Xavier Grasset fue durante nueve temporadas el director y presentador de Més 324 de TV3 y del canal 324, un programa de tertulias políticas que estaba descaradamente decantado a favor de los invitados independentistas. Los informes de pluralidad política del Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC) reflejaban que a las tertulias del programa de Grasset asistían tres personas independentistas por cada una que no lo era. Por eso, cuando la dirección de TV3 decidió sustituirle por Marina Romero y enviarlo a dirigir y presentar el programa de tarde del canal de televisión pública se interpretó como una respuesta a las críticas reiteradas por el sesgo ideológico del Més 324.
El nuevo programa de la tarde de TV3 se llama La Selva y ocupa el espacio que en la parrilla estaba reservado a Planta baixa, que producía La Manchester Radiofónica de Ricard Ustrell. La Selva está producido por Atomic Beat Media, empresa que recibió el encargo de TV3 de realizar el programa Zona Franca pocos meses después de constituirse. Este programa suspendió sus emisiones a media temporada porque su presentador, Joel Díaz, dimitió después de que su colaborador, Manel Vidal, fuese despedido por calificar de nazis a los votantes socialistas. La Selva sale más caro que Zona Franca. Cuesta 1,5 millones de euros mientras que el late night de Joel Díaz tenía un coste doscientos mil euros inferior.
La retribución de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) a Grasset por hacer Més 324 fue subiendo desde la primera temporada en la que se emitió. Pasó de los 80.500 euros del curso 2015-2016 a 107.000 euros del curso 2023-2024. Como suele pasar con los programas hechos por productoras privadas, las empresas se niegan a explicar cuánto dinero pagan a sus trabajadores y la CCMA nunca se lo exigido a la hora de contratarlas.
La Selva, que se emite de 17:30 a 19 horas, de lunes a viernes, se estrenó el 12 de septiembre y la curiosidad y la fuerte promoción que hizo TV3 del mismo llevó a 140.000 espectadores ante la pantalla de la televisión pública de la Generalitat. Esto supuso un 13,7% de la audiencia. No eran unas cifras espectaculares, pero se esperaba que mejorarían con el paso de los días. Ha sido todo lo contrario. La audiencia de La Selva nunca ha vuelto a tener ese nivel y ha habido días en que ha bajado de los 50.000 espectadores y del 6% de share.
Grasset mantiene en La Selva su estilo y opiniones favorables al independentismo. El viernes dedicó buena parte del programa a desprestigiar el Día de la Hispanidad. Sin embargo, no ha arrastrado a la tarde de TV3 a los seguidores que tenía en Més 324. La verdad es que tampoco eran muchos. La baja acogida en el programa preocupa a la dirección de TV3. La Selva no es mejor ni peor que el Planta baixa que presentaba Agnès Marquès. De lo que no cabe duda es que los catalanes prefieren ver TardeAR de Ana Rosa Quintana, en Antena 3, o la serie La Promesa, en La1. Toda una cruz para una TV3 que ha hecho del liderazgo de audiencia una obsesión y un motivo de orgullo.