Una empresa privada especializada en ciberseguridad instaló una mejora de uno de sus programas en el sistema que utiliza el software de otra empresa privada a la que están suscritos servicios públicos de todo el mundo y provocó el caos. Algo falló en esta supuesta mejora del programa de ciberseguridad que dejó ciegos los servicios informáticos de hospitales, aeropuertos, líneas de ferrocarriles, superficies comerciales, farmacias, gasolineras y multitud de prestaciones que utilizan y necesitan a diario los ciudadanos.
Me gustaría combinar esta noticia con la decisión del dueño de la red social X, Elon Musk, de trasladar la sede de su empresa Space X de California a Texas como protesta por la legislación aprobada en defensa de las personas trans en el estado donde ahora la tiene instalada. Musk ha anunciado también estos días que dará 45 millones de dólares cada mes a Donald Trump desde ahora y hasta las elecciones presidenciales de Estados Unidos de noviembre.
Es decir que por culpa de unas empresas privadas nos hemos podido encontrar problemas a la hora de coger un avión o tren o de ser atendidos en un hospital. Y que, al ser usuarios de X, estamos contribuyendo a la campaña de Donald Trump para volver a presidir Estados Unidos.
Para redondear la broma, los usuarios perjudicados por la quiebra de Windows no pueden reclamar compensaciones de ningún tipo porque se ve que este tipo de incidencias no están cubiertas por los seguros privados que suscriben particulares y empresas privadas y públicas.
¿Cornudos y apaleados?
Pues no. Ya empieza a ser hora de que los servicios básicos para el funcionamiento de nuestras sociedades dejen de estar en manos de personajes privados. Su enriquecimiento comporta el empobrecimiento de gran parte de la ciudadanía y el riesgo de crisis como la que han sufrido tantos servicios públicos por culpa de la deficiente gestión de Windows. Una gestión que ha provocado el desastre conocido como de “las pantallas azules” porque es cómo se quedaban las de los ordenadores estropeados.
¡Fuera “pantallas azules”! ¡Queremos “pantallas públicas”! ¡Que X pase a manos de representantes de la ciudadanía global! Y, ya de paso, que Trump no vuelva a ser presidente de Estados Unidos ni con mi dinero, ni el tuyo ni el de nadie.