Los siete votos que tiene Junts x Catalunya (JxCat) en el Congreso de los Diputados son esenciales para mantener en pie el gobierno de Pedro Sánchez. Desde Waterloo, CarlesPuigdemont, nuevo presidente de JxCat, se aprovecha de esta aritmética para pasar cuentas, y ahora le ha tocado el recibir a CaixaBank.
La entidad financiera es la principal perjudicada por el impuesto especial a la banca que JxCat ha negociado con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, una medida que perjudicará directamente a su principal accionista, la Fundación La Caixa, y, de rebote, la ingente obra social que impulsa. Carles Puigdemont no perdona que CaixaBank deslocalizara su sede social a Valencia, a raíz de las incertidumbres y amenazas del turbulento proceso independentista. Ahora se venga de IsidreFainé con este superimpuesto.












