El Consell de la República Catalana nació como una alternativa al gobierno de la Generalitat a la que debían apoyar todas las fuerzas independentistas. Se suponía que era una herramienta apartidista que tenía que ser un punto de encuentro de todos los partidos y colectivos que desean la independencia de Catalunya. Carles Puigdemont impulsó esta plataforma y asumió su presidencia presentándose como la persona capaz de aglutinar los esfuerzos e intereses de todos estos colectivos. Incluso abandonó la presidencia de Junts, cediéndola a Laura Borràs, para dar la imagen de personalidad de consenso. Sin embargo, el pasado Congreso de Junts ha dilapidado definitivamente esta imagen.
El 1 de marzo, el Consell de la República eligió su nueva dirección. Desde entonces la forman diez personas. De las diez, tres han pasado a formar parte de la ejecutiva de Junts elegida en el Congreso celebrado el pasado 11 de octubre. Carles Puigdemont simultanea desde entonces la presidencia del Consell de la República Catalana y la de Junts. Antoni Castellà es, ahora, vicepresidente de Junts además de miembro del Consejo de Gobierno del Consell de la República. Y la abogada Teresa Vallverdú, también miembro del Consell, es desde octubre la responsable de Políticas de Seguridad y Civismo de Junts.
El Consell de la República no tiene credibilidad, pues, como una herramienta que aglutine los esfuerzos de todo el abanico independentista. La CUP tenía un pie puesto en él con la presencia de Guillem Fuster pero ya no forma parte de su dirección. David Caldeira, nuevo miembro del Consell de Govern, fue concejal de la CUP en Arenys de Mar pero abandonó el partido en el 2015 cuando se opuso a investir a Artur Mas como presidente de la Generalitat. Caldeira acusó entonces a sus ex-compañeros de la CUP de alinearse con el españolismo. De la pérdida de credibilidad de la plataforma fue muestra la propia elección de la nueva dirección. Votaron 8.263 personas. En su web consta que cuenta con 103.457 miembros. La web, además, lleva semanas sin funcionar bien.
ERC nunca ha sintonizado con la música que llegaba desde Waterloo con un Consell de la República que entendía que se había creado sólo para potenciar la figura de Puigdemont. Los medios de comunicación cercanos a ERC han apostado por atacar a Toni Comín, vicepresidente de la plataforma, con las informaciones que le acusan de uso irregular de su dinero. El propietario de la productora Minoria Absoluta, Toni Soler, portavoz oficioso de ERC, lo dejó claro en uno de sus artículos dominicales en el diario ARA. En el del pasado 27 de octubre escribía que “Puigdemont fundó Junts per Catalunya, confiando en que podría capitalizar la ‘legitimidad’ que le daba el haberse marchado al exilio. La creación del Consell de la República -que, por cierto, parece que acabará como el rosario de la aurora- tenía la misma intención”.
De hecho, sólo falta poner fecha al final de este viacrucis.