Félix Sanz Roldán, director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) entre los años 2009 y 2019, ha afirmado este martes que el cerebro del 17-A, Abdelbaki Es Satty, «nunca fue colaborador ni informador del CNI«, y ha añadido que insinuar cualquier implicación de los servicios de inteligencia españoles en los atentados de 2017 en la Rambla de Barcelona y Cambrils es «una infamia».
Sanz Roldán ha abierto este martes las comparecencias en la comisión de investigación de los atentados del 17-A en el Congreso de los Diputados, que aún no dispone de la documentación que el ejecutivo español se comprometió a desclasificar.
En este marco, el exdirector del CNI ha admitido que miembros de los servicios de inteligencia españoles visitaron a Es Satty «dos veces, o quizás tres» durante su estancia en la cárcel de Castellón, pero ha asegurado que solo lo hicieron en el marco de las tareas de «prevención» del jihadismo que el cuerpo hacía en las cárceles y en las mezquitas. En cambio, no ha aclarado si el CNI continuó en contacto con Es Satty una vez que este ya había salido de la cárcel.
En todo caso, ha recordado que mientras se encontraba en prisión, el imán de Ripoll no solo recibió visitas de agentes del CNI, sino también «de otros cuerpos» de seguridad del Estado. En concreto, que «como mínimo recibió la visita de miembros de la Guardia Civil«, aunque podría haber habido otras visitas, según ha añadido.
«No se puede ganar la guerra sin perder alguna batalla»
Sanz Roldán ha manifestado que en la «lucha de voluntades» entre los terroristas y los cuerpos de seguridad, «en contadísimas ocasiones, posiblemente en ninguna, se pone fin a todo ello sin haber perdido alguna batalla». «La victoria real contra estas lacras es cuando auténticamente se acaba, pero no ha pasado nunca, ni a los mejores mariscales y generales, que se gane una guerra sin haber perdido alguna batalla», y «de la pérdida de una batalla es de donde tenemos que sacar la fuerza moral para que no vuelva a pasar», ha indicado.
Al respecto, ha apuntado que no sabe exactamente «las cosas que se podrían haber hecho y no se hicieron o no se intuyeron», pero ha afirmado que después del 17-A, y fruto del análisis de lo que falló, «se inició una fase nueva de la lucha contra el terrorismo».
El exdirector del CNI, por otra parte, ha criticado duramente las tesis que apuntan a cualquier responsabilidad de los servicios de inteligencia españoles en los atentados. «Solo el hecho de imaginar que vamos a poder evitar la muerte de 16 ciudadanos y no lo hicimos es una infamia, una maldad y una vileza», ha dicho.