El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha comenzado su mandato con una generosa política de gestos, centrada en visibilizar el respeto institucional y la pluralidad, con la excepción de la extrema derecha que representan Vox y Aliança Catalana. Por eso, Salvador Illa no tiene ningún problema a la hora de comparecer junto al rey Felipe VI –en los últimos días lo ha hecho en cuatro ocasiones–, rompiendo el vacío que habían hecho al monarca sus antecesores en el cargo, Quim Torra y Pere Aragonès.
Este restablecimiento de la normalidad le ha valido una cascada de insultos y reproches por parte de los independentistas. Pero, a la vez, Salvador Illa se trasladó el pasado día 15 a Montjuic para hacer la ofrenda en memoria de Lluís Companys, el presidente fusilado por la dictadura franquista y símbolo de la resistencia catalana contra el fascismo.