La reelección de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE, la confección de la nueva ejecutiva y el aval del partido a la financiación singular son algunos de los ejes principales del 41º Congreso Federal del PSOE que se celebra en Sevilla este fin de semana. Los socialistas cerrarán filas en torno a su líder, único candidato a la reelección, ante la ofensiva judicial en cinco frentes diferentes.
El PSOE quiere que el congreso sirva para relanzar el proyecto con el objetivo de agotar la legislatura y seguir gobernando más allá de 2027. El PSC, con Salvador Illa al frente, llega al congreso convertido en el primer referente del poder territorial de los socialistas en toda España, y los socialistas catalanes apuestan por un perfil bajo que ayude a reforzar el liderazgo de Sánchez.
«España avanza por la izquierda» es el lema de este congreso donde más de 1.000 delegados de las federaciones socialistas están llamados a aprobar las bases del proyecto y renovar a Pedro Sánchez como secretario general. El líder del PSOE no tiene oposición. Es el único que ha presentado candidatura y prorrogará su mandato cuatro años más.
Nueva ejecutiva
Además de reelegir a Sánchez, los socialistas también tendrán que votar a la nueva ejecutiva. Se da por hecho que lo encabezará el tridente formado por Sánchez, la vicesecretaria general del PSOE y vicepresidenta primera del gobierno español, María Jesús Montero, y el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, hombre clave en los pactos con el líder de Junts, Carles Puigdemont.
Pero hay que ver qué papel asumen algunas de las figuras ascendentes de su ejecutivo, como es el caso del exalcalde de Valladolid y ministro de Transportes, Óscar Puente, aplaudido por la reconstrucción tras la DANA, el exjefe de gabinete de Sánchez y ahora ministro de Transición Digital, Óscar López, y el ministro de la Presidencia y de Justicia, Félix Bolaños.
Objetivo 2027
«Tres años más, y los que vendrán». La frase de Pedro Sánchez anticipa los objetivos de este congreso. El PSOE quiere relanzar su proyecto con la mirada puesta en el 2027, un año en el que se superpondrán las elecciones generales, autonómicas y locales, y en el que el líder de los socialistas quiere cerrar el paso a la alianza de gobierno entre PP y Vox que pronostican las encuestas.
Para alcanzar este objetivo, el PSOE aspira a conseguir primero la aprobación de los presupuestos generales del Estado para 2025. Son la clave de la legislatura y tendrán que contar con el aval de formaciones como ERC y Junts que la semana pasada, a pesar de todas las dificultades y posiciones contrapuestas, acabaron apoyándose en la reforma fiscal.
Cinco frentes abiertos
El PSOE llega a la cita acosado por supuestos casos de corrupción e investigaciones abiertas por varios jueces en el entorno más próximo de Sánchez. El caso Koldo, con la imputación del que fue mano derecha del presidente español, José Luis Ábalos, y la declaración del intermediario Víctor de Aldama, configuran un primer filón que las acusaciones quieren estirar hasta el presidente español.
El segundo y tercer frente son los casos abiertos contra su mujer, Begoña Gómez, investigada por el juez Juan Carlos Peinado por supuestos delitos de tráfico de influencias y apropiación indebida, entre otros, y su hermano, David Sánchez, a quien un juez de Badajoz imputó este miércoles por un supuesto caso de malversación en un contrato de la Diputación de Badajoz.
Otro flanco abierto es el de la imputación del Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, investigado por la supuesta filtración de datos personales de Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por desmentir las informaciones difundidas por el entorno de Ayuso sobre un acuerdo entre la fiscalía y González Amador.
Y de este caso deriva la implosión del Partido Socialista de Madrid. El hasta ahora secretario general, Juan Lobato, dimitió este miércoles después de que se filtrara que registró ante el notario unas conversaciones con la jefa de gabinete de Óscar López, Pilar Sánchez Acera, sobre los datos personales de la pareja de Ayuso.
Precisamente Lobato está llamado a declarar este viernes, primer día del Congreso Federal, al Tribunal Supremo en el caso contra el fiscal general del Estado. Lo hará en calidad de testigo y ya sin la responsabilidad del liderazgo de los socialistas madrileños.
Cierre de filas
Pero previsiblemente la presión judicial y mediática sobre Sánchez no se traducirá en una guerra abierta dentro de la formación en este Congreso. Sánchez dispone del apoyo cerrado de la cúpula del partido y de la mayoría de los secretarios generales territoriales.
La mayoría, salvo los habituales Javier Lambán y Emiliano García-Page, que además de las críticas al acuerdo de financiación han marcado distancias con Ferraz sobre los casos de supuesta corrupción. El apoyo mayoritario a Sánchez se explica también por la proximidad de los congresos territoriales que tendrán lugar tras la cita de Sevilla.
Será el momento de renovar algunos liderazgos tras los malos resultados en las elecciones autonómicas de 2023 que dejaron los socialistas prácticamente sin poder territorial.
En los próximos meses los socialistas elegirán a los nuevos secretarios generales de Aragón (Lambán no opta a la reelección), Madrid (Lobato acaba de dimitir), Cantabria, Castilla y León y Andalucía, donde se pone en duda la continuidad de Juan Espadas y se especula con su sustitución por María Jesús Montero, aunque no de forma inmediata.
Financiación singular
La ponencia marco del 41º Congreso Federal del PSOE apuesta por un sistema de financiación «más justo y sostenible» que tenga en cuenta las «singularidades territoriales» para afrontar «nuevas realidades demográficas y climáticas que exigen mayores niveles de inversión en servicios básicos e infraestructuras».
Según el documento es necesario que este nuevo modelo profundice en la «corresponsabilidad» de las comunidades autónomas y ponga punto final al «populismo fiscal» de los gobiernos autonómicos del PP, que bajan los impuestos «a sus élites económicas» mientras piden «más fondos al gobierno central».
A pesar del redactado genérico, seis federaciones socialistas y varios militantes han registrado más de 400 enmiendas (de un total de 6.742) sobre el modelo de financiación. Son las federaciones de Madrid, Aragón, Castilla-La Mancha, Galicia, Extremadura y Castilla y León. Algunas claman por una financiación «justa» que se negocie de forma «multilateral» y rechazan el principio de ordinalidad.
El PSC acompaña a Sánchez
A pesar del papel central que la financiación singular acabará teniendo en el congreso, el PSC quiere llevar un perfil bajo. Los socialistas han descartado plantear ninguna enmienda al documento sobre el modelo de financiación y aseguran que ya están conformes con el redactado original.
Desde la sede de la calle Pallars insisten en que el modelo de financiación ya está «consensuado, aprobado y asumido plenamente» y, por tanto, no creen que haya que debatirlo más ni «convencer» a otros miembros del PSOE. La propia portavoz de los socialistas, Lluïsa Moret, añadió en rueda de prensa que no tienen nada de miedo que enmiendas, declaraciones o recelos de otros socialistas en el conclave hagan «descarrilar» el acuerdo por un nuevo modelo de financiación en Cataluña.
Con la financiación en un segundo plano, los 86 delegados del PSC acuden al congreso con voluntad de «sumar» y con una actitud «constructiva y pedagógica». Una de las prioridades del PSC este fin de semana será, según afirman, «reforzar» el liderazgo y la figura de Pedro Sánchez, que consideran «incuestionable».
Andalucía, territorio clave
Precisamente Andalucía es el territorio donde el PSOE quiere marcar el punto de inflexión para la remontada. Los socialistas quieren recuperar un territorio clave que ha pasado a manos de los populares y que es indispensable para asegurar la continuidad de Sánchez en La Moncloa en unas eventuales elecciones generales. El hecho de que el congreso se celebre en Sevilla no es casual.