La Comisaría General de Información (CGI) del Ministerio del Interior acusa a Carles Puigdemont de liderar dos proyectos cruciales para conseguir la independencia de Cataluña: uno estaba relacionado con el establecimiento de una criptomoneda como divisa oficial de la nueva República catalana, con una legislación a medida de Vladímir Putin. El objetivo del independentismo era crear en Cataluña el Banco Mundial de Bitcoins, al servicio del Kremlin, comprando la Caja de Ingenieros o una entidad similar.
El otro proyecto era la creación de una red de medios de comunicación financiados por Moscú con los que crear confusión y contribuir a un clima de desinformación a nivel internacional para favorecer los intereses del Kremlin y de los independentistas catalanes.
Todo ello figura en un informe que lleva fecha del pasado mes de julio, que ha sido entregado al Juzgado n. 1 de Barcelona y al que ha tenido acceso EL TRIANGLE. El establecimiento de un paraíso de las criptomonedas en una Cataluña independiente fue puesto encima de la mesa por el exmilitar Serguei Motin a Elsa Artadi, entonces directora general de Asuntos Interdepartamentales. La reunión se celebró el 20 o el 21 de octubre de 2017 en el Hotel Colón, frente a la catedral de Barcelona. Unos días después, el 26 de octubre, Motin y otro agente ruso, Nikolai Sadovnikov, visitaron a Carles Puigdemont en el despacho oficial del presidente, en la plaza de Sant Jaume, acompañados de la propia Artadi, de Víctor Terradellas, responsable de relaciones internacionales de CDC, y de Jordi Sardà, un intermediario que tenía contactos con los servicios rusos, con una serie de escándalos a su espalda.
Motin fue quien ofreció 10.000 soldados rusos a Puigdemont y 10 millones de euros con el fin de crear en Cataluña un paraíso fiscal para las criptomonedas, según recoge el informe de la CGI. El documento explica que Sardá, «además de participar en la reunión con los emisarios rusos el 26 de octubre, también se ocupó de localizar expertos técnicos en criptomonedas, como Zeus Borrell, para desarrollar las dinámicas de trabajo con las criptodivisas mostradas por el equipo de Sadovnikov».
La operación de dotar a Cataluña de una criptomoneda era seria. Según la policía, Sardá y Terradellas le habrían conseguido a Zeus Borrell «una licencia bancaria de alto nivel, y además habría efectuado una prueba en Dubai, presuntamente junto al propio Nikolai Sadovnikov, en la que habría tenido éxito y habría demostrado sus habilidades técnicas. Se puede aseverar que esta persona es una de las piezas fundamentales en el proyecto de las criptomonedas que se había acordado a raíz de la reunión de la Casa dels Canonges».
La prueba se llevó a cabo en abril de 2018, por lo que los miembros de la trama calculaban pedir a determinados estados que apoyaran una licencia bancaria de alto nivel para Zeus Borrell. «Los oficiales bancarios tienen niveles de licencia. Por ejemplo, Fainé es del nivel 6. […] En el mundo hay 3 oficiales de nivel 9, y a Zeus le queremos dar este nivel. […] Necesita la autorización de cinco estados». En su estrategia daban por hecho que los Estados Unidos, Reino Unido, China y el Vaticano apoyarían esta petición. El quinto Estado sería Cataluña. Sardá se vanagloriaba diciendo que el joven Zeus «es uno de los mejores fichajes técnicos que he hecho desde hace mucho tiempo».
«El pájaro está en el nido»
Seis meses más tarde de la reunión en el Palau de la Generalitat, Sardà y Terradellas continuaban negociando con los rusos la aportación de dinero para financiar la independencia. El primero era el contacto entre la red de activistas catalanes y los supuestos agentes rusos.
El 24 de marzo de 2018, Terradellas se comunica con Sardá: «¿Cómo lo tenemos? La carta y los 500 B». Y añadía: «El pájaro está en el nido». Al día siguiente, Sardà envió una foto a Terradellas de una bolsa llena de fajos de billetes de 100 euros en la que parecía haber millones. Según los investigadores, «el contexto ofrece pocas dudas que Víctor Terradellas se refiere a Bitcoins cuando habla de 500 B, cuya cotización en esa fecha tendría una equivalencia de 3.608.000 euros».
A partir de diciembre de 2017, los investigadores detectan varias conversaciones en las que Terradellas habla con Sardà de «cuadros», que la policía interpreta que son «operaciones con criptomonedas bitcoin. Una vez analizadas las conversaciones, se deduce que nos encontraríamos ante un engranaje ruso-catalán dispuesto para procesar transacciones de blockchain y obtener criptomonedas como recompensa para poder negociar posteriormente».
La conclusión de la CGI es que «al menos cuatro de las personas que estuvieron presentes el 26 de octubre de 2017 en la reunión de la Casa dels Canonges, donde uno de los temas tratados fue el desarrollo de una legislación en materia de criptomonedas, formaban parte, meses después, de un proyecto ruso-catalán basado en criptomonedas. Estas personas serían Carles Puigdemont, Víctor Terradellas, Nikolai Sadovnikov y Jordi Sardà«.
Los informes resaltan que los emisarios rusos no solo ofrecieron los 10.000 soldados para apoyar la independencia, sino que también pagarían toda la deuda de Cataluña y aportarían «500.000 millones de dólares soportados con oro, que nos los dejan para financiar la deuda y empezar a trabajar», según una conversación incautada en Terradellas. Así, el informe mencionado refiere que la oferta de Moscú era apoyo militar, apoyo financiero (que finalmente no se produjo, «al no cumplir la parte catalana el acuerdo y suspenderse la DUI») y, como contrapartida, la condición «para el reconocimiento de Cataluña como Estado independiente, el desarrollo de una legislación propia sobre criptomonedas. Se trataría de un proyecto común ruso-catalán a nivel mundial y donde la sede europea se establecería en la Cataluña independiente».
En marzo de 2018, se capta una conversación en la que Terradellas espera una transacción de 56 bitcoins, equivalentes a unos 425.000 euros. Al cabo de dos días, de nuevo el hombre de Convergència llama a su amigo Sardà y le insta al traspaso para que «mañana almuerzo con el Nen [nombre con el que se referían a Puigdemont]. No he enviado nada. Llame, por favor. […] Cuando lo hagais, díganlo, y qué cantidad».
A finales de marzo, tras ser detenido en Alemania, el expresidente necesitaba dinero para pagar su defensa, y sus colaboradores esperaban sacar ventaja de la situación ofreciéndole un monedero con bitcoins: «El martes el Miquel hablará con el Nen, y si tengo el monedero lo presionaremos», aleccionaba Terradellas a Sardà. El Miquel era Miquel Casals, íntimo amigo de Puigdemont. En el mes de abril, Sardà realiza, al parecer, varias pruebas de transacciones de bitcoins desde tres lugares: «Los Países Bajos, Andorra y Barcelona, intercalados con determinados viajes al Líbano (Beirut)».
En mayo de 2018 ya tenían perfilado el tema y habrían abierto un monedero de bitcoins. Un documento de Terradellas detallaba que, en la reunión en el despacho oficial de Puigdemont, se habló con los agentes rusos «de la hoja de ruta de cara a establecer acuerdos entre las dos partes –rusa y catalana– sobre un futuro modelo económico en el que las criptomonedas tendrían un papel central, el compromiso del Govern catalán de desarrollar una legislación monetaria ad hoc a cambio del reconocimiento de Rusia de Cataluña como Estado independiente, en el que se incluiría un plan de financiación de la deuda de la comunidad autónoma catalana, y finalmente el control territorial del Estado creado».
La policía afirma que este modelo es comentado en una conversación entre Terradellas y Jordi Sardà el 9 de mayo de 2018, en la que el primero habla «del traspaso de valores de las criptomonedas a valor oro y la puesta en funcionamiento de la máquina de la nueva República, lo que, según respuesta de Sardà, tendrían previsto realizar en 2022». Apenas unas semanas más tarde, Sardà tiene una idea brillante: «Acabo de encontrar la solución del rompecabezas. Haremos coincidir el final de las obras de la Sagrada Familia y la inauguración del templo con el momento de traspaso de valores a valor oro de las criptomonedas y la puesta en funcionamiento de la máquina de la nueva República. Así se maquilla la función del Vaticano y tendremos al Papa aquí el mismo día. (¡Todos relacionados con la obra faraónica de la catedral con el nuevo orden!)».
Este mismo mes, en conversaciones de Terradellas con David Madí y Xavier Vendrell, se descubre que los rusos «ahora están buscando un banco aquí. […] La operación esta que te he dicho de 3,3 millones de dólares (…) hay una parte que la quieren llevar a un banco de aquí […] y si conviene [hablando por boca de los rusos], compro la Caja de Ingenieros». El hombre de confianza de Puigdemont en aquel momento afirmó también que «estos tios tienen hecho un plan estratégico […] que te hacen tres plantas, los Estados Unidos, Europa, con tres grandes centrales. […] Quieren hacer la Suiza aquí […] una parte de Canadá […] y otra en Asia […] y nosotros en Europa […] quieren que seamos […] quieren que toda Suiza pase aquí, quieren hacer la Suiza en el Sur […] porque ahora en julio hay una negociación de toda la deuda mundial».
En el proyecto, Terradellas se reservaba el papel de «interlocutor directo con la esfera rusa», y deja entrever que habrían sido estos últimos los que lo habrían escogido para coordinar la parte de Cataluña: «Ahora quiero ir a Moscú. […] Ellos me han elegido jefe […] para coordinar todo esto de aquí. El ruso este quiere hablar de bitcoins».
Un equipo de ‘desinformación’
En el proyecto de las comunicaciones, la estrategia era crear una cortina de desinformaciones para generar caos y aprovecharlo para culminar la independencia. Que Rusia aprovechó el referéndum para desestabilizar Europa parece una verdad incontrovertible. El investigador de la Universidad George Washington Javier Lesaca descubrió que entre el 29 de septiembre y el 19 de octubre de 2017 los medios estatales rusos Rusia Today (RT) y Sputnik distribuyeron 47.964 noticias relacionadas con Cataluña. El 84% de las cuentas implicadas en la difusión de esta información eran bots. El Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EEUU también es concluyente: «De los 5 millones de mensajes publicados en Twitter sobre la crisis catalana entre el 29 de septiembre y el 5 de octubre de 2017, el 30% provenían de fuentes sospechosas».
La trama rusa creó, así, un «equipo conjunto de comunicaciones» dedicado a divulgar desinformaciones. Este equipo se creó «tras la reunión de la Casa dels Canonges. Por parte catalana, formarían parte de este equipo Xavier Vendrell, Víctor Terradellas, Jordi Sardà, David Madí y Oriol Soler, a quien se le atribuye haber sido «el primer nexo de contacto entre el aparato de desinformación rusa y la rama catalana del equipo de comunicaciones, después de hacer una visita a Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres el 9 de noviembre de 2017″. A través del mismo se intentó captar al empresario Jaume Roures, a quien se incluye también dentro del equipo.
Terradellas trasladó a Vendrell y Madí la intención de los rusos de aportar centenares de millones de euros para crear una red de comunicaciones con el secesionismo catalán. «Esta gente está muy interesada en poder participar […] y poner aquí a una persona también. […] Cuando hable de primer nivel, te estoy hablando de que hay que poner 100, 200 o 300 millones de dólares o de euros. Están dispuestos, no es un problema», le aseguraba a Vendrell el 16 de mayo de 2018.
El informe de la policía española advierte de que «el proyecto de comunicaciones estaba inccardinado en el ámbito cognitivo mediante campañas de desinformación y dirigido a obtener el apoyo de la opinión pública y de las instituciones internacionales». Su principal arma era el descrédito de España y de la democracia.
La aprobación de unas leyes rupturistas por parte del Parlamento catalán que dinamitaban la separación de los poderes certifican claramente qué tipo de Estado pensaba crear el secesionismo en Cataluña: su intención era crear una estructura jerarquizada y autoritaria que debía ser «provisional» (en la que el poder judicial y el legislativo también requerían sobre el Gobierno y, especialmente, sobre el presidente), pero que nadie sabía cuánto tiempo duraría. Todo este delirio pudo ser parado a tiempo.
*Puedes leer el artículo entero en el número 1599 de la edición en papel de EL TRIANGLE.