Ya empiezan a circular informaciones que apuntan a una más que complicada solución a la precaria inscripción en LaLiga de dos jugadores del primer equipo del FC Barcelona, Dani Olmo y Pau Víctor, amparada en la lesión de futbolistas, en su caso de Christensen, y, por tanto, sujeta a un estado de provisionalidad con fecha de caducidad, el 31 de diciembre de 2024. Más allá del vergonzoso papel de Joan Laporta, que ya lleva más de un año anunciando, prometiendo e insistiendo en que el Barça está muy cerca de la regla 1:1 para poder irrumpir en el mercado como un ciclón imparable, estrategia que también se ha revelado embustera e ilusoria, los días y las semanas van pasando sin que se vislumbre en el horizonte una fórmula ordinaria para asegurar la continuidad de ambos jugadores y, si fuera necesario, ampliar la plantilla, pues quedan todavía fichas libres por si Flick pidiera refuerzos.
Seguramente, el entrenador alemán se conformaría con que no se produjeran más bajas médicas y, desde luego, con que no le arrebataran a Dani Olmo, pieza clave y único gran fichaje del verano, junto a Pau Víctor, ninguno de los dos legalmente dados de alta para jugar en el mercado de verano. Dani Olmo se perdió dos partidos de Liga porque no tenía papeles y, en la desesperación y el ridículo institucional, una lesión de dos meses de Christensen se amplió a más de cuatro gracias un informe médico con algo de magia e imaginación que LaLiga no tuvo más remedio que aceptar.
Ahora, el tiempo vuelve a apremiar y las condiciones no han cambiado, sino que, por el contrario, han empeorado por más que Laporta saliera como el gran triunfador de la asamblea, sacando adelante la aprobación de las cuentas contra el criterio del auditor, Grant Thornton, y de la oposición. Los 91 millones de pérdidas siguen ahí, más 208 millones en cola esperando tener su oportunidad el 1 de julio de 2025, tanto como el bloqueo de margen salarial impuesto por LaLiga al Barça de Laporta por los incumplimientos del plan de viabilidad acordado entre ambas partes para que el FC Barcelona pudiera seguir siendo equipo de LaLiga EA Sports a todos los efectos.
No existe una información precisa sobre el modo en que, a cada situación, los directivos del Barça y los técnicos de LaLiga intercambian golpes en ese duelo al sol por el fair play. A los inventos de Laporta, los hombres de negro de Javier Tebas se oponen y replican con la normativa en la mano, y ha trascendido que tanto Dani Olmo como Pau Víctor siguen estando solo provisionalmente inscritos pese a que en un momento determinado pareció que con la baja de Ter Stegen sobraría margen salarial debido a la presunta baja carga salarial de su sustituto, el portero Wojciech Szczesny.
Por lo que sabe, LaLiga habrá razonado otra interpretación o prioridad, pues algunas fuentes consideran que de ese sobrante se ha aprovechado para dar entrada a Íñigo Martínez, que también se quedó fuera al principio de la temporada, y su inscripción era también hasta final de año por la baja médica de Araujo. Por cierto que la ampliación del contrato del central uruguayo sigue en al aire, pendiente, entre otros aspectos, de un margen salarial suficiente, igual que las ampliaciones de contrato de Gavi y Balde.
Otro dato cazado al vuelto lo facilitó el propio presidente Joan Laporta en la asamblea del 19 de octubre pasado cuando afirmó que «estamos a 35 millones de volver a la regla 1:1», añadiendo, por supuesto, que nadie debía preocuparse porque, una vez más, la situación «está bajo control» y no había motivos para preocuparse.
La frase inquietante e interpretable del presidente que siguió a esa admisión de estar todavía tan lejos de la relativa normalidad del 1:1, nada menos que a 35 millones, se aleja bastante de esa sensación de tranquilidad que intentó transmitir a los socios: «Antes de diciembre tenemos que intentar que LaLiga entienda que tenemos unos ingresos suficientes para estar en la regla 1:1».
El argumento, en condicional, es el mismo de esa otra frase suya, igualmente preocupante, esta previa a la asamblea, soltada en su anterior homilía en el espacio Aló Presidente de Barça One: «No estamos en la regla de 1:1 porque no queremos, porque no hemos querido firmar con un patrocinador técnico de la ropa deportiva (Nike), porque pensamos que podemos conseguir mejores condiciones para el Barça».
Laporta ya intentó convencer a LaLiga con esa misma tesis en verano, mediante una nota informando que a lo largo de la temporada estaba previsto firmar la ampliación de contrato con Nike, incluyendo en los presupuestos un ingreso extra de casi 50 millones de más por este patrocinio. Los hombres de Tebas, sin embargo, no se tragaron esta vez el anzuelo después del golazo que Laporta les metió con Barça Studios en el verano de 2022, motivo por el cual LaLiga le bloqueó el margen salarial definitivamente en abril de 2023 y forzó ese plan de viabilidad, que ha acarreado, principalmente, fichar apenas nada (Oriol Romeu, Pau Víctor y Dani Olmo) desde entonces, reducir la masa salarial como fuera (Gundogan fue uno de los sacrificados), regalar jugadores o cederlos recurrentemente, y traspasar febrilmente jugadores de casa, los que figuran a coste cero en el balance.
Y aun así, lo admite el propio Laporta, la distancia es de 35 millones, sin los cuales no podrá conseguir que Dani Olmo siga inscrito, a menos que en las próximas semanas formalice otra operación que, por el peso de esa propia amenaza, al Barça le puede salir realmente cara, como lo sería aceptar las condiciones leoninas de Nike, que, para empezar, ya le ha obligado a desistir de la demanda azulgrana por incumplimiento. Laporta no posee hoy ningún elemento de negociación que le otorgue ventaja.
Es al revés: necesita el dinero como el aire que respira y lo necesita, cuando menos firmado, para que Javier Tebas se lo crea, antes de diciembre también según su propio testimonio. Por eso el Barça está dispuesto a jugar en Miami y no en Montjuic el partido de Liga, por eso Laporta cederá si hace falta a la ventaja que Nike ha tomado en esta batalla de fondo que ya ha ganado de antemano, pues un juez ha estimado que el Barça no puede siquiera negociar un nuevo contrato con nadie que no sea Nike antes de 2026. Y por eso es muy posible que Nike absorba, desmantele o se beneficie de BLM ahora que Laporta le ha metido mano, y aunque facture 110 millones solo arroja 2 millones de beneficio. Para Nike sí que este puede ser el contrato del siglo, si Laporta acepta y luego convence a la asamblea para firmar hasta 2038.
No será un buen mes para Laporta pase lo que pase en el campo gracias a las joyas de la Masía, la herencia de Josep Maria Bartomeu, que son ahora su único tesoro.