Los Mossos d’Esquadra han admitido «errores» en la operativa y la planificación para detener al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont en su retorno a Cataluña, el 8 de agosto pasado. Así lo recoge el informe que el cuerpo ha hecho llegar al Tribunal Supremo este martes, según ha avanzado El Confidencial y han confirmado a la ACN fuentes conocedoras. Mossos hace autocrítica del dispositivo en el documento enviado al juez Pablo Llarena quién, el día después de la fuga, pidió a los Mossos d’Esquadra y al Ministerio del Interior informes sobre el dispositivo policial para detener a Puigdemont.
El diario citado apunta que los agentes no contemplaron la posibilidad de que Puigdemont volviera a irse, y que se pudo escabullir porque el dron que vigilaba el acto de Lluís Companys siguió la comitiva que iba hacia el Parlamento, y no el coche blanco donde subió el expresidente. El informe, firmado por el comisario jefe, Eduard Sallent, expresa que la idea de que Puigdemont huyera «se escapa de toda lógica racional o política» y que los Mossos estaban preparados para hacer una detención con criterios “de oportunidad y proporcionalidad”.
El cuerpo policial argumenta que el expresidente se les escapó en coche y «camuflado» con una gorra de béisbol aprovechando la “confusión e incertidumbre” generada. Además, explica que una vez se vio al expresidente en la parte superior del paseo Lluís Companys, se comprobó “ que estaba rodeado de centenares de personas” y que no era “oportuno” actuar con el uso de la fuerza allí, puesto que se preveía que después fuera hacia el Parlament. “El desarrollo de los hechos posteriores pone de manifiesto que no se produjo este desplazamiento hacia el Parlament, motivo por el cual no se dispuso de un momento para proceder a la detención”, reconocen los Mossos.
Por otro lado, los enfrentamientos que se produjeron en una de las puertas del parque de la Ciutadella provocaron que “la atención de los policías se centrara en este punto” y que el agente que estaba siguiendo al coche de Puigdemont “no pudiera acceder al canal de comunicaciones a través de su emisora”. «Es relevante destacar la imposibilidad que tuvo el agente de comunicar a través de la emisora lo que estaba observando», recoge el documento, una circunstancia que provocó que el Centro de Coordinación no estuviera informado de la ubicación real del expresidente y se centrara en seguir la comitiva de los políticos andando por el paseo Lluís Companys en dirección a la entrada del parque de la Ciutadella.
El agente, mientras tanto, persiguió a pie al vehículo de Puigdemont y se confundió «por la tensión del momento» e informó erróneamente del modelo -un Peugeot y no un Honda HRV-. Tampoco pudo detallar con exactitud la matrícula, sino que ofreció una lectura parcial. En un momento, el semáforo se pone en verde, el coche sigue la marcha y el mosso le pierde la pista.
También ha transcendido, publica La Vanguardia, que el presidente del Parlament, Josep Rull, impidió a los Mossos inspeccionar el edificio institucional horas antes de la fuga del expresidente catalán, que pretendía entrar en la cámara a través del zoo, pero no pudo hacerlo por la fuerte presencia policial.
El informe del Ministerio
En el informe que el Ministerio del Interior remitió al Supremo, se indicaba que el Estado ofreció a los Mossos d’Esquadra el apoyo de los cuerpos de la Policía Nacional y la Guardia Civil para el operativo de detención del expresidente de la Generalitat, pero estos no lo requirieron. También apuntaba que los dispositivos de control y vigilancia de los cuerpos policiales del ejecutivo español no detectaron “en ningún momento” la presencia de Puigdemont en fronteras, puertos y aeropuertos desde que el pasado 11 de junio el magistrado instructor del Supremo decidió mantener en vigor su orden de detención. Una vez conocida la fuga de Puigdemont el pasado jueves, el ministerio reforzó la vigilancia en estos puntos.
Interior remarcaba que la Policía Nacional y la Guardia Civil mantuvieron activos los controles en las fronteras durante los días previos a la fuga de Puigdemont, especialmente en Barcelona y en el área metropolitana. Ahora bien, apuntaba que en este momento, y dada «la competencia y las capacidades operativas» de los Mossos, no llevaron a cabo ningún operativo en paralelo para detener a Puigdemont.