Varias voces del PSOE, desde el gobierno de Asturias hasta la federación socialista de Extremadura, pasando por el expresidente Felipe González, se han pronunciado en las últimas horas contra el preacuerdo cerrado por el PSC y ERC para investir a Salvador Illa. El primero en dar el paso fue el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, quien ayer convocó una declaración institucional para cargar contra la propuesta de financiación prevista en el pacto. El gobierno asturiano se ha sumado este jueves rechazando ofrecer un «concierto fiscal» a Cataluña y su salida del régimen común. El PSOE de Extremadura, por su parte, ha pedido a Pedro Sánchez la convocatoria de un Consejo de Política Federal para tratar el asunto.
Según el consejero de Hacienda y portavoz del gobierno de Asturias, Guillermo Peláez, la salida de una comunidad del régimen común, sea cual sea, supone una caída de los recursos del Estado y un impedimento para la redistribución de la renta y por el refuerzo de un estado de bienestar «fuerte y equitativo en todo el territorio». «Hay que mantener el régimen común de financiación de las comunidades que gestionen competencias tan importantes como la sanidad, la educación o los derechos sociales», ha dicho este jueves a la prensa.
Peláez ha añadido que ofrecer un «concierto fiscal» para una comunidad autónoma supone dar un paso a un sistema que únicamente tenga en cuenta la mayor o menor capacidad fiscal de los territorios. Sin embargo, el titular asturiano de Hacienda ha expresado su deseo de que Illa sea el próximo presidente de la Generalitat para ayudar a superar el procés.
En la misma línea se ha expresado el secretario general del PSOE de Extremadura, Miquel Àngel Gallardo, que ha reunido a su dirección regional para analizar el acuerdo entre socialistas y republicanos. Según ha remarcado, es necesario defender «la igualdad y la justicia social» como elementos centrales de la ideología del partido que lidera Pedro Sánchez, así como «la solidaridad».