La palabra “democracia” proviene del término griego “demokratía”, que a su vez se compone de “demos” que significa pueblo y de “kratos” que podemos traducir por fuerza o poder. La RAE define democracia como el «Sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce directamente o por medio de representantes”. Sin embargo, hoy día esa definición es incompleta e insuficiente, además de ser difícilmente aplicable en el día a día de la política actual.

De hecho, no es el pueblo quién toma decisiones políticas por varios motivos. En primer lugar puesto que lo único que hace es escoger entre aquellas opciones que los partidos y los líderes políticos ofrecen. En este sentido, el pueblo no tiene (en los sistemas democráticos vigentes) la potestad de tomar decisiones, únicamente de escoger entre las que ofrecen los líderes. Además, el pueblo no toma decisiones políticas, lo que en realidad sucede es que el grupo que detenta el poder es quien las toma y aplica. De hecho, dado que en pocas elecciones la participación supera el 80% del electorado, sensu estricto, sólo se toman decisiones mayoritarias por parte del pueblo cuando, la opción política democráticamente elegida, lo es por una mayoría absoluta que represente a más de la mitad del electorado total. Esta situación se da en contadísimos casos.
Por tanto y como acabamos de exponer, las decisiones políticas en la mayoría de las democracias no las toma el pueblo a través de su voto, las toman los políticos que han sido elegidos para representar a la ciudadanía. Es decir, en la mayoría de las democracias (las denominadas representativas) las decisiones las toman los Parlamentos y Senados a través de los partidos políticos, los equipos de gobierno y los presidentes. Únicamente en las democracias directas a través de asambleas o referéndums específicos para cada cuestión política, la ciudadanía decide de manera directa a través de su voto.
Tras todo lo dicho, quisiera decir que me satisface mucho más la definición de democracia que se expone en la Stanford Encyclopedia of Philosophy (posiblemente la enciclopedia más importante de filosofía) donde brevemente se define como un procedimiento que puede aplicarse a todos los ámbitos que requieran la toma de decisiones colectivas y en el que hay igualdad de todos los participantes. Por tanto, la democracia puede darse tanto a nivel de familias y organizaciones de todo tipo, como a nivel de Estados y estructuras políticas transnacionales. Dicho esto, se impone analizar de qué manera la ciudadanía puede tener cierta influencia y por tanto ser soberana, en las democracias representativas.
Una de las primeras dificultades a la hora de aplicar el sistema democrático es la pluralidad de intereses y valores entre los ciudadanos, hasta el extremo de que los intereses de unos pueden ser irreconciliables con los de otros. De ello debe concluirse, que las decisiones democráticas sólo las toman los ciudadanos que en un momento dado son mayoritarios. Del mismo modo, la igualdad política nunca se da, ya que en la realidad del día a día político, son los políticos y partidos que detentan el poder los que toman las decisiones. Debe decirse sin ningún tipo de embajes, que las decisiones políticas tienen un alto grado de complejidad técnica, económica y jurídica, haciendo que el ciudadano de la calle raramente sea competente para tomar las decisiones que más convienen a la sociedad. Es bajo ese prisma, cuando hay que asumir que deben ser los expertos y finalmente los políticos democráticamente elegidos los que tomen las decisiones, puesto que son los que están más capacitados para hacerlo.
Otro elemento crucial en los últimos tiempos es que difícilmente la ciudadanía puede ser autónoma y verdaderamente libre ante la presión constante de los medios de comunicación y las “fakenews” que partidos y políticos constantemente difunden. A fecha de hoy, la única manera de luchar contra la desinformación y falta de transparencia es a través de las agencias de verificación. En España hay cinco agencias de este tipo: Maldita.es, Newtral, EFE Verifica y AFP Factual y en Catalunya sólo una: Verificat.








