¿Por qué los socios del Barça se borran de Montjuic, del Spotify y de las asambleas?

Intervenció de Joan Laporta a la reunió del senat blaugrana - Foto: FC Barcelona

Ahora resulta que el socio del Barça ha desertado. Ni acaba de ir a Montjuic ni está del todo entusiasmado con regresar al Spotify Camp Nou y, desde luego, ni está ni se le espera en las asambleas. Las tres ausencias tienen un denominador común en el maltrato sistemático sufrido como consecuencia de las actuaciones de la directiva desde que Joan Laporta fue elegido presidente el 7 de marzo de 2021, entre otros embustes, como la continuidad garantizada de Messi, por las proclamas de transparencia, participación, servicio y atención al socio como nunca se habían conocido.

Desde luego, con los antecedentes de mentiras e incumplimiento de Laporta era fácil pronosticar que al socio del Barça le esperaba un calvario, como así ha sido. Los primeros indicios fueron el intento de genocidio de las peñas, frenado finalmente por no haber obtenido una mayoría perfeccionada en la última asamblea presencial. De hecho, esa votación perdida en octubre de 2021 fue el detonante de la firme decisión del presidente de suspender para siempre las asambleas participativas y democráticas tras haber suprimido un minuto antes el artículo 67º de los estatutos, que garantizaba los límites de contención de gasto y de deuda de la directiva. Abolida esa vigilancia, se ha despilfarrado hasta extremos tan preocupantes que incluso el auditor se ha rebelado frente a los abusos y disparates de presidente.

En el contexto social, Laporta también se puso en modo democrático cuando consultó a los socios cómo encajarían un exilio de una temporada en Montjuic. Aunque solo el 30% se mostró favorable, Laporta decidió seguir con su plan de obras y además fastidiar a los 17.000 abonados que finalmente optaron por acompañar al equipo al Estadio Olímpico, obligándoles a confirmar su asistencia antes de cada partido y colocándoles en las peores localidades de forma sistemática.

Esta temporada, con la promesa de volver a media campaña al Camp Nou, se produjo un repunte de abonados, en parte también atraídos por el Barça de Lamine Yamal. A la hora de pulsar la respuesta real ante una posible reapertura del Spotify, el resultado es que entre las renovaciones de los que ya tienen una localidad en Montjuic y las nuevas peticiones no se ocuparían las plazas inicialmente reservadas. La junta había previsto un sorteo que no será necesario.

De los 144.846 socios a 30 de junio de 2023 a los 133.164 socios a 30 de junio de 2024 la diferencia es de 11.782 barcelonistas que han abandonado en ese transito por el laportismo que, como es evidente, empatiza mucho más con el clientelismo que con el socio de toda la vida. Los que votaron a Laporta, miles y miles de socios, no dan signos de rechazo ni oposición, simplemente se diluyen en la distancia, seguramente el efecto deseado por las políticas sociales de esta junta cuyo vicepresidente social, Antoni Escudero, es una figura retórica, ausente y desaparecida.

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