Una pregunta que muchos ciudadanos nos hacemos es: ¿Cómo explicar la tradicional dificultad cuando no imposibilidad para que la izquierda se una y actúe políticamente más en bloque? ¿Tan difícil es que socialistas, comunistas, ecologistas, feministas y demás grupos de izquierda se unan? Dado que la unidad de la izquierda es esencial para construir un futuro más justo y equitativo para todos, es urgente que se analicen las causas y posibles soluciones a esta situación. La tradicional dificultad para que la izquierda se una y actúe políticamente más en bloque se debe a una serie de factores, entre los que se encuentran:

- Diversidad ideológica: La izquierda constituye un espectro político amplio que abarca desde posiciones socialdemócratas moderadas hasta tendencias anarquistas radicales. Esta diversidad ideológica es una dificultad a la hora de lograr un consenso sobre estrategias y objetivos comunes.
- Diferencias de intereses: Los diferentes sectores de la izquierda pueden tener intereses contrapuestos, lo que dificulta la colaboración. Por ejemplo, los trabajadores pueden tener prioridades diferentes a las de los intelectuales o de las minorías raciales, de identidad sexual o sectores sociales desprotegidos. En consecuencia, los partidos de izquierda compiten entre sí por los mismos votos, lo que genera rivalidades y divisiones.
- Influencia de poderes externos: La izquierda puede estar sujeta a la influencia de poderes externos, como son los grupos empresariales o los gobiernos, lo que sin lugar a dudas puede debilitar su unidad e independencia.
A pesar de estos desafíos, la izquierda ha logrado avances importantes en las últimas décadas. La formación de gobiernos de izquierda en América Latina y la creciente popularidad de ideas progresistas en Europa e incluso en Estados Unidos son señales de que la izquierda está en auge. Pero para superar las dificultades que merman la unión de las izquierdas, es necesario:
- Fomentar el diálogo y la colaboración entre los diferentes sectores de la izquierda.
- Identificar objetivos comunes que puedan unir a la izquierda en acciones políticas concretas.
- Desarrollar estrategias que sean flexibles y adaptables a las diferentes circunstancias.
- Abandonar los excesos ideológicos y las actitudes «religiosas» y por tanto ser menos esencialistas y más pragmáticos.
- Evitar caer en la tentación del autoritarismo y de actuaciones poco estables socialmente cuando las izquierdas tienen dificultades a la hora de hacer propuestas para el conjunto de la sociedad.
Por otro lado, es cierto que la derecha suele presentar una mayor cohesión interna y una mayor capacidad para actuar en bloque. Esto se debe a varios factores, quizás el principal es la mayor homogeneidad ideológica. La derecha tiende a tener una visión más uniforme del mundo y de los problemas sociales, lo que facilita el consenso. Lo cierto es que la derecha es conservadora y por tanto tiene fácil ponerse de acuerdo para conservar lo que ya existe y es positivo. Además, la derecha no tiene normalmente que resistirse a las influencias de poderes externos: gobiernos, poderes económicos y privilegios sociales, que por otro lado obligan a las izquierdas a unos esfuerzos de negociación con frecuencia inaceptables.
En cambio, la izquierde tiene que definir planteamientos nuevos y sobre todo proponer maneras de conseguirlos, lo que siempre es más difícil y tiene más riesgos. Se hace cada vez más evidente la necesidad de una verdadera federación democrática de la izquierda, capaz de organizar la deliberación y zanjar las diferencias. Estamos aún lejos de eso. Los partidos de izquierdas deben entender que el electorado de izquierdas (tanto el incondicional como el ocasional) no es iluso: sabe que el ejercicio del poder exige ante todo humildad, deliberación y trabajo colectivo.
Ante este panorama una estrategia es buscar temas comunes de colaboración no sólo entre las izquierdas si no también con la derecha civilizada. Posiblemente los tres más importantes sean:
- Justicia Ambiental y Social: Ambos movimientos suelen coincidir en la necesidad de abordar las desigualdades sociales y económicas, y la protección de los derechos de los trabajadores, pero las propuestas de os diferentes grupos de derechas e izquierdas, difieren en los mecanismos y las prioridades.
- Sostenibilidad y Energías Renovables: Puede haber un consenso entre la derecha civilizada y las izquierdas en promover políticas de energías limpias y sostenibles como parte de una economía más sostenible, justa y equitativa.
- Lucha contra el Cambio Climático: La urgencia de combatir el cambio climático y sus efectos adversos suele ser un punto de unión con la derecha civilizada.
A pesar de estos desafíos, la izquierda ha logrado avances importantes en los últimos años. La formación de gobiernos de izquierda en América Latina y la creciente popularidad de ideas progresistas en Europa y los Estados Unidos son señales de que la izquierda está en auge. La unidad de la izquierda es esencial para construir un futuro más justo y equitativo para todos.