La decisión de la Junta Electoral Central (JEC) de no comunicar la elección de Toni Comín a la presidencia del Parlamento Europeo, por no haber cumplido el requisito de presentarse en Madrid y acatar la Constitución, ha dejado al político de Junts x Catalunya (JxCat) en el limbo y sin el derecho a recibir la suculenta nómina y los privilegios que tienen asignados los eurodiputados: 9.975 euros mensuales brutos (7.776 netos), más 4.778 euros mensuales por dietas de funcionamiento, más 28.412 euros mensuales para la contratación de asistentes, más dietas para viajes y alojamiento (338 euros diarios), más dietas de hasta 4.715 euros anuales para desplazamientos al extranjero.
Toni Comín vive con su hija adoptiva en Lovaina y, a la espera de la resolución del TJUE sobre la petición de medidas cautelarísimas para que le sea otorgada la condición de eurodiputado, el hecho es que se ha quedado, de momento, sin estos ingresos. No solo él. Quedan en el aire la contratación de los asesores, entre los cuales destaca Aleix Sarri, y el mantenimiento de la oficina que el grupo europeo de JxCat tiene abierta en el barrio del Born de Barcelona. La supervivencia económica de Toni Comín y de esta estructura orgánica está en peligro.














