El PSOE abre este viernes el 41º Congreso Federal que tiene lugar en Sevilla y que reelegirá a Pedro Sánchez como secretario general del partido. Los socialistas elegirán también la nueva ejecutiva que encabezarán María Jesús Montero y previsiblemente Santos Cerdán, y aprobarán un documento que avala de forma genérica el acuerdo para la financiación singular. El Congreso arranca marcado por actuaciones judiciales derivadas de denuncias de organizaciones de derecha y ultraderecha como Manos Limpias y Hazte Oír, y el partido también está pendiente de la declaración ante el Tribunal Supremo de Juan Lobato, que fue secretario general de los socialistas madrileños.
Sin oposición ni pugnas internas que marcaron otros congresos, los socialistas cerrarán filas en torno a su líder, único candidato a la reelección, y buscarán relanzar el proyecto con el objetivo de agotar la legislatura y seguir gobernando más allá de 2027. Desde este viernes y hasta el domingo, los 1.095 delegados de las federaciones participarán en varias ponencias y discutirán, entre otros, sobre la financiación singular y la monarquía.
La ponencia marco del 41º Congreso Federal del PSOE apuesta por un sistema de financiación «más justo y sostenible» que tenga en cuenta las «singularidades territoriales» para afrontar «nuevas realidades demográficas y climáticas que exigen mayores niveles de inversión en servicios básicos e infraestructuras». Según el documento, es necesario que este nuevo modelo profundice en la «corresponsabilidad» de las comunidades autónomas y ponga punto final al «populismo fiscal» de los gobiernos autonómicos del PP, que bajan los impuestos «a sus élites económicas» mientras piden «más fondos al gobierno central».
A pesar del redactado genérico, seis federaciones socialistas y varios militantes han registrado más de 400 enmiendas (de un total de 6.742) sobre el modelo de financiación. Son las federaciones de Madrid, Aragón, Castilla-La Mancha, Galicia, Extremadura y Castilla y León. Algunas claman por una financiación «justa» que se negocie de forma «multilateral» y rechazan el principio de ordinalidad.
Aparte de reelegir a Sánchez y votar a la nueva ejecutiva, que previsiblemente integrarán Montero y Cerdán, hay que ver qué papel asumirán algunas de las figuras ascendentes del ejecutivo de Sánchez, como es el caso del exalcalde de Valladolid y ministro de Transportes, Óscar Puente, aplaudido por la reconstrucción tras la DANA; el exjefe de gabinete de Sánchez y ahora ministro de Transición Digital, Óscar López; y el ministro de la Presidencia y de Justicia, Félix Bolaños.
Cinco frentes abiertos
El PSOE llega a la cita acosado por supuestos casos de corrupción e investigaciones abiertas por varios jueces al entorno más próximo de Sánchez. El caso Koldo, con la imputación del que fue mano derecha del presidente español, José Luis Ábalos, y la declaración del intermediario Víctor de Aldama, configuran un primer filón que las acusaciones quieren estirar hasta el presidente español.
El segundo y tercer frente son los casos abiertos contra su mujer, Begoña Gómez, investigada por el juez Juan Carlos Peinado por supuestos delitos de tráfico de influencias y apropiación indebida, entre otros, y su hermano, David Sánchez, a quien un juez de Badajoz imputó este miércoles por un supuesto caso de malversación en un contrato de la Diputación de Badajoz.
Otro flanco abierto es el de la imputación del Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, investigado por la supuesta filtración de datos personales de Alberto González Amador, la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para desmentir las informaciones difundidas por el entorno de Ayuso sobre un acuerdo entre la fiscalía y González.
El PSC, con Sánchez
A pesar del papel central que la financiación singular acabará teniendo en el congreso, el PSC quiere mantener un perfil bajo. Los socialistas catalanes han descartado plantear ninguna enmienda al documento sobre el modelo de financiación y aseguran que ya están conformes con el redactado original. En este sentido, desde la sede de la calle Pallars insisten en que el modelo de financiación ya está «consensuado, aprobado y asumido plenamente» y, por tanto, no creen que haya que debatirlo más ni «convencer» a otros miembros del PSOE.
La propia portavoz del PSC, Lluïsa Moret, añadió en rueda de prensa que no tienen ningún miedo a que enmiendas, declaraciones o recelos de otros socialistas en el cónclave hagan «descarrilar» el acuerdo por un nuevo modelo de financiación en Cataluña.
Con la financiación en un segundo plano, los 86 delegados del PSC acuden al congreso con voluntad de «sumar» y con una actitud «constructiva y pedagógica». Una de las prioridades del PSC este fin de semana será, según afirman, «reforzar» el liderazgo y la figura de Sánchez, que consideran «incuestionable».