Laporta reta a la oposición con una asamblea telemática y en un día sin partido

En otra exhibición de caciquismo y atropello de los derechos de los socios, ha decidido convocarla el día 19 de octubre, un día antes del Barça-Sevilla, para reducir al máximo la participación y asistencia y asegurarse el control absoluto de las votaciones

Joan Laporta

Difícilmente puede entenderse que la directiva azulgrana haya decidido mantener el formato telemático de la asamblea ordinaria del ejercicio 2023-24, además de convocarla en un día sin partido desafiando doblemente la norma y el espíritu de la norma de los estatutos del FC Barcelona, que, de forma expresa, exigen que la junta adopte las medidas necesarias con la finalidad de aumentar la participación.

Se entiende si Joan Laporta, que ya se ha forjado y se ha ganado a pulso una leyenda propia como presidente totalitario, tirano y dictatorial al que irrita y molesta el menor ejercicio democrático y la participación de los socios en cualquier formato, lo que necesita y pretende es que nadie le discuta una sola cifra del cierre nefasto y ruinoso de la temporada 2023-24, con 91 millones de pérdidas, estableciendo un récord absoluto de pérdidas en una temporada completa bajo su mandato de las diez en que ha sido presidente del FC Barcelona.

Se justifica internamente, también, porque la única pretensión de la directiva actual es ejercer un control absoluto tanto de las intervenciones de los socios, limitadas y manipuladas fácilmente en las asambleas telemáticas, como del resultado de las votaciones sobre los que no existe la menor garantía de un recuento libre de sospechas.

La tercera y poderosa razón para actuar de una forma despótica y antisocial sin el menor rubor y sin contemplaciones obedece exclusivamente a que la oposición, representada por Víctor Font y Som un Clam, ha exigido que la asamblea se celebre en modo presencial y abierto, como así ha sido desde el origen de los tiempos. Laporta pretende aplastar esta especie de revuelta celebrando otra asamblea telemática, para mayor provocación en un día sin partido, el sábado día 19 a partir de las 10 de la mañana en el Auditori 1899, con una demostración de autoridad y de populismo sin que, a lo largo de su desarrollo, los socios sean capaces de mover un dedo ni responder de forma efectiva y mayoritaria a la movilización de la disidencia laportista. Como hizo el año pasado, cuando algunos socios compromisarios intentaron entrar en el Auditori 1899, su intención es echarlos sin contemplaciones, si es necesario con el uso de una fuerza proporcional al más puro estilo franquista para deleite de su cuñado, Alejandro Echevarría, pero sobre todo de su regocijo personal como cacique de una institución como el Barça, antes libre y democrática y hoy convertida en el patio de su casa de un cacique elegido mayoritariamente por los socios.

Poco podrá la oposición hacer para evitar una nueva exhibición de autoritarismo el próximo día 19, a menos que los socios despierten de ese letargo y de ese aislamiento en el que se han sumido, en parte por su entregada actitud de lealtad inalterable a su presidente y en buena parte también al colaboracionismo de una prensa que hace todo lo que puede, y más, para que la sedación social del barcelonismo sea efectiva un día tras otro.

Precisamente, por poner un ejemplo paradigmático, aunque La Vanguardia ha sido el único medio que ha firmado un editorial a favor de la recuperación de formato presencial de la asamblea y de los pocos que ha denunciado las artimañas y trucos contables de Laporta a la hora de manipular, de intentarlo sobre todo, el resultado del último ejercicio económico, también ha sido contradictoriamente capaz de omitir, edulcorar y vestir decentemente la atrocidad democrática de restringir la próxima asamblea a la dudosa eficiencia de un formato telemático.

La información de La Vanguardia avanzando la noticia y publicando el orden del día de la asamblea del día 19 próximo asegura que la cita “será de forma telemática tal y como viene sucediendo desde la irrupción de la pandemia del coronavirus, hoy superada. Antes de la pandemia este encuentro anual en el que los compromisarios pasan revista a las cuentas del club era abierta y tenía lugar en días de partido para fomentar la participación”. La afirmación es del todo incorrecta y equivocada, pues precisamente las dos primeras asambleas convocadas por Laporta tras su regreso a la presidencia el 17 de marzo de 2021, en junio una extraordinaria y en octubre del mismo año la ordinaria, se celebraron de forma presencial, la primera en la parte baja de la tribuna principal del Camp Nou y la segunda en el Palau Blaugrana cuando todavía existían medidas sanitarias especiales decretadas a causa de la pandemia.

Más adelante, la misma noticia contiene un párrafo también discutible sobre la actuación de la junta de Laporta: “Fuentes del club alegan que se estudió la posibilidad de celebrar la cita del órgano supremo del club de forma híbrida. Pero señalan razones económicas y también de espacio para dar cabida a los más de 4.000 socios compromisarios convocados en un Spotify Camp Nou que está en obras. Finalmente, recuerdan que la última asamblea que se celebró de forma presencial en 2021 contó solo con la asistencia 462 socios”. Esa aseveración es tramposa, pues se refiere a la segunda sesión de la misma asamblea, inicialmente celebrada el día 17 de octubre de 2021, en la que, como coincidió en día de partido, la mesa solicitó un aplazamiento con la excusa de poder llegar a tiempo al estadio. Lo hizo cuando Laporta estaba a punto de perder la votación sobre el préstamo de 1.500 millones para el Espai Barça, ya que los socios reclamaban la certificación del acuerdo asambleario con un referéndum. Por ese motivo, la asamblea se reanudó una semana más tarde, el día 23 de octubre por la mañana, en el Auditori 1899, sin partido de por medio y con el compromiso previo de la celebración de un referéndum. En esa segunda parte, también presencial, es cierto que la asistencia se redujo a 432 socios, si bien la original del sábado anterior había registrado una asistencia de 718 socios, en la media de las últimas asambleas, superior a la última de Josep Maria Bartomeu, el 10 de octubre de 2019, que fue de 678 socios. Una vez más, desde la directiva, a través del área de comunicación, se intoxica con explicaciones tendenciosas y los periodistas deforman la realidad para acomodarla al relato oficialista.

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