El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se ha ofrecido para una moción de censura contra el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, tras la declaración judicial del empresario Víctor de Aldama en el caso Koldo. «Es evidente que no tengo los votos para cambiar el gobierno, pero si alguno de los socios quiere acabar con esto, que sepa que estoy a disposición de una nueva etapa en nuestro país», ha dicho en rueda de prensa desde el Congreso.
En opinión del líder de los populares, se ha confirmado que el gobierno español «apesta a mentiras y corrupción» y ha pedido la dimisión de Sánchez y de su gobierno. «El PP no avalará que se quiera arrastrar a nuestro país en esta agonía judicial», ha concluido.
Según han publicado medios como El País, De Aldama ha asegurado ante el juez que el líder del PSOE pidió conocerlo personalmente para agradecerle unas gestiones que había hecho. Concretamente, el empresario ha declarado que el encuentro con Sánchez se produjo en 2019, en el barrio de La Latina de Madrid, durante un acto de los socialistas para presentar a Pepu Hernández como candidato al ayuntamiento de la capital.
Tal y como ha añadido, fue entonces cuando el presidente español le agradeció su labor y le dijo que lo tenían «informado» sobre lo que hacía. «Sánchez es quien envía a Koldo al Ministerio de Transportes», ha manifestado, según fuentes presentes en la declaración. El PSOE, en cambio, ha negado rotundamente las afirmaciones de De Aldama y ha anunciado «acciones legales».
El líder de los populares considera que la palabra de Sánchez «no vale nada» y ha añadido que ha quedado demostrado que «ha mentido con una frialdad que espanta». «Hay corrupciones políticas, económicas y morales. Han incurrido en las tres y lo tienen que asumir», ha concluido.
Ante esta situación, Feijóo ha recordado las palabras que el propio Sánchez pronunció durante la moción de censura contra MarianoRajoy: «Lo que haría cualquier persona con un mínimo de decencia es dimitir, irse y dejar en paz a los españoles». Según el líder del PP, la situación actual es un «punto y final» a la credibilidad del presidente español, su entorno familiar y su partido.