Los casos de incivismo en las calles de Lloret de Mar (La Selva) han disminuido notablemente en la zona de discotecas y locales musicales gracias a la puesta en marcha de los auxiliares nocturnos de seguridad. Se trata de una iniciativa conjunta entre el Ayuntamiento y los empresarios del sector que se ha puesto en funcionamiento este verano. Los auxiliares recorren las calles más concurridas advirtiendo a la gente que no puede hacer ruido ni consumir alcohol en la vía pública.
Esto permite que la Policía Local pueda destinar sus efectivos a tareas más policiales. Además, los auxiliares están coordinados en todo momento con el cuerpo policial por si es necesaria la intervención de los agentes. Este verano se han contratado una decena de auxiliares nocturnos.
Son las once de la noche y comienza la jornada laboral para la decena de auxiliares nocturnos que este verano trabajan en Lloret de Mar. Es el primer año que el consistorio y el sector del ocio nocturno prueban esta solución y los resultados ya se pueden percibir con una reducción del incivismo durante las noches de verano. En la estación de autobuses del municipio, Miguel Ángel Carretero coordina a los auxiliares y los distribuye en grupos de dos.
A partir de ahí, los distribuye por las calles de Lloret de Mar que son susceptibles de tener más aglomeraciones de gente. La mayoría de ellos son calles donde hay discotecas, bares y locales musicales. Allí se mezcla público local y turistas que salen de fiesta y consumen alcohol. Esto provoca molestias a los vecinos por los gritos y el ruido. Hasta ahora la Policía Local era la encargada de garantizar que no hubiera conductas incívicas.
«La mayoría de la gente hace caso»
Ahora, el equipo de auxiliares nocturnos se encarga de controlar que la gente no grite, que no consuma alcohol en la calle y que no circule por la acera y no por el medio de las calles. Lo hacen hasta las siete de la mañana, cuando la mayoría de aquellos que han salido de fiesta ya están en la cama. El coordinador de los auxiliares, Miguel Ángel Carretero, explica que «la mayoría de la gente hace caso». Además, destaca que muchos de los trabajadores «son del pueblo o de la zona» y eso les permite conocer mejor cuáles son las zonas más conflictivas.
Lo que más se encuentran los auxiliares son peleas por motivos de alcohol, gente bebiendo en la calle y gritos de jóvenes que salen de fiesta. La mayoría de las actuaciones se realizan justo cuando cierran las discotecas, bien entrada la madrugada. «Salen borrachos y les ayudamos a sentarse y a volver tranquilamente sin hacer ruido», indican los auxiliares. En algunos casos, presencian peleas o gente que cae por la borrachera. En estos casos avisan a la policía o a emergencias para coordinar su actuación.
Esta figura de los auxiliares nocturnos ha permitido que las conductas incívicas disminuyan en el municipio. El responsable del turno de noche de la Policía Local de Lloret de Mar y también de la Unidad de Reacción de Seguridad (URAS), Antonio Humanes, explica que «las intervenciones por incivismo son mínimas» con la puesta en funcionamiento de los auxiliares.
Esto permite que el cuerpo policial pueda destinar los efectivos a «trabajos policiales» como actuaciones de seguridad ciudadana. Humanes explica que hasta ahora debían «destinar patrullas a controlar que la gente no bebiera alcohol en la calle o no gritara». Ahora, el cuerpo puede priorizar actuaciones policiales porque las conductas incívicas ya las gestionan los auxiliares. De todas maneras, si algún auxiliar nocturno avisa a alguien y este no hace caso, pueden avisar al coordinador para que se comunique con la Policía Local. En estos casos, el cuerpo llega al lugar «con un tiempo de reacción de menos de un minuto».
Cambio de empresa
El Ayuntamiento de Lloret de Mar y una veintena de empresas del mundo del ocio nocturno contrataron a los auxiliares para este verano. Inicialmente, ganó la licitación una empresa, pero el consistorio ha terminado rescindiendo el contrato por diversos incumplimientos. En primer lugar, no comenzaron en la fecha prometida y, además, tras varios requerimientos no presentaron la documentación pertinente.
Paralelamente, un trabajador denunció que las horas cotizadas y trabajadas no correspondían. Ahora, el consistorio ha decidido romper el contrato con esta empresa y firmar un contrato menor con otra para que se encargue de esta tarea.