Icono del sitio El Triangle

Malestar en ERC por las presiones y la ‘guerra sucia’ de Puigdemont

Carles Puigdemont creu que els carrers “cremaran” si és empresonat

Carles Puigdemont tiene ERC entre ceja y ceja. Su gran obsesión es que los republicanos no apoyen a Salvador Illa para ser presidente y que se pongan a sus órdenes, en una estrategia supuestamente unitaria del independentismo para reconquistar la Generalitat. Obsesionado con esta idea, el expresidente presiona Esquerra desde todos los ángulos. El contacto de Puigdemont con Marta Rovira es constante, porque se note esta presión y que ERC no olvide que su aliado natural es Junts. Al partido de Oriol Junqueras y Marta Rovira ha ido creciendo el malestar con Puigdemont por este pressing en las últimas semanas. Quieren evitar que ERC se convierta en un satélite de Junts per Catalunya bajo el mando supremo de Puigdemont. El candidato juntaire ha advertido a los republicanos que está dispuesto a cualquier cosa para evitar un nuevo tripartido en la Generalitat. Incluso a presentarse por sorpresa en Barcelona y forzar la suspensión del pacto de ERC y PSC. Desde las filas republicanas no se acaban de creer este nuevo aviso. Ya son demasiadas veces las que Carles Puigdemont ha prometido volver, y todavía no lo ha hecho. Y, a pesar de ello, una vez asumido que con el pacto se hace “un servicio al país”, no se romperá, según afirman los republicanos, porque sería muy difícil volver atrás. Pero esto todavía se tiene que ver.

“Puigdemont está dispuesto a presentarse en Cataluña cuando se haga público el acuerdo y justamente antes de que ERC lo someta a la aprobación de sus bases. Se lo ha dicho personalmente a Marta Rovira. Con esto, espera hacer un golpe de efecto y arrastrar hacia el ‘no’ la militancia de Esquerra, estropeando la estrategia de la cúpula”, explica a EL TRIANGLE una fuente de Junts. Además, afirma esta fuente, Puigdemont ha estudiado en detalle las consecuencias de su acción, y los riesgos considera que son mínimos. “El equipo jurídico tiene preparadas querellas contra jueces por prevaricación si Puigdemont es encarcelado cuando vuelva. Reclaman que con la ley de amnistía en vigor se tienen que suspender de manera inmediata las medidas cautelares, como prevé el texto legal. Ningún magistrado se arriesgará a ser el blanco de una querella así por no aplicar la ley de amnistía con Puigdemont. Puede estar unos días retenido, pero enseguida saldrá en libertad. Esto es lo que ha valorado su equipo jurídico, puesto que reclamará la aplicación total de la ley”.

También explica un dirigente de Junts que “si ERC pacta con los socialistas, habrá una campaña acusándola de traidores. Está decidido. Pero lo que nos preocupa es si Puigdemont puede beneficiarse de una previsible bajada de ERC en el caso de nuevas elecciones, puesto que en estos momentos una lista unitaria es muy difícil de conseguir. Evidentemente, el retorno a Cataluña beneficiaría las expectativas electorales de Junts, aunque no se sabe hasta qué punto”.

Hay otra circunstancia que espera que le ayude: la movilización de la calle. La Assemblea Nacional Catalana (ANC), en manos de Lluís Llach, incondicional de Puigdemont, y los comités de defensa de la República (CDR) moverán las calles con movilizaciones constantes mientras no sea puesto en libertad. Se espera también que la gran cantidad de plataformas y grupos de activistas dispersos por Cataluña se sumen a esta campaña, en la cual se acusará a los jueces de hacer un “golpe de estado” por haber encarcelado Puigdemont gratuitamente. En esta batalla, tanto el expresidente como sus abogados se opondrán a que se consulte a tribunales superiores o a los tribunales europeos si es amnistiable el delito de malversación de que se le acusa, conscientes que este concepto no entra dentro de la categoría de delitos perdonables.

Doble beneficio

La movilización de las calles serviría a Puigdemont no solo para defenderlo y mirar de conseguir notoriedad internacional, sino también para minar todavía más el frágil equilibrio de ERC, que tendría que asistir como invitado de piedra a la nueva escenificación de su principal adversario. La debilidad de ERC, con el núcleo duro fracturado, la militancia desconcertada y el escándalo de la guerra sucia practicada por el sector afín a Marta Rovira es un buen caldo de cultivo para los planes de Puigdemont.

Las últimas andanadas de Llach al frente de la ANC, así como las de algunas plataformas soberanistas, han ido encaminadas a advertir a ERC que si apoyan la investidura del socialista Salvador Illa serán considerados traidores. La consigna es evitar la investidura. Por eso, se ha puesto en marcha toda la maquinaria propagandística de Junts. A diferencia de ERC, que tenía el aparato de guerra sucia dentro del partido –como se ha visto en el episodio de los carteles sobre los hermanos Maragall, las pintadas contra las sedes del PSC y el Consell Comarcal de l’Anoia u otras acciones similares–, Junts tiene muy diversificado este aparato y, en buena parte, está externalizado.

A favor de los intereses de Puigdemont trabajan miles de activistas encuadrados en diferentes esferas. La misma ANC, algunos CDR, una amplia red de plataformas y grupos que operan a través de las redes, webs como la de Albano-Dante Fachín, la plataforma La Resistencia o digitales como Vilaweb o La República están en alerta roja para asediar ERC en todo momento.

El escrache de un grupo de CDR ante la sede de Esquerra el jueves 18 de julio es un buen ejemplo de esta guerra sucia. Había más letras en las dos pancartas que llevaban que activistas participantes en la acción: unos veinte manifestantes con los mensajes “Nuestro voto no os legitima para pactar con el 155. Independencia”, como decía una pancarta, y el lema “Independencia”, la otra. Además de algunas pancartas pequeñas: unas con el lema “No + pactas con el 155” y otra con una fotografía de una manifestación donde Salvador Illa aparecía junto a Miquel Iceta y otros líderes de partidos constitucionalistas y el lema “No perdemos la memoria”. Pero, visualmente, la espesa red de propaganda de Junts la difundió rápidamente como si hubiera sido una acción masiva.

La recepción de Pere Aragonès a los recientemente regresados Marta Rovira, Ruben Wagensberg y Oleguer Serra en el Palau de la Generalitat sirvió para hacer otra repasada a los republicanos. “Aragonès solo recibe a los suyos en Palau. La explicación es sencilla, solo ER [sic] o Òmnium lanzaron el Tsunami Democràtic desde Suiza, obviando el resto. También podéis seguir quién es el único personaje que se ha puesto en la boca el sit and talk. ¿Lo habéis adivinado? En dos ocasiones, el MHP Aragonès. Después de usar el mensaje políticamente, nadie lo ha procesado. Recordamos que él y la Artadi eran los gestores e intermediarios del 155”, fue el mensaje de alerta difundido por la Resistència.

La misma plataforma metía el dedo en el ojo a ERC después del episodio de los carteles de Maragall. “Podemos añadir de primera mano que la B [la red interna oculta] de ERC y estas prácticas ya eran habituales en la Cataluña central en forma de amenazas, desacreditacions y uso de denuncias al mismo puro estilo de lawfare actual (desde el 1999 tenemos constancia). Podemos avanzar que afectan exalcaldes, exconsellers y todo tipo de cargos, como directores y secretarios generales y territoriales, hasta hoy día”. Y añade: “El escrito sirve también para Òmnium”, de forma que ponen la única estructura civil dominada por los republicanos en el punto de mira del extremismo juntaire.

Este grupo es uno de los más duros contra Esquerra. Refiriéndose a la estructura interna de la guerra sucia de ERC, afirma que “han hecho muy mal al Parlament. No solo se cargaron a la Borràs. Wagensberg era el gran abstencionista, ni siquiera firmaba los actos del Parlament, y cuando lo tenía que hacer, apareció en México con su pareja. Después cobraban en B y desprestigiaban en las redes con medio millar de perfiles falsos. Exactamente hacen el mismo que Goebbels en los años 30”.

La andanada contra ERC se multiplica diariamente desde todos los ángulos. “Puigdemont quiere aprovecharse de la delicada situación interna para dominar ERC. Su intención última es que bloqueemos la investidura de Illa y vayamos a nuevas elecciones. La segunda parte de su estrategia seria doblegar a ERC para formar una candidatura única, con la excusa que los sondeos vaticinan una bajada de Esquerra y sumando los votos de unos y otros sacaríamos más escaños que Illa”, critican a ERC.

Estas mismas fuentes niegan que a la reunión que Marta Rovira mantuvo con Puigdemont en Ginebra el 5 de junio pasado se llegara a ningún acuerdo de bloqueo de la investidura o de estrategias de cara a nuevas elecciones en otoño. “Hubo un análisis de la situación por parte de los dos, pero ni se llegó a un acuerdo ni se habló de pactos postelectorales. Sí que se trató la presidencia del Parlament, y ya hemos cumplido con JxCat. No se pueden quejar”, aseguran desde ERC. Por eso, preparan su artillería por si, al final, tienen que disparar contra Puigdemont.

Puedes leer el artículo entero en el número 1586 de la edición en papel de EL TRIANGLE.

Salir de la versión móvil
Ir a la barra de herramientas