«¿Y Laporta de qué vive?», esta es la cuestión que plantea Jordi Termes

Destacada irrupción electoral del primer candidato que se atreve a cuestionar que el presidente no tenga ninguna actividad profesional reconocida, su exhibicionismo en la política de comisiones, el bajo nivel de su junta, la poca experiencia y limitada disponibilidad de Joan Camprubí y la caducidad del proyecto de Víctor Font

Joan Laporta

El barcelonismo dispone desde hace apenas unas horas de una nueva voz y de un perfil distinto en el ámbito de ese universo que, por fin, se deja ver al margen y en contra del totalitarismo y del amplio espectro y tentacular control social y mediático del aparato laportista. Se trata de Jordi Termes, empresario tecnológico que, en su primera entrevista, ha causado más ruido y removido más conciencias que el resto de los aspirantes que ya se mueven, algunos más reptilmente que otros, en el camino hacia unas elecciones que, si nadie no lo remedia, se convocarán al final de la primavera de 2025. ¿De qué vive el presidente actual del Barça? ¿Se lo puede explicar a los socios, si su propio despacho de abogados lleva años inactivo sin presentar cuentas ni dar el menor síntoma de actividad ante el Registro Mercantil? Esta ha sido una de las valientes y oportunas reflexiones de esa disruptiva e inesperada aparición de Jordi Termes, quien, además, también ha puesto en duda, dado que la presidencia y los cargos de junta son honoríficos, la disponibilidad de Joan Camprubí para servir al Barça por su condición de ejecutivo, que no empresario ni socio de la consultoría en la que trabaja, así como la trayectoria de Víctor Font, que juzga poco exitosa y atractiva para los barcelonistas después de tantos años de blandir un proyecto acaso demasiado indefinido.

Termes le ha concedido esta primera entrevista de presentación al grupo Prensa Ibérica, El Periódico y Sport, una decisión estratégicamente lógica, pues ambos son, actualmente, los dos únicos medios abiertos a publicar, investigar y destapar las atrocidades más cavernícolas e indecentes de la gestión de la actual junta. Todo lo contrario que el resto de los canales informativos barcelonistas de gran calado, como el tridente del Grupo Godó (La Vanguardia, RAC1 y Mundo Deportivo) y la Corporació (TV3 y Catalunya Ràdio), que siguen con el freno de mano puesto con la excepción de algún lobo solitario capaz de burlar los controles de una línea editorial que, si alguna vez se retrae un poco de ese marcado colaboracionismo, en ningún caso cruza la línea roja de la hostilidad. El diario Ara, que por su parte también exhibe una cierta independencia en el enfoque y agresividad de los contenidos, siempre es sospechoso de jugar a favor de los intereses electorales de Víctor Font, accionista de un medio con una limitada penetración e influencia en la mayoría barcelonista con derecho a voto.

Las audaces y atrevidas afirmaciones que ha dejado Jordi Termes reflejan un carácter y una claridad en su visión del planeta Barça que, ciertamente, sorprenden porque se salen de los convencionalismos que siguen atenazando a esa sociedad civil catalana que, es obvio, irradian e inspiran también a esa disidencia barcelonista elitista que ahora mismo representan Joan Camprubí, Jordi Roche o Víctor Font.

Para empezar, ha sido muy claro e incisivo sobre la figura de Joan Laporta, cuyo modus vivendi de cinco estrellas a costa del Barça se ha normalizado peligrosamente. «Me gustaría tenerun cara a cara con Laporta. Y lo primero que haría es preguntarle de qué vive. ¿De qué vive usted, señor Laporta? Su bufete de abogados no deposita desde hace años sus cuentas en el registro mercantil», ha dicho, recordando que en su primer mandato «cobró 10,5 millones de Uzbekistán por llevar al Barça a dar vueltas por el mundo. Y lo hizo a través de su bufete».

Sobre la gestión de Laporta, más allá de asegurar que como resultado directo de ser pésima «veo al Barça muy mal», ha concentrado buena parte de su crítica, frontal, al exhibicionismo a la hora de comisionar todo tipo de operaciones. «¿Por qué el Barça paga comisiones a intermediarios? Para que la gente se dé cuenta de cómo está siendo gestionado el Barça, el importante patrocinio del Spotify se hizo pagando una comisión. Qué manera más triste de engañar al socio. Había personas en el club que podían acceder directamente a Spotify sin intermediarios. Y esto es así porque lo sé. El Barça es una marca mundial, la conoce todo el mundo, es tan simple como coger el teléfono, llamar al propietario o director general de Spotify y decir: Buenos días, soy el presidente del Barça, me gustaría hacer un patrocinio. Así que la pregunta es: ¿Por qué el Barça paga comisiones a intermediarios? Si las personas que dirigen el club no son libres e independientes, no pueden defender los intereses del Barça de forma independiente. Si pide favores, los favores se devuelven».

También tiene claro el diagnóstico y la solución. «El Barça se puede reconducir, aunque cada vez nos lo ponen más difícil, por lo que solicitaría a Laporta y su entorno que por favor nos deje a las nuevas generaciones llevar el club. Pero no tardemos mucho o nos podemos hacer daño. ¿Laporta se merece un voto de censura? Sí. ¿Debería hacerse desde un punto de vista conceptual? Sí. ¿Ahora? No. Ni tan siquiera tenemos campo de fútbol, el proyecto más importante de la historia, y paralizarlo con una moción nos podría dejar en una situación complicada. Pido a los otros grupos que se movilizan que no hagan ninguna actuación hasta que hayamos vuelto al Estadio. Después se puede iniciar un proceso de este tipo».

Para sus posibles compañeros de viaje en esta larga recta preelectoral también ha dejado mensajes. «No veo a la persona adecuada para dirigir el Barça en los próximos años. En Víctor Font veo a alguien con capacidad de gestión, pero hay un dato que para mí es relevante y es que lleva 13 años trabajando en un proyecto sin éxito. Más que Sí al Futur, debería llamarle ya Sí al Pasado. Diría que le falta algo para poder ganar unas elecciones. Y de Camprubí Montal, con todos los respetos, no puede presidir el Barça alguien que tiene 30 y pocos años y debe pedir vacaciones para ir a una entrevista o un debate electoral».

Ingeniero Técnico en Informática de Sistemas con dos Másters MBA más un curso de liderazgo de empresas en Harvard. Eso consta en el currículo más que interesante de Jordi Termes, pero por otras razones. La principal es que su empresa, Movetia, dedicada a los servicios digitales, ideó y desarrolló Bizum, el popular sistema de pago instantáneo por móvil que lo ha convertido en millonario a sus 51 años, edad y estatus más que idóneos, según los expertos, porque además de poseer una perspectiva de la vida más amplia y experimentada, el hecho de tener la vida resuelta y poder ejercer de verdad su barcelonismo sin dependencia de nadie ni de nada (entornos y poderes políticos, financieros, económicos, fácticos y mediáticos) configuran un perfil con posibilidades de seducir a los socios, ganador y solvente.

Dar ese paso adelante, con su equipo directivo al 60% ya concretado, no habría llamado tanto la atención sin esa contundencia y determinación a la hora expresar sus sensaciones sin rodeos ni subterfugios, llamando a las cosas por su nombre y poniendo a cada cual el lugar que, a su criterio, les corresponde. No es ninguna mala noticia, al contrario, que un socio con una hoja de servicios y reputación profesional indiscutible, con el bolsillo lleno y no con la necesidad de llenarlo, ideas claras y una personalidad por encima de esa pusilánime actitud generalizada de la oposición ante el despotismo de Laporta -o sea, diferente- haya entrado en la batalla electoral en este momento clave.

«Ha llegado el momento de que el Barça se regenere totalmente. Lleva gobernado por las mismas personas desde 2003. Si tú accedes a ser directivo, o bien dispones de solvencia económica o tienes que buscar medios para llegar a final de mes. La prueba está en lo que está sucediendo actualmente, que personas que dirigen el club reciben embargos por importe de 1.000 euros en las cuentas que comparten de los avales. Y esto me parece intolerable. Y este es el nivel que tenemos hoy en el FC Barcelona», ha añadido, sintetizando su ideario.

Diciendo lo que dice y cómo lo dice es muy probable que el entorno mediático y digital, mayoritariamente gobernado ideológicamente por el laportismo, no le dé bola, o muy poca, sobre todo porque no parece necesitar ni estar dispuesto a financiar, ni que sea indirectamente, un gremio tan empobrecido, dependiente y rendido al poder del palco del Barça.

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