¿Por qué la vicepresidenta Fort ha agudizado la floja respuesta del Barça a la tragedia de Valencia?

La verdad es que la respuesta institucional del Barça a la tragedia de València ha sido fría, lenta, escasa y desordenada, pues a medida que los días han ido desvelando la verdadera magnitud del drama más ha quedado en evidencia que desde las oficinas de Aristides Maillol nadie ha estado a la altura, poniendo al Barça en evidencia. 

Lo primero fue que desde la Fundació Barça se iba a colaborar con otras entidades, o sea humo. Luego que se subastarían las camisetas del derbi frente al Espanyol, lo que significa encontrar la financiación de un tercero, cuando ese mismo día el Espanyol ya había llenado dos camiones con material de auxilio, comida y ropa con dirección a las poblaciones más devastadas. Internamente, algunos socios trasladaron a la OAB su preocupación por la pasividad institucional y a lo largo de la semana a alguien se le ocurrió que el presidente podía hablar con afectados prometiéndoles el envío de ayuda, tampoco nada que solucionara, de momento, las muchas necesidades inmediatas de esas poblaciones, rematando esta coreografía exclusivamente mediática, de cara a la galería, con un vídeo de algunos jugadores del primer equipo ofreciendo su ánimo y solidaridad.

Ya se sabe que a la directora de la Fundació Barça, Marta Segú, prima del presidente, que se dobló el sueldo al año de su regreso al cargo, le gusta más destinar recursos y solidaridad cuanto más lejos mejor, en el extranjero, y que tampoco es de las que teme por su reputación si, como en este caso, la imagen del Barça sufre las malas consecuencias de su inacción.

Lo que más le ha perjudicado, inesperadamente, es la ‘mano’ que le ha echado la vicepresidenta Elena Fort, con uno de sus tuits, habitualmente desafortunados, pretendiendo criticar a los políticos, no sin que le falte razón, aunque sin tener en cuenta su doble condición de diputada del Parlament y de directiva del Barça, en un contexto en el que ni los políticos ni el Barça han estado a la altura.

“Sólo el pueblo salva al pueblo”, escribió, provocando un alud de respuestas inevitablemente críticas. “Eres diputada de Junts, es decir, representante política de la oligarquía catalana. O estás desubicada en el Parlament o estás siendo una hipócrita en tweet. Sinceramente, pienso que es lo primero por otros tweets sobre inmigración o mujer que te he leído”, “Desde el club hacía falta una mejor respuesta. Y no hablo de dinero. No costaba nada recoger alimentos, ropa y medicamentos ayer en el Johan ni hoy en Montjuic”, “Sólo blablablá. Eres política”, “Calla la boca Elena, por favor, hipócrita”, “Pues a ver si damos una respuesta a la altura como club y dejamos de hacer el ridículo. No seáis hipócritas”, “Aquí tienes razón, porque vosotros, los políticos y dirigentes de grandes clubs no nos salvaréis, no”, “¿Había que hacer este tweet? Qué vergüenza”, “No me representáis como club, en este caso”, han sido algunos de los comentarios que, de forma mayoritaria, han cabreado al barcelonismo en otra demostración de que la gestión sigue invariablemente un mismo patrón de improvisación y de desatención en los asuntos que exigen además cierto grado de sensibilidad.

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