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La junta de Laporta oculta que se complica y retrasa el regreso al Camp Nou

Presentació del trasllat a Montjuïc per part d'Elena Fort

Nadie se cubre peor las espaldas que la propia junta de Joan Laporta ahora que toda esa estrategia de controlar el relato empieza fallar de un modo estrepitoso. Hace dos semanas, para amenizar ese compás de espera sin fecha cerrada sobre la inminente firma del nuevo contrato de Nike y estimular la llegada de inversores para el profundo pozo de Barça Studios, el propio presidente y algunos miembros de la junta avanzaron que “pronto habrá buenas noticias”. No habiendo trascurrido ni 48 horas, el propio club suscribía que, definitivamente, cancelaba la posibilidad de capitalizar Barça Media por 1.000 millones y renunciaba a su salida a bolsa vía el Nasdaq de Nueva York, un proyecto sostenido con más trampas que solidez financiera que por lo menos podía utilizarse como reclamo para atraer a algún incauto inversor. Ahora, en el mismo día que la vicepresidenta Elena Fort da una entrevista a la agencia EFE, avanzando los detalles sobre el retorno al Camp Nou en diciembre próximo, desde BSM (Barcelona Serveis Municipals), el organismo del que depende la logística del exilio del primer equipo en Montjuic, se filtra que, pese a la insistencia de sus responsables en conocer ese calendario, sospechan que “ni ellos mismos saben cuándo podrán jugar en su estadio”, pues no disponen hasta ahora de ninguna constancia de los planes del Barça sobre cuando abandonaran el estadio Lluís Companys. Todo contradictorio y confuso.

Esta ausencia de coordinación a la hora de embaucar al barcelonismo con la promesa de regresar a Les Corts próximamente subraya el deterioro del aparato laportista, que acaso debería haber preparado mejor esta maniobra mediática de distracción utilizando las obras del Camp Nou para contraprogramar el efecto de la presentación de Mbappé. Pero, sobre todo, el vacío de noticias sobre el esperado cierre del ejercicio con beneficios, la firma del contrato de Nike, la firma con otro patrocinador, el del catering del futuro estadio, el aterrizaje de inversores para Barça Studios y el avance en el fichaje de Nico Williams, pues es tan sencillo como abonar los 58 millones de su cláusula, además de registrar las inscripciones de varios de los jugadores pendientes de formalizarlas, entre ellos Gavi, Araujo, Balde -tres con ampliaciones de contrato-, Íñigo Martínez y Vitor Roque, que si siguen siendo jugadores del Barça es porque Laporta y varios directivos han renovado ahora el aval gracias al cual Xavi pudo comenzar la temporada anterior con la plantilla al completo.

La campaña semanal para ocultar el humo negro de la desesperación financiera y económica que se vive internamente comenzó con la publicación, desde el club, de una imagen con Laporta, Deco, Lamine Yamal, Araujo y Pedri subidos a la cornisa del estadio, con las obras de fondo, debidamente asegurados con el casco obligado de las visitas de obra y los chalecos amarillos puestos. Elena Fort dio una entrevista exclusiva y controlada ayer mismo a la agencia EFE y no a Barça One, que parece un canal reservado para los Aló Presidente de Laporta, 24 horas antes de una tournée con periodistas debidamente seleccionados que se desarrollará hoy mismo por las instalaciones. La finalidad es generar esa esperanzadora sensación de que el estadio podrá acoger partidos oficiales a partir Navidad -el mejor regalo para los barcelonistas- y de paso, además de entretener a la prensa, estimular la venta de abonos abierta desde hace días sin que desde el club se hayan ofrecido cifras al respecto.

Según la vicepresidenta, el nuevo estadio azulgrana «estará preparado» para acoger encuentros con el 60% de su capacidad a finales de este año. Las obras siguen el plan previsto y estamos en los plazos que nos tocan. Nuestra primera idea era intentar llegar a la fecha icónica del 29 de noviembre, cuando celebraremos nuestro 125º aniversario. Serán unos días más, pero hoy en día podemos afirmar que tendremos el estadio preparado para jugar a finales de año. A la hora de negociar, nos aseguramos el compromiso de la constructora en el cumplimiento de los plazos. Y sí, existe una penalización (si no entregan el 60% del estadio acabado antes de final de año). Es una de las muchas cláusulas que existen y, si llega el momento, tendremos que aplicarla, pero creo que el momento no llegará», avanzó la responsable del Espai Barça.

Sin embargo, ha sido también ayer cuando fuentes de BSM han enviado un mensaje que no acaba de cuadrar ni de encajar con la catarata de promesas ofrecidas por Elena Fort. Una información ofrecida ayer mismo por el diario Ara revelaba, sorprendentemente, que desde del Barça -o sea, desde la junta y desde sus altos ejecutivos- la visión era completamente distinta, por no decir que inexistente sobre cuándo iban a abandonar el estadio Lluís Companys. «Desde Barcelona de Servicios Municipales (BSM) -explica el medio-, la empresa que gestiona las instalaciones de la anilla olímpica, hace semanas que intentan saber más detalles del calendario de Arístides Maillol, pero solo obtienen el silencio por respuesta. «Parece que ni ellos mismos lo tienen claro, hemos llegado a esta conclusión, porque si no, no se entiende», explica una de las fuentes consultadas. Lo único que sabían hasta la semana pasada era que el primer partido oficial de la nueva temporada sería el sábado 24 de agosto. Y no por boca del Barça, sino porque así consta en el calendario de la Liga. Antes, sin embargo, está previsto otro enfrentamiento. «Nos dijeron que sí, que jugarían el Gamper como cada verano. Pero costó mucho que nos concretaran la fecha. Lo único que nos habían dicho era que sería como muy tarde el día 12, que es la fecha que finalmente será», afirma la misma fuente, que hace hincapié en los problemas que esto supone para BSM, puesto que tiene que tener habilitado el estadio a todos los niveles, incluyendo el personal que trabaja los días de partido. «Y esto no se planifica de un día por el otro»», ha indicado.

La noticia contradice el clima de euforia trasladado a la prensa por Elena Fort y abunda en esa sensación de desconcierto y de asombro que ahora mismo tiene BSM que “presiona -aclara la información- porque necesita saber con antelación cuándo se irá el Barça. Por un lado, para contratar las empresas que desmontarán la parte estrictamente futbolística; y de la otra, para desbloquear el estadio y volver a programar conciertos. De momento solo ha firmado un contrato hasta noviembre del 2024. «Más allá, solo está apalabrado, pero no escrito», sostienen desde el club y desde BSM. Exactamente, el mismo escenario que había en enero, cuando ya se sabía que las obras de remodelación del Camp Nou iban con retraso. Desde el Ayuntamiento admiten que no es una buena noticia que el Barça alargue su estancia, pero garantizan que el club podrá jugar todo el tiempo que necesite. Pagando, claro”.

No es extraño, pues, que desde BSM sospechen que la junta de Laporta teatraliza un asunto bastante diáfano. «Parece que quieran correr para quedar bien, para decir que han cumplido con el que prometieron, cuando lo más importante es volver en condiciones», lamenta una de las fuentes consultadas, vinculadas a la remodelación. Limak, a través de los equipos de ingeniería que trabajan en el Camp Nou, había solicitado en el Barça tener toda la temporada 24/25 de margen, y no únicamente unos meses, pero la junta se negó en redondo, en parte porque jugar en Montjuic supone dejar escapar muchos ingresos», concluye la noticia.

La propia vicepresidenta Elena Fort, no obstante, acabó dejando una puerta abierta a otro escenario. Tampoco pasaría nada si al final no se puede volver en diciembre y hay que volver al Camp Nou más tarde, en enero o en febrero, comentó en un off the record con los periodistas. ¡Ay!

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