peor escenario para Laporta, con todo, no sería un fallo diferente a esa parálisis si el juez considerase que, en contraste con el caso de Gavi, que ya llevaba varios años en el club cuando sobrevino el bloqueo del margen salarial, el presidente ficha a Dani Olmo en verano de 2024 sabiendo y siendo plenamente consciente de no poder inscribirlo. Es decir, provocando expresa y maliciosamente un conflicto en LaLiga y en el Barça pese a la advertencia y el conocimiento de la situación, finalmente resuelta con la trampa de estirar la lesión de larga duración de Christensen.

El verdadero drama para el presidente azulgrana sería que mañana por la mañana algo saliera mal en la asamblea extraordinaria donde debe aprobarse el contrato de Nike con el Barça, indudablemente el mejor contrato de la historia para la marca norteamericana, por 14 años y unas cifras que dentro de muy pocas temporadas quedaran desfasadas, como es habitual en este tipo de convenios y el motivo por el que todos los presidentes han querido avanzarlo sistemáticamente antes de dos y tres años de su finalización, cuatro en el caso actual. A cambio, Nike obra exactamente igual, avanza una cantidad en forma de prima e incorpora más ventajas de explotación y de comercialización.

La fuente de tranquilidad, satisfacción y felicidad navideña de Laporta en el encuentro con periodistas provenía de la absoluta concentración informativa en otros frentes ajenos por completo a la asamblea como el conflicto con la grada de animación o la inscripción de Dani Olmo. Se diría que hasta la victoria del Leganés le puso a la semana esa otra guinda que, en lugar de activar el horizonte de una asamblea fascista, totalitaria y manipulada, la enterró para siempre y con ella su segura aprobación del acuerdo con Nike y la luz verde de una comisión para Darren Dein, que, según las fuentes, está entre los 20 y los 80 millones.

Por eso, pase lo que pase por la noche en Montjuic frente al Atlético de Madrid, incluso en caso de una derrota, a Laporta se le verá contento y risueño en el palco. Porque nada le hace más feliz que hacer felices a sus amigos, como a Darren Dein, por dejarle echar una mano en la recta final de las negociaciones con Nike. Una satisfacción muy por encima incluso de si Dani Olmo se acaba yendo al Madrid o sigue en el Barça como ahora: con el peor estado de ánimo y afectado por ser el absurdo protagonista de la acumulación de negligencias del laportismo. Esta de mañana será la asamblea con menos participación y más silenciosa e indiferente de la historia para los socios. No para Laporta, desde luego.

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