Víctor Font y Evarist Murtra piden a los socios que no aprueben las cuentas de Laporta

El excandidato levanta el tono de la crítica, acusa a la junta de dejar una herencia peor que la de Bartomeu y ya no descarta una acción de responsabilidad; el antiguo mentor y amigo del presidente lo ve incapacitado para la gestión y afirma que no "merece el alto cargo" que ostenta

Víctor Font

Las últimas horas de la actualidad azulgrana, a falta de partidos, se han caracterizado por un incesante bombardeo de recomendaciones a los socios compromisarios para que voten contra la aprobación de las cuentas de ejercicio 2023-24. Básicamente, porque no reflejan fielmente los estados financieros del FC Barcelona más allá incluso de esa depreciación de 141 millones de Barça Studios que Joan Laporta ha aceptado de mala gana y con disconformidad. A lo que se ha negado es a proceder a un ajuste aún mayor, de 200 millones más, saltándose la recomendación precisa del auditor y otras anomalías detectadas que ha preferido ignorar.

Evarist Murtra, que fue vicepresidente con Laporta, alma del acuerdo con Unicef y el único de aquella junta que creyó en Pep Guardiola como entrenador, es quien más duro e intransigente se ha mostrado con su antiguo amigo y compañero de directiva, ahora de nuevo presidente y de quien hoy se desmarca a causa de su pésima gestión: «Después de leer la auditoría detenidamente, la valoración es muy negativa respecto a cómo los administradores son capaces de gestionar el club con esta impunidad, con tanta opacidad y tantas medias verdades. Las conclusiones son que las cuentas son muy malas y presentan muchas desviaciones sobre lo presupuestado».

En declaraciones al diario Sport, Mutra tiene un consejo para los asamblearios: «Espero que el socio-compromisario no se confunda el sábado. Debe rechazar estas cuentas, pues no representan una imagen fiel de las mismas. No hay empresa en España ni en el mundo que apruebe unas cuentas, sus cuentas, con tantas salvedades, excepto por… y todo tipo de matizaciones del auditor en una prueba más de la incapacidad absoluta de esta junta para gestionar el club de manera transparente. Lo más intolerable es que, a pesar de las salvedades de la auditoría, el club no ha deteriorado esta participación en sus libros».

Sobre Barça Studios cree que «los inversionistas eran muy sospechosos todos ellos, unos anónimos, otros radicados en paraísos fiscales. El club se apuntó 408 M€, la mitad por lo que se debería cobrar, la otra mitad por incremento de valor patrimonial. Ningún club del mundo, ninguno, tiene en sus activos la venta de productos digitales. En el cierre de junio de 2023, esa empresa cerró con unas ventas de 450.000  €. En el último cierre, junio de este año, ¡son 70.000 €! No hay empresa independiente que justifique la valoración, ni plan de negocio, según el auditor. Lo cual hace prever otro cierre, a junio de 2025, con pérdidas cuantiosas, pues habrá de deteriorar toda la valoración actual por incremento de valor patrimonial. Es lo que debería hacer ahora el presidente Joan Laporta y sería una medida digna de elogio, pero me temo que no lo harán, por eso creo que ninguno de ellos merece el alto cargo que ocupan. Soy partidario que esta junta reflexione, convoque elecciones, y si se quieren volver a presentar, que lo hagan».

Murtra considera inapropiado un voto de censura, una medida extrema que hasta hace unos días el opositor Víctor Font también juzgaba innecesaria. Ayer, sin embargo, se mostró más receptivo a esa posibilidad después de realizar su análisis de la auditoria, reiterar y demostrar que el FC Barcelona «está hoy peor que como lo dejó Bartomeu, contra el que suscribimos un voto de censura porque consideramos que se había cruzado líneas rojas. Actualmente, mi equipo y yo empezamos a creer que se están cruzando líneas rojas como la auditoria y el caso ISL…».

Por tanto, no descarta pasar a la acción, visto que Laporta no muestra, al contrario, el menor indicio de querer asumir errores, ni siquiera de admitirlos, y mucho menos de anteponer los intereses del club a su soberbia actitud y su dictatorial instinto a la hora de protegerse de los socios, vetándolos en la asamblea del sábado. Los parámetros de la catástrofe laportista, según Víctor Font, pasan por 1.041 millones de pérdidas en cuatro años, un aumento de la deuda de 1.150 millones a 1.302 millones, Espai Barça al margen, 1.068 millones de ingresos en ventas de patrimonio y montajes contables. O sea, 667 millones obtenidos por el 25% de los derechos de TV de la Liga y 401 millones de Barça Studios amenazados ahora de reversión, lo que arroja un saldo peligrosamente rojo de 374 millones entre esas pérdidas de 1.041 millones y el beneficio recuperador de las palancas de 667 millones.

Su conclusión es que con la depreciación del pufo de Barça Studios, como prefiere referirse Font a esa escandalosa y ruinosa operación, «volvemos al punto de partida, a donde estábamos en 2021 con un elevado patrimonio neto negativo (374 millones), más deuda y menos activos». Y acabó pidiendo a los compromisarios no aprobar las cuentas, «pero no como una acción contra Laporta, sino porque las que proponen no reflejan el auténtico estado económico y financiero de nuestro club».

A esta petición para hacer lo correcto cuando un auditor presenta una salvedad, se sumó también Jordi Termes, el precandidato que anunció su fichaje por Som un Clam convencido de que así contribuye con su propio ejemplo a su visión de la necesaria unidad de la oposición para ganar a Laporta en las urnas.

Finalmente, también Marc Ciria hizo público su análisis, igualmente demoledor y cruel, aunque sin señalar a nadie, como si, a partir de 2021, los mayúsculos errores de Laporta los hubiera cometido el espíritu santo y no la junta regente. Ciria, que sigue defendiendo la idoneidad de Laporta para dirigir la nave, no se ha definido sobre si los socios han de aprobar o no las cuentas el sábado. A lo mejor la semana que viene.

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