Laporta sólo ha sido capaz de darle a Dani Olmo un dorsal provisional

Acosado por la urgencia de inscribirlo y por la precariedad financiera de su gestión, recurrió al truco de darle de alta como sustituto del lesionado Christensen, igual que a Íñigo Martínez por la baja de Araújo, ambos con fecha de caducidad el 31 de diciembre: dos ‘fichajes’ sospechosos que el Athletic ha pedido investigar a LaLiga

Dani Olmo

La realidad del paranoico universo laportista no deja de arrojar curiosas y paradójicas situaciones, empezando porque cuanto más empeño y desesperación pone el presidente en fichar a cuantos cracks se ponen a tiro, más y mejor responde el equipo de HansiFlick, plagado de gente de la casa que ya acumula tres victorias en la Liga y el liderato a base de esfuerzo, derroche físico, carácter y hasta con cierto parecido al ADN Barça a la hora de desplegar un sistema de juego menos sofisticado en la elaboración, aunque ciertamente efectivo.

Las expectativas y los grandes progresos de este arranque de campeonato no pueden tapar, en cualquier caso, el grotesco y delirante camino por el que se ha alcanzado, sólo parcialmente, la composición de la plantilla bajo la directa y más que discutible dirección del dúo LaportaDeco, responsable del vergonzoso protagonismo azulgrana en este mercado de verano que apura sus últimas horas con ese mismo talante malabar de la improvisación y de absoluta incapacidad para dotar al FC Barcelona de una estructura financiera seria y una planificación mínimamente coherente.

Tres meses después de que el presidente Laporta hubiera declarado públicamente el estado de caza mayor para fichar a NicoWilliams, DaniOlmo y Mikel Merino, un lateral de primer nivel y un medio centro de garantías, el resultado, por desgracia también mundialmente conocido, es que sólo ha llegado un refuerzo como el de Olmo, que se podrá pagar en muchos plazos -de ahí su precio final de más de 60 millones, por encima de su mejor valoración de mercado de 50 millones hace un año- y que sólo ha podido ser inscrito a última hora mediante un subterfugio tan legal como demostrablemente manipulado.

Tras dos partidos fuera del once de Hansi Flick debido a causas exclusivamente administrativas por falta de margen salarial para inscribirlo, hubo que recurrir a la posibilidad reglamentaria de certificar médicamente una baja por más de cuatro meses para que LaLiga diera luz verde a un jugador sustituto por el 80% de la masa salarial del lesionado. Como el futbolista entrante acredita una nómina y amortización superiores a la de su compañero Christensen, el sacrificado, su inscripción está limitada al 31 de diciembre próximo y su continuidad y dorsal definitivo para el resto de la temporada sujetos a que Laporta consiga, al menos, nuevos ingresos que mejoren su saldo en LaLiga.

Necesita, en definitiva, esos ingresos o soluciones que la prensa cantaba este lunes como las claves de la inscripción de Dani Olmo por las vías de WhiteBIT como patrocinador dispuesto a invertir en BarçaStudios, la presentación de un aval directivo, el nuevo contrato de Nike y más rebaja salarial a base de cesiones que, finalmente, nunca llegaron a materializarse. La única salida fue, varios días después de diagnosticarse una tendinopatía en el tendón de Aquiles del defensa danés, evaluada inicialmente como una baja de entre uno y dos meses, enviar a LaLiga un informe clínico argumentando que, por el tipo de molestias y la naturaleza del tratamiento decidido en su caso, de descanso y descartado el quirófano, su baja podría exceder los cuatro meses.

La reacción de varios clubs, entre ellos el Athletic, tan molesto con Laporta que decidió no aceptar la invitación azulgrana al almuerzo de directivas previo al partido de Montjuïc de la semana anterior, ha sido la de solicitar una investigación a LaLiga por la inscripción de ÍñigoMartínez también bajo la misma fórmula aprovechando la lesión de RonaldAraújo y forzada por la parálisis del fairplay azulgrana.

El aparato mediático laportista ha reaccionado como es habitual en estos casos filtrando que la lluvia de millones del nuevo contrato de Nike está tan cerca de producirse y ser anunciada -probablemente entre hoy y mañana, último día de mercado- que el Barça ya ha advertido a LaLiga al respecto de esa posible solución. Una información que, en vano, varios medios intentaron confirmar a través de fuentes solventes de la patronal que dirige JavierTebas.

Porque Laporta necesita reforzar al menos dos puestos del equipo, eso es lo que le ha pedido el entrenador, consciente de que pese al buen arranque en la Liga la plantilla es corta en número y en calidad para responder en Europa y hacer frente a un campeonato como la Liga que exige un mínimo fondo de armario para mantenerse arriba, especialmente por el enorme desgaste de los internacionales. Con más motivo tras la grave lesión de MarcBernal en Vallecas. Y no puede atar a ninguno de los nombres que suenan como Rafael Leao del Milan, que cuesta 80 millones, o cualquier otro sin compensar su fichaje con ese dinero pendiente para equilibrar sus propias cuentas y el saldo moroso a ojos de LaLiga, que por ahora le impide reforzarse como quisiera.

Los recursos ya han sido prácticamente agotados. Laporta ya ha echado a Gündogan, se ha deshecho de otros jugadores como Marc Guiu, Mika Faye, Vitor Roque y Lenglet y ha burlado el control de LaLiga con esas bajas médicas a modo de parche provisional, tan poco ingenioso como altamente sospechoso de ser otro mal truco que, por otra parte, algunas fuentes del club no descartan repetir con Frenkie de Jong, por ejemplo, pues no hace falta desinscribir a los futbolistas en tratamiento médico para acogerse a esta posibilidad como ya se ha empleado con Araújo y Christensen.

O sea, más remiendos y más trampas para ocultar el verdadero problema de fondo que es la descapitalización de la venta de Barça Studios a través de Bridgeburg Invest y la marca Barça Vision.

Para que Dani Olmo pudiera debutar con el Barça, Laporta no ha sido capaz, otra vez, de cumplir con ninguna de sus promesas, ni siquiera la de poder ofrecer a su fichaje estrella un dorsal definitivo, pues mientras no se demuestre lo contrario el interior de Terrassa sólo tiene garantizado poder jugar con la camiseta del Barça hasta el 31 de diciembre, lo mismo que Íñigo Martínez. Por ahora se creen la palabra del presidente, lo mismo que hizo Gündogan cuando fichó por el Barça y Vitor Roque, otro que jugó de prestado para acabar pateado fuera de la órbita azulgrana.

A la precariedad y el embuste permanente, ahora se une la provisionalidad como un elemento más en juego de esta temporada barcelonista bajo la vorágine laportista.

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